La violencia se enmarca en la represión de las protestas tras la salida del país del presidente Evo Morales, quien abandonó precipitadamente el país.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos calificó de "masacres" a las represiones de Sacaba y Senkata el año pasado, que derivaron en la muerte de por lo menos 36 personas y dejaron cerca de 100 heridos.

La mandataria del país andino afirmó que es inocente de los cargos en su contra y que no piensa salir, sino que se defenderá desde Bolivia.

Este barrio de Bolivia, donde se halla la planta de gas y que fue blanco de un operativo en el que murieron 8 civiles el pasado martes, continúa con resguardo militar. Moradores locales buscan con desesperación gas para cocinar.