En el siglo XXI, las enfermedades de la vejez que antes eran relevantes ahora ocupan lugares secundarios, en especial en los países desarrollados.

Por el Día Mundial de las Personas de Edad se analizarán cuatro campos de acción y, sobre todo, los pasos a seguir durante un seminario en la Universidad San Francisco de Quito.

En el mundo existen 47 millones de personas con un trastorno mental. Se estima que este número aumente a 131 millones para 2050. El alzhéimer representa el 60% de los síndromes demenciales.

Cada órgano del cuerpo humano (cerebro, corazón, hígado) disminuye su capacidad 5% cada 10 años. La pérdida de audición vinculada con la edad empieza a los 25 años, a pesar de que es perceptible décadas más tarde. La velocidad de procesamiento mental y la memoria en funcionamiento alcanzan su punto máximo entre los 20 y 29. Aprender después de los 40 es más difícil.

Manualidades, taichí, yoga, bailoterapia y teatro, entre otras, son las actividades que realizan las personas de la tercera edad en Manta para distraerse.

Las urbes están muy rezagadas frente al cambio del perfil de la población que envejece. Responden más lento frente a las demandas de los adultos mayores y también de los niños y mujeres.

Las brigadas del Registro Civil, con tecnología de punta, visitan domicilios de los centenarios del país. La entidad actualiza los datos de este grupo etario.

Con sus 60 años, la presidenta del FMI considera que “los ancianos viven demasiado y eso es un riesgo para la economía global. Tenemos que hacer algo, ¡y ya!”. Este grupo poblacional está fuera del mercado, es casi invisible y esta realidad también se reproduce en los medios de información y en quienes ejercen el periodismo, a pesar de sus años.

Los detenidos fingían ser militares o policías y decían que podían ayudar a incrementar los montos de las pensiones. Usaban otras tácticas para delinquir.