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El Monumental se metió en la historia de los clásicos hace 28 años

El estadio de Barcelona en 1988, cuando la gente que no tenía la posibilidad de comprar un boleto acudía al cerro. Hoy se disputará el Clásico número 66 en este escenario por el torneo nacional de fútbol.
El estadio de Barcelona en 1988, cuando la gente que no tenía la posibilidad de comprar un boleto acudía al cerro. Hoy se disputará el Clásico número 66 en este escenario por el torneo nacional de fútbol.
Archivo / El Telégrafo
15 de mayo de 2016 - 00:00 - Elías Vinueza Rojas

Veintiocho años han pasado desde la disputa del primer Clásico del Astillero oficial en el estadio Monumental. El miércoles 7 de septiembre de 1988, los hinchas amarillos y azules -más los primeros por estrenar casa en el campeonato nacional en ese tipo de duelos- se quedaron con las ganas de celebrar. Barcelona y Emelec igualaron 0-0 en el primero de los 65 enfrentamientos que han protagonizado por el torneo ecuatoriano hasta hoy en este escenario. Actualmente existe una ventaja de dos triunfos de los amarillos (20) sobre los azules (18) en el Coloso del Salado, el resto de choques (27) terminó en empate.

Barcelona alineó con Carlos Luis Morales; J. Muñoz, Hólger Quiñónez, Frank Granja y Claudio Alcívar; Toninho Vieira, Eduardo Smith y Luis Ordóñez ; Jimmy Jiménez ( Manuel Uquillas), Jorge Alberto Taverna y Mauricio Argüello (Joffre Sánchez). El DT fue Eduardo Antunes Coimbra. Emelec presentó a Xavier Baldriz; Pedro Batallas, Urlin Cangá, Kléber Fajardo y Ciro Santillán; Miguel Falero, Rubén Beninca (Juan Pastor Paredes) y Wilfrido Verduga; José Federico Minda, Jesús Cárdenas y Raúl Avilés. El plantel ‘millonario’ era dirigido por el uruguayo Juan Ramón Silva.

Aquel 8 de septiembre en el que nadie pudo cantar gol en el Monumental, Luis Alberto Aguirre tenía apenas 8 años y acudió al estadio de la mano de su padre, Alfredo Aguirre, para alentar a diferentes equipos. Los títulos que conquistó el ‘Ídolo’ en 1985 y 1987 fueron más fuertes e influyentes que las recomendaciones del papá. “Estuve en el palco 3, fila O, al filo del pasillo, hubo muchísima gente viendo el partido desde el cerro porque el estadio no era tan alto como ahora, por cierto el marcador no era electrónico. Los mismos vendedores que uno veía en el Modelo estuvieron ahí: los señores, señoras y muchachos que vendían papas, chifles, haba y maní. Y también uno que era conocido por vender los chocolates ‘Everydayyy’, como él gritaba”.

Los Aguirre se fueron en paz ese día, no hubo ganador y nadie debió ver, sentado y molesto, al otro cantando un gol. “Lo que más recuerdo del partido en sí fueron los goles que se comió Taverna, qué coraje que me dio”, dice Luis Alberto.

Ese miércoles fue especial para alguien que vivió el encuentro en la cancha. Eduardo Smith no solo jugaba para Barcelona, sino que también era barcelonista, que no es lo mismo, y tuvo la posibilidad de debutar en un Clásico. “Comencé con un poco de nervios, pero luego me asenté en la cancha. Fue mi despegue como futbolista porque desde ahí me fui consolidando como titular”, cuenta el exvolante de marca que cambió de colores años después. En 1991 fue transferido a Emelec, después de un corto paso por Audaz Octubrino en 1990, y tras todo lo que vivió hasta 1998, como el bicampeonato 93-94, se convirtió en un hincha más del ‘Bombillo’.

Otro que tiene un gran recuerdo de ese evento es el arquero uruguayo Xavier Baldriz. ¿Qué recuerda? “Que fui el mejor (ríe), un diario tituló: ‘Baldriz, el Ángel Guardián de Emelec’. Un par de jugadas de Taverna fue lo más peligroso”.

Apenas dos meses después de ese partido, el 6 de noviembre del 88, los equipos guayaquileños volvieron a enfrentarse en el estadio barcelonista. Otra vez no hubo ganador, pero los hinchas cantaron un gol por bando. Manuel Uquillas, máximo artillero de los clásicos en el Monumental con 7 tantos, marcó a favor de los amarillos, mientras el uruguayo Rubén Beninca convirtió para los azules con un penalti. Ese día una acción fue determinante para el futuro de ambos en ese torneo del 88. Baldriz le detuvo un tiro penal al volante brasileño Toninho Vieira. El ‘Bombillo’ ganó su grupo y jugó la final ante Deportivo Quito. Fue campeón.

Por ese penal, Luis Alberto Aguirre “odiaba a Baldriz”. Y por la misma acción, Eduardo Cabrera, hincha azul al igual que su padre del mismo nombre y con quien fue al estadio, tiene un gran recuerdo del exportero uruguayo. “Fui con la camiseta de Emelec al palco, que estaba lleno de barcelonistas y nadie me dijo nada malo, nadie te ofendía como ahora. A mis 8 años no entendía porqué casi todos eran amarillos. Cuando el árbitro pitó penal, el estadio se venía abajo, pero Baldriz lo tapó. Mi papá saltó y nos abrazó a mí y a mi hermano menor”.

Recién en 1989, Barcelona consiguió su primer triunfo (2-1) en casa ante el archirrival. El 9 de abril, gracias a los goles de Uquillas y Janio Pinto, el ‘Ídolo’ remontó el marcador ante los ‘millonarios’, que empezaron ganando con un gol de Enrique Verduga. “Ese día ganamos con un golazo de Janio Pinto, que mandó la pelota al ángulo, tapaba Baldriz y no pudo hacer nada. Cayó un aguacero y festejamos con mi papá que también es barcelonista”, narra Roberto Ortega, que tenía 13 años.

El 23 de septiembre de 1990, Emelec obtuvo su primera victoria (2-1) oficial en el domicilio amarillo, con tantos de José Federico Minda y Luis Castillo. El uruguayo Mario Saralegui, que un año después vestiría la camiseta azul, marcó para el ‘Ídolo’. Pero el mejor recuerdo de los ‘millonarios’ -y el peor para los amarillos en esa época- no fue ese. Se remonta a un amistoso, que los visitantes ganaron 1-0 con gol de Beninca. Fue la primera vez que chocaron en dicho escenario, en la inauguración, el 29 de mayo de 1988.

Entre las 18 veces que el conjunto amarillo cayó en casa, hubo derrotas que dolieron más que otras por las circunstancias. Una de ellas se dio en la liguilla final de 1993. Si ganaba era prácticamente campeón, pero a pocos minutos de que terminara el cotejo, Vidal Pachito hizo el gol de su vida. Emelec ganó 1-0 y terminó siendo el monarca. La historia se repitió en 2001.

Barcelona era favorito para ganar y con estadio lleno, Augusto Poroso se elevó en el área y derrotó a José Francisco Cevallos. Ese 1-0 fue clave para que el ‘Ballet’ obtuviera el título. Y en 2002, el ‘Ídolo’ vencía 2-0 con goles de Nicolás Asencio y Eduardo Hurtado y jugaba un partido perfecto que auguraba una goleada. Sin embargo, Pavel Caicedo y Otilino Tenorio (+) igualaron el marcador. La temporada concluyó con el cuadro azul bicampeón, que se tomaba la revancha por lo acontecido en el 2000. El ‘Ídolo’ no peleaba por nada y pasaba un mal momento, mientras Emelec luchaba con Olmedo por el título. Se impuso el dueño de casa y automáticamente el equipo riobambeño fue campeón. Y el último gran recuerdo amarillo es el 5-0 de 2012.

La goleada y la conquista del título 14 ubican a ese choque como uno de los favoritos en el historial ‘canario’. Hoy, Barcelona y Emelec disputarán el Clásico 66 en el Monumental por torneos locales, cuatro días después del triunfo azul (2-1) en el Modelo. No está en juego la punta, pero sí el prestigio, como en todos los clásicos. (I)

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