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El Telégrafo

La crisis de octubre de 1962

29 de septiembre de 2012

Existen acontecimientos históricos, que por su gravedad han puesto en peligro la vida humana, sin embargo no se les ha dado la debida connotación. Uno de ellos es la crisis de fines de octubre de 1962. Como se sabe, desde los inicios del proceso revolucionario cubano, el imperio norteamericano decidió su eliminación. Hasta la invasión a Playa Girón (abril 1961) se habían descubierto ocho conspiraciones contra Fidel. El 31 de enero del 62 la OEA la expulsó. Al mes siguiente la sometió al cruel bloqueo y guerra económica total.

En los primeros meses del 62, Cuba y la  Unión Soviética, que habían aprobado la protección militar y económica de aquella, conocieron por informaciones de inteligencia que EE.UU. preparaba una agresión militar directa. Ambos gobiernos acordaron la instalación en el territorio cubano de cohetes de alcance medio e intermedios dotados de ojivas nucleares. Dirigía la ex URSS, Nikita Krushov, y los EE.UU., John F. Kennedy.   

Krushov tuvo la idea de colocar en la isla armas nucleares como medio de defensa y mantener en secreto su instalación. Así mismo, cuatro submarinos soviéticos se dirigían por las aguas del Caribe hasta las costas cubanas, cada uno armado con un misil nuclear. En la mañana del 14 de octubre, un avión espía de los EE.UU., U-2, fotografió la región occidental de Cuba y al día siguiente fueron detectadas las instalaciones.

Informado el presidente Kennedy, inmediatamente vuela a Washington y se dirige a la nación ordenando el bloqueo militar de Cuba y la movilización de las Fuerzas Armadas estadounidenses a nivel mundial. El pueblo cubano se preparaba para la invasión.

La tensión crecía. La vida peligraba. Todos moriríamos calcinados. Y, en el momento de mayor tensión, los soviéticos hacen llegar a los EE.UU. una propuesta sin consultar la opinión del Gobierno cubano. En efecto, el 27 de octubre, Krushov envía una carta a Kennedy donde le hace saber su disposición de retirar de Cuba las armas nucleares a cambio de eliminar inmediatamente las medidas del bloqueo, más la retirada de los cohetes norteamericanos Júpiter de alcance medio en Turquía. Esa misma noche Kennedy da la orden de suspender el bloqueo naval a Cuba.

Al siguiente día, el Gobierno cubano se enteró del acuerdo, considerándolo como una falta de ética de parte de los soviéticos exigiendo su revisión, a fin de introducir cinco demandas que iban más allá de la renuncia a la invasión militar. Pero ya fue tarde. El 30 de octubre llegó a La Habana el secretario general de la ONU, el birmano Sithu Uthan, para la inspección de la retirada de los cohetes soviéticos.

Así terminó la crisis que llevó a la humanidad al borde de la más grande conflagración mundial: la nuclear. Al año siguiente, el 22 de noviembre de 1962, cae asesinado, en Dallas, el presidente John F. Kennedy, en el momento en que creaba condiciones para un acercamiento a Cuba.

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