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El “aula invertida”, una modalidad pedagógica emergente

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Foto: Diario Z
09 de agosto de 2020 - 00:00 - Fausto Segovia Baus

Al principio surgió en Norteamérica como una idea para evitar que los estudiantes pierdan clases, mediante un método que simulara el sistema presencial. Ahora es una alternativa real, a causa de la pandemia que afronta el mundo. Historia y comentarios.

El “aula invertida” es reconocida como una modalidad de inter aprendizaje semipresencial o mixto, porque intervienen dos estrategias: la presencial o tradicional, y la virtual o digital.

Un poco de historia
“Blended learning” fue su traducción anglosajona, pero más tarde migró, literalmente, a “Flipped classroom” o “aula invertida”, creada por los profesores Jonathan Bergmann y Aaron Sams, en Woodland High School, Colorado.

Estos profesores detectaron un problema: que los estudiantes enfermos perdían clases. Su afán fue entonces diseñar un sistema de enseñanza y aprendizaje que permitiera a los alumnos participar dentro del proceso educativo.

La metodología fue simple: grababan los contenidos y los distribuían entre sus estudiantes para que los visualizaran en casa antes de la clase. La idea fue que trabajaran proyectos que combinaran los conocimientos con las prácticas. De esta manera se cambiaron las actividades y mejoraron los resultados.

La diferencia básica entre el modelo presencial y el “aula invertida” consiste en que en el primero el docente instruye, es el eje de la enseñanza porque sabe y domina la materia, dicta clases y el estudiante aprende, y en el segundo, el estudiante es el eje del aprendizaje, aprende en casa, bajo las instrucciones y asesoría del docente –quien envía videos, presentaciones en power point y textos-, y en la clase presencial o virtual se consolidan los aprendizajes.

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Nuevo modelo
El cambio puede ser paradigmático, sobre todo en ciertos profesores que están instalados en el modelo tradicional de enseñanza. Las universidades, salvo excepciones, no se han preparado para formar docentes digitales. Pero ante el desafío, todas las facultades de Ciencias de la Educación están preparando estrategias diferenciadas mediante pedagogías emergentes, que hagan posible superar esta etapa de transición.

El remezón, por lo tanto, es para todo el sistema social y no solo el educativo y económico. Ante esta circunstancia debemos asumir el “aula invertida” no omo una receta, sino como una herramienta que ayuda a sostener un proyecto educativo de calidad bajo otros parámetros, algunos desconocidos.
En esa línea de pensamiento, no se trata de grabar una clase presencial en video y enviar a los estudiantes.

El “aula invertida” es un sistema –que tiene entradas, procesos, salidas, que se retroalimentan en un contexto o ambiente dado-. En este sentido, el “aula invertida” es un nuevo modelo pedagógico alternativo, en el que la presencia física del profesor no es necesaria. El docente es un facilitador de procesos, y su papel principal ya no es transmitir contenidos, sino transferir el método o métodos para que cada estudiante aprenda por sí mismo.

Taxonomía de Bloom
Esta concepción y praxis pedagógica no es nueva. El constructivismo y sus diferentes modalidades, que centran su accionar en el estudiante y sus necesidades de aprendizaje, postulan una propuesta integral desde el estudiante como actor principal y el docente como tutor, que da asistencia personalizada presencial o en línea.

De acuerdo con los especialistas, el modelo del “aula invertida” abarca todas las fases del proceso de enseñanza y aprendizaje, que corresponden a la taxonomía de Bloom, que se resumen a continuación:

• Conocimiento: Ser capaces de recordar información previamente aprendida.

• Comprensión: "Hacer nuestro" aquello que hemos aprendido y ser capaces de presentar la información de otra manera.

• Aplicación: Aplicar las destrezas adquiridas a nuevas situaciones que se nos presenten.

• Análisis: Descomponer el todo en sus partes y poder solucionar problemas a partir del conocimiento adquirido.

• Síntesis: Ser capaces de crear, integrar, combinar ideas, planear y proponer nuevas maneras de hacer.

• Evaluación: Emitir juicios respecto al valor de un producto según opiniones personales a partir de unos objetivos dados.

Las principales ventajas de esta modalidad son:

1) Permite realizar al docente durante la clase otro tipo de actividades más individualizadas con los alumnos.

2) Ayuda a generar una distribución no lineal de las mesas en el aula, lo cual potencia el ambiente de colaboración.

3) Fomenta la participación del alumno, y por tanto refuerza su motivación.

4) Los contenidos están accesibles por el alumnado en cualquier momento.

5) Integra a las familias en el aprendizaje.

Algunos pasos a seguir

Existen modelos de “aulas invertidas” como profesores o instituciones educativas existen. En las siguientes líneas, algunas recomendaciones para docentes:

1. Seleccione o elabore el material que va a compartir con sus alumnos para que estudien las lecciones (presentaciones, documentos, vídeos, audio, etc…)

2. Elija el medio o plataforma por donde le va a hacer llegar esta información (web propia, google drive, youtube, facebook, twitter, etc…)

3. Junto con el material seleccionado elabore algún tipo de cuestionario para conocer el grado de asimilación de los conceptos (google forms, kahoot, socrative, etc…)

4. Prepare algún tipo de trabajo práctico relacionado con el tema para debatir en clase, detectar dudas o lagunas en el contenido y afianzar conceptos.

Antes de empezar es importante tener clara la estructura que van a tener sus clases, con el recurso del “aula invertida”.

Conversar con sus alumnos es clave para que entiendan no solo la mecánica de trabajo, sino también el motivo por el que se va a implementar esta metodología, cuáles son los resultados que se esperan conseguir y cuál va a ser el modelo de evaluación: si va a valorar el trabajo previo realizado en casa a través de los cuestionarios (punto 3 del ciclo mencionado), participación en clase, etc.

Es posible que al principio se presente cierta reacción al cambio por el escepticismo que genera la implantación de un modelo; de ahí que sea muy importante facilitar información, elaborar contenidos que sean amenos y fomentar la participación del alumnado.

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