Para Alexis Puertas Enríquez, actor y director de televisión y cine, el perdón es la clave para tener una vida en la que la sanidad emocional hace a la persona sentirse libre y plena.

Está convencido de aquello; prueba de eso es que luego de pasar 17 años sumergido en el mundo del alcohol y las drogas, logró resurgir y convertirse en una persona que ahora sana los corazones de quienes padecen rencores, amarguras y no son felices.

Cuando apenas abría sus ojos a la pubertad, a los 13 años, conoció ese oscuro mundo de los vicios. “Descubrí cuatro catástrofes en mi vida: alcohol, drogas, cigarrillo y sexo; eso a mí me marcó la vida”.

Siempre se creyó ateo, pues no aceptaba que si existía un Dios, el mundo —según él— fuera tan malo, y más aún, que tuviera que sufrir el abandono de su padre, donde radicaban todos sus problemas, los cuales justificaba por ese motivo.

Pese a toda esa dependencia dañina, a los 18 años empezó a realizar dramatizados junto con algunos compañeros de la Pontificia Universidad Católica de Ecuador (PUCE), donde estudió. Dos años después dirigió Memorias de Quito, que se transmitió por Ecuavisa.

También participó en decenas de comerciales de TV, actuando y dirigiéndolos. Tomó talleres y se especializó en esta rama del arte, pero su problema persistía.

Alexis Puertas Enríquez, actor y director de televisión.

“Yo filmaba, grababa y de ahí me iba a seguir bebiendo; producía, pero continuaba tomando, era un desorden terrible, hasta que tuve un encuentro con Dios. Solo Él logró sacarme de ese vicio; yo había luchado con todas mis fuerzas, intenté con Alcohólicos Anónimos (AA) y no pude. Dios tuvo misericordia de mí”.

De esa victoria personal ya han pasado 30 años. Él reconoce que después de abandonar definitivamente todos los vicios se dio cuenta de que era una persona agresiva, violenta. “Entendí que si un padre de los cielos me amaba y perdonaba, yo también tenía que hacerlo”.

Su contacto con los damnificados de Manabí

Después de vivir esa experiencia devastadora en su vida, Alexis decidió llevar la sanidad emocional a otras personas por medio de talleres de arteterapia y psicodrama (representación teatral en la que intervienen los pacientes y en la cual se reflejan diferentes conflictos).

Implementó este método en Quito hace 5 años, mediante talleres dirigidos a instituciones públicas y privadas, y a grupos que lo solicitaban.

Sin embargo, la idea de crear la fundación Arterapia y Sanidad Emocional surgió 2 días después del 16 de abril de 2016, fecha en que el país fue abatido por el potente terremoto de 7,8 grados de magnitud, en el que los habitantes de las provincias de Manabí y Esmeraldas fueron los más afectados.

El lunes 18 de abril del año pasado recibió una llamada en la cual desesperadamente le pedían ayuda urgente, pues, por la dificultad de la situación, sectores como la parroquia Crucita y los recintos Los Ranchos y Las Gilces aún no recibían víveres ni vituallas.

Preguntó quién les había facilitado su número, pero eso pasó a segundo plano. Inmediatamente junto con su esposa, Maritza Yela, convocaron a sus amigos y conocidos y reunieron lo necesario.

Los víveres y vituallas se los transportó en dos camiones, además se unieron médicos para atender en la zona.

“Fue maravilloso porque prácticamente se logró salvar la vida de esas personas con agua, medicinas, víveres; nos fue muy bien, entonces pensamos en que, si nos gustaba ayudar, debíamos hacerlo organizadamente y ahí nació la idea de crear una fundación. El Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) nos ayudó”.

Desde entonces, Puertas ha viajado 3 veces a Manabí. La última fue desde el 28 de diciembre de 2016 hasta el 3 de enero de este año. Durante su estadía visitó San Clemente, San Vicente, Canoa, Bahía y San Jacinto. Allí dio apoyo emocional y espiritual a quienes aún lo necesitan, que ya son pocos.

“Los damnificados del terremoto tienen que sanar sus heridas emocionales y espirituales. La desesperación por producir es inminente y comprensible, pero con el dolor que tienen lo hacen muchísimo menos. Si logran sanar esas áreas y reconstruir los núcleos familiares que estaban destruidos, van a lograrlo”.

Un libro y una película

La aspiración de Puertas este año es llevar sus talleres de sanidad emocional a Guayaquil, Cuenca y fuera del país, a Lima (Perú) y Miami (Florida, EE.UU.). También visualiza la edición de un libro, al cual titulará El perdón: la puerta hacia la sanidad emocional.

En lo referente a la producción de cine, se alista para el rodaje de un largometraje que llevará por nombre Enmanuel, Dios con nosotros.

El director adelanta que el filme se basará en una historia contemporánea con valores cristianos. “Trata del encuentro de una estudiante de antropología, que es atea, con otro de teología; ellos empiezan a discutir si es que Jesús existió o no, o si fue un mito...”.

La locación principal será la cafetería de una universidad en Quito y el formato de filmación será en alta definición, es decir en 4K. Puertas dice que el largometraje será de bajo presupuesto, pero con óptica de cine. “Nosotros podemos hacer las cosas con poco, pero de calidad”.

El rodaje, tentativamente, se iniciará en agosto próximo y la posproducción requerirá de tres meses. El objetivo de este artista es concluir la cinta a fin de año y estrenarla en las salas de cine del país el primer semestre de 2018. (I)