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El Telégrafo
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Ecuador, citado como ejemplo de modelo comunicativo

Ecuador, citado como ejemplo de modelo comunicativo
19 de junio de 2012 - 00:00

La experiencia de Ecuador en materia de democratización de la comunicación fue destacada como ejemplo por varios participantes internacionales, durante el II Foro Mundial de Medios Libres, que se desarrolló el 16 y 17 de junio en Río de Janeiro, en el marco de la Cumbre de los Pueblos Río+20.

Para el académico brasileño Dennis de Moraes, se destacan cuatro países en la región en esta materia, que son Ecuador, Bolivia, Venezuela y Argentina, por sus iniciativas constitucionales y legislativas en materia comunicacional, y por haber entendido el papel protagónico del Estado para fomentar y regular a favor de una comunicación más democrática.

Estos cuatro países han buscado definir a la comunicación como un bien común, asegurar un derecho a la comunicación y determinar una serie de marcos para evitar la monopolización y oligopolización de los sistemas mediáticos, principalmente de la radio y televisión, señaló el investigador.

Si bien aún no se aprueba la Ley de Comunicación en Ecuador, De Moraes destacó los avances en la revitalización del sistema de medios públicos, y el hecho de que TVEcuador, aun siendo muy joven, ya ha ganado premios internacionales en Europa.

Además de tratar el tema de comunicación, la  Cumbre de los Pueblos, que se realiza en paralelo a la Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable Río+20, comenzó el sábado en el parque Flamengo de Río de Janeiro, con la misión de analizar las causas reales del deterioro ambiental y socioeconómico en contraposición a la cumbre oficial que sesiona del 20 al 22 de junio.

Este encuentro, en el que participan organizaciones no gubernamentales de 183 países, busca transformar Río+20, en un momento de oportunidad para hacer frente a los graves problemas que enfrenta la humanidad y demostrar el poder político que tienen los  pueblos organizados.

“Las alternativas que propone la Cumbre son temas en los que los movimientos sociales ya vienen trabajando hace mucho tiempo pero que desafortunadamente la ONU no les presta atención”, dijo Larissa Packer, una de las coordinadoras de la Cumbre de los Pueblos, el principal evento alternativo a la Río+20, que reunirá a un centenar de mandatarios.

Packer afirmó que la “economía verde”, uno de los conceptos centrales que se debaten en la Río+20, tiene una “fuerte influencia” del sector corporativo que “quiere poner precio a los bienes comunes inalienables e inapropiables como el agua y los bosques”.

“La privatización de las patentes de las semillas es un claro ejemplo porque no sirvió para acabar con el hambre en el mundo. El mismo secretario de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, reconoció que los países fracasaron en conseguir las Metas del Milenio, el hambre sigue ahí”, señaló la activista brasileña.

Los movimientos sociales mostraron su temor de que la influencia de los grandes empresarios agrícolas en la creación del concepto de economía verde lleve a “poner precio” a bienes como el agua y los bosques.

En uno de los debates más concurridos, el teólogo brasileño Leonardo Boff propuso como una solución a la crisis la adopción de los principios recogidos en la “Carta de la Tierra”, una declaración de buenas intenciones para la protección del medio ambiente publicada en 1997.

“O hacemos una alianza para cuidar unos de los otros y de la Tierra, o aceptamos nuestra destrucción”, afirmó Boff, uno de los impulsores de la Teología de la Liberación.

La Cumbre de los Pueblos también le dio voz  a expositores de los problemas energéticos, de seguridad alimentaria, de derechos de mujeres y de minorías raciales.

Una de las plenarias que más atenciones centró fue la dedicada a la temática indígena, donde participaron centenares de indios de  Brasil, vestidos con sus ropas tradicionales.

El indio Marcus Tapé dijo que fue a la cumbre para denunciar problemas que amenazan a las tribus de la Amazonía como la deforestación y la falta de atención por parte de las autoridades.

“Nuestra expectativa es que el Gobierno (brasileño) conozca nuestra verdadera realidad”, afirmó Tapé en declaraciones a EFE.

El problema de la deforestación de la Amazonía motivó un acto político de Greenpeace, que se sirvió de la Cumbre de los Pueblos para lanzar una campaña de recogida de firmas con la que pretende impulsar una ley que prohíba la tala de bosques en Brasil.

El director internacional de Greenpeace, Kumi Naidoo, demandó a la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, que “muestre su liderazgo” sumándose a la iniciativa, que necesita de 1,4 millones de firmas para convertirse en un proyecto de ley que pueda ser elevado al Congreso.

La salvaguardia de la Amazonía centró una protesta en la remota localidad de Altamira, a 3.000 kilómetros de Río de Janeiro, donde, con el apoyo de algunos movimientos sociales presentes en la Cumbre de los Pueblos, un grupo de campesinos e indios se movilizó contra la construcción de la central hidroeléctrica de Belo Monte.

La Cumbre de los Pueblos se   extenderá hasta el día de la clausura de la Río+20, el viernes de la semana que viene, y albergará centenares de actividades autogestionadas, asambleas y varias manifestaciones políticas.

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