La gran variedad de flora y fauna silvestres todavía sigue amenazada por el comercio ilegal en Ecuador.

A este problema se añaden otros: la caza indiscriminada y la tenencia de ciertas especies como mascotas. Miguel Acuña, responsable en Chimborazo de Vida Silvestre, explicó que el tráfico de animales está considerado como uno de los negocios más rentables en el mundo.

“Es triste decirlo, pero después del comercio de drogas, el de animales deja ganancias, esto supone una destrucción de la tierra y la desaparición de varias especies, mientras que otras ya están en peligro de extinción”, mencionó Acuña.

Esta actividad, sin embargo, implica riesgo para la salud humana, porque los animales silvestres poseen enfermedades y parásitos que pueden ser contagiados y viceversa.

En lo que va de 2014, la Policía Ambiental decomisó 55 ejemplares en casas, patios, terrenos y departamentos de Chimborazo.

Debido a la vistosidad de las plumas y los colores, son los loros y papagayos los más cotizados. Algunos pueden llegar a venderse en $ 2 mil. También se hallaron  búhos, iguanas, venados, monos y tortugas.

Para evitar este tráfico ilícito, la Policía Ambiental ha realizado operativos en la vía Riobamba-Macas, una vía en la que transitan muchos camiones.

“Realizamos también campañas para que las personas devuelvan voluntariamente, de lo contrario se les iniciará un proceso basado en las leyes vigentes”, señaló Magaly Oviedo, directora provincial del Ministerio del Ambiente del Ecuador (MAE). El artículo 247 del Código Orgánico Integral Penal señala: “La persona que cace, pesque, capture, recolecte, extraiga, tenga, transporte, trafique, se beneficie, permute o comercialice, especímenes de flora o fauna silvestre, en peligro de extinción y migratorias, será sancionada con pena privativa de libertad de uno a 3 años”.

Por eso, más de 20 personas han acudido a la Avenida La Circunvalación para devolver animales que fueron colocados en cuarentena y luego devueltos a su hábitat.