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El Telégrafo
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La cosecha de cítricos retornó a Río Blanco

Si bien hoy por hoy el caudal es bajo, los vecinos de Río Blanco viven con temor pues aún hay lluvias en el lugar.
Si bien hoy por hoy el caudal es bajo, los vecinos de Río Blanco viven con temor pues aún hay lluvias en el lugar.
Fotos: Roberto Chávez | EL TELÉGRAFO
01 de agosto de 2019 - 00:00 - Redacción Ecuador Regional

Veinte de junio de 2019, 09:30. En esta fecha y hora se produjo un evento natural   sin precedentes en el reasentamiento habitacional Juive Grande, del cantón Baños de Agua Santa (Tungurahua), que alteró la vida de sus habitantes.

Aquel día, el relajante sonido del caudal del río Blanco se transformó en un atemorizante  “rugido” que antecedió a la desgracia.

“Sin creer lo que veíamos, corrimos para alejarnos del talud que sostiene al conjunto habitacional. En segundos la corriente chocó con el paredón y produjo un temblor; desde entonces el miedo se apoderó del caserío”, explicó Mario Naveda, vecino de Río Blanco.

Como el caudal en estos días es bajo, algunos conductores se arriesgan a atravesar el afluente a bordo de vehículos de carga, entre ellos camionetas.

La acumulación de agua- lluvia en cisternas de la parte alta de la zona fue la causa del aluvión. Como resultado, dos personas fallecieron, dos viviendas del lugar se desplomaron, decenas de cultivos y criaderos de ganado y de especies menores se perdieron por completo.

De vuelta al campo
A 41 días del fatídico acontecimiento, las familias de Río Blanco, así como de al menos  otras seis comunas circundantes, retoman las labores del campo, la venta de ganado y demás actividades diarias, aunque las condiciones climáticas no mejoran del todo.

“Aún hay temor; las lluvias son impredecibles. La semana pasada, por ejemplo, comenzó con buenas temperaturas; pero desde el jueves la lluvia volvió y no se pudo cosechar mandarina en sembríos cercanos del río”, comentó Graciela Montaguano, agricultora de la comuna El Palacio.

Este poblado se encuentra a 15 minutos, montaña arriba, del sitio donde se desplomaron dos viviendas el pasado 21 de junio. Al lugar se accedía hasta esa fecha por un puente que servía a 18 familias. El paso fue destruido totalmente por el siniestro.

“El lodo tumbó el puente. Ahora tomamos una ruta alterna para llegar al centro de Baños, la cual demora más de 40 minutos; antes solo eran 20 minutos”, agregó Montaguano.

Gregorio, su hijo, es uno de los agricultores que en los últimos cinco días retomaron sus actividades, aunque con algo de dificultad, de colecta de cítricos en plantaciones del caserío El Palacio.

“Los agricultores siembran mandarina, limón y lima, cerca de la corriente por las ventajas del riego, porque es agua limpia que baja de los Llanganates”, comentó Gregorio.

Pese al aluvión hay mucha fruta en las ramas. Los campesinos la cosechan y haciendo malabares la llevan al mercado mayorista y plazas de Ambato y Baños.

Los cítricos no son los únicos cultivos en la zona. Allí también se siembra granadilla, fréjol, maíz, papa, camote, zanahoria, acelga, tomate de árbol, col, uvilla y, en menor proporción, aguacate.

“El próximo mes se cosecharán estos últimos tres productos, de no repetirse las fuertes lluvias de junio. La producción está destinada casi en su totalidad a los restaurantes, hoteles, hosterías, y más establecimientos de hospedaje de Baños”, comentó Gonzalo Freire, comunero de El Palacio.

Acceso riesgoso
Como Freire, decenas de habitantes de los caseríos Santa Ana, El Descanso, Yanayacu y La Esperanza, pertenecientes a la parroquia Ulba de Baños, a diario se movilizan a bordo de camionetas que desafían la corriente del río Blanco.

“Si bien el torrente es débil en estos días, hay riesgo. Esperamos que las autoridades construyan cuanto antes los cuatro puentes que fueron derribados a finales de junio”, aseguró Henry Lozada, morador de Río Blanco.

Otros comerciantes y ganaderos de la zona evitan este riesgoso medio de transporte, pero no se libran del peligro, porque cruzan la corriente saltando sobre las enormes piedras que sobresalen del agua. Un resbalón puede resultar fatal, pero no tienen más opciones.

Por su parte, Carolina Guerrero, propietaria de una de las viviendas afectadas en el reasentamiento, informó que uno de los posibles lugares donde se reconstruiría el conjunto habitacional está cerca del casco urbano.

“El terreno es amplio y se encuentra junto al establecimiento Spa Garden”, concluyó.

En junio, 50 familias del reasentamiento de Río Blanco fueron afectadas por varios aluviones. El caserío debe ser movido a un lugar seguro, porque el paredón continúa cediendo. (I)  

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