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Los conductores justifican la presencia de buses fuera de la estación debido al reducido espacio en el interior

La terminal intraprovincial de Chimborazo no cumple con su principal objetivo

El embarque y desembarque de pasajeros en miniterminales aún persiste en Riobamba, pese al peligro. Foto: Elizabeth Maggi / para El Telégrafo
El embarque y desembarque de pasajeros en miniterminales aún persiste en Riobamba, pese al peligro. Foto: Elizabeth Maggi / para El Telégrafo
08 de marzo de 2015 - 00:00 - Redacción Regional Centro

Una parte de la avenida Canónigo Ramos, vía principal que conecta el norte con el centro de Riobamba, es utilizada desde hace 2 años como estacionamiento improvisado de unidades de transporte interprovincial.

La Terminal Intraprovincial de Chimborazo fue construida en la administración del exalcalde de Riobamba, Juan Salazar, e inaugurada en enero de 2013.

La inversión en la edificación asciende a los $ 290 mil y se ubica en el sector Los Manzanares, a pocas cuadras de allí.

Cada día unas 300 unidades de las cooperativas de transporte Ñuca Llacta, Guamote, Colta, Llin Llin, y Línea Gris salen desde el lugar hacia distintas parroquias de cantones de la provincia, cada una con más de 30 pasajeros.

La hora con más movimiento se registra de 06:00 a 08:00 y de 13:00 a 15:00.

Falta de previsión

Desde el momento de su inauguración la terminal presentó varios problemas, entre ellos falta de frecuencias para los buses urbanos y unidades de taxis y transporte de carga mixta que allí laboran. “La falta de previsión antes de construir ha causado estos inconvenientes”, indicó Orlando Chafla, concejal de la capital chimboracense.

Debido a ello la Agencia Nacional de Tránsito (ANT) se vio obligada a realizar un mapeo e incrementar el servicio de transporte. Al momento de su apertura solo existía una línea y ahora se cuenta con 5 directas y 4 cercanas.

Para los moradores del sector Los Manzanares la terminal no es funcional ya que el espacio no es suficiente para la cantidad de unidades que llega a diario.

Debido a esto los conductores se ven obligados a estacionar sus unidades en varios tramos de la avenida Canónigo Ramos y en calles secundarias de las 4 cuadras próximas. “Los buses se ubican frente a viviendas y tiendas del barrio. Pese a que esto favorece la actividad comercial del barrio existe un gran desorden”,  expresó Elvia García, vecina del sector.

Además de esto, los moradores del lugar se quejan de inseguridad y contaminación acústica. “Pedimos a las autoridades mayor presencia policial, pues hay hurtos frecuentes a estudiantes. Los antisociales esperan a los jóvenes en las paradas improvisadas y les quitan sus celulares, tabletas y dinero, sin que podamos hacer mucho por el tumulto”, manifestó el morador Israel López.

El claxon de los buses y los gritos de los controladores para recoger pasajeros se acentúan a partir de las 13:00. “El ruido es fuerte y se puede escuchar claramente desde el interior de las viviendas y negocios”, comentó Marcelo Roldan, habitante.

Las miniterminales aún persisten

Uno de los principales objetivos de la habilitación de la Terminal Intraprovincial es erradicar las miniterminales de la ciudad.

Sin embargo en ciertos sectores los choferes siguen recogiendo pasajeros en paradas no autorizadas. Una es la Panamericana Sur, avenida en la cual los viajeros abordan unidades de transporte sin ninguna seguridad.

Algunos choferes justifican esta acción, pues dicen que desde la terminal solo parten con 12 o 15 pasajeros, lo cual representa una pérdida económica para ellos y los propietarios de las unidades de transporte. “Estamos endeudados y pagamos créditos por la compra de nuestros buses. Tenemos que parar en otras partes de lo contrario el viaje se realiza con más de la mitad de asientos vacíos”, indicó José Daquilema,  chofer de la unidad Llin Llin.

Este argumento es compartido por Manuel Paucar, dirigente de una de las cooperativas de transporte que laboran en la terminal.

Él, visiblemente molesto, aseguró que muchas veces el traslado desde Riobamba hasta Columbe, parroquia rural del cantón Colta, se hace con pocos pasajeros. “Gran parte del problema lo causan los mismos pasajeros. Ellos no hacen uso de la terminal y la negativa de muchos taxistas para transportar personas al lugar agrava la situación”, dijo.

El conductor señaló, además, que las pocas líneas de bus que circulan cerca de la terminal no llegan con mucha frecuencia. “Por esto pedimos a las autoridades de la ciudad que se habiliten dentro de la ciudad paradas donde podamos recoger a los pasajeros sin ser multados” añadió.

Por su parte Carlos Jara, director provincial de la ANT, señala que los controles para evitar esta práctica se basan en los artículos 46 y 47 de la Ley Orgánica de Transporte en la cual se garantiza el transporte libre y seguro de las personas.

“Nuestro deber es proteger la seguridad del pasajero, no se puede permitir que cualquier sitio sea destinado para el embarque. Continuaremos con los operativos hasta que usuarios y conductores se acostumbren a utilizar de forma correcta la terminal”, dijo.

De otro lado, el Concejo Cantonal de Riobamba realizará un estudio para determinar posibles soluciones a este inconveniente. “Estamos buscando la manera de ampliar el sitio. Pedimos a la población ser paciente y comprensivos, pues resolver estos inconvenientes toma tiempo y recursos económicos”, indicó Orlando Chafla, concejal de Riobamba.

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