Con un breve recorrido en los “caballitos de metal” se inauguró ayer el proyecto Bicicleta Pública de Quito “Bici-Q”, sistema de alquiler de bicicletas al que pueden acceder personas previamente inscritas.

Cerca de 1.000 personas se  registraron para utilizar este medio de transporte alternativo, que busca disminuir la contaminación en la ciudad así como el flujo vehicular. El proyecto está  implementado con 425 bicicletas y 21    puntos de alquiler a lo largo de la ciclorruta que va desde la Plaza de Santo Domingo, al sur, hasta La Y, en el norte.

Según el secretario de Movilidad, Carlos Páez, el proyecto busca contribuir a resolver las dificultades de movilidad en viajes cortos para aquellas personas que desarrollen sus actividades en el hipercentro. “El proyecto está orientado a estudiantes, amas de casa, mensajeros, empleados públicos y privados, y a todos aquellos que se mueven en la zona centro norte de la ciudad, con el propósito de fomentar una cultura vial que priorice formas alternativas de movilizarse como es la bicicleta”, expresó Páez.

Las personas que deseen alquilar una de las bicicletas tienen que llenar el formulario de inscripción descargándolo de www.biciq.gob.ec, adjuntar papeles de identificación (cédula, papeleta de votación, recibo de servicios básicos) y entregarlos en cualquiera de las estaciones de “Bici-Q”.

El costo del alquiler al años es de 25 dólares o 2 dólares mensuales, y el usuario puede hacer uso de la bicicleta por 45 minutos, varias veces al día. “El uso de la bicicleta está sujeto a las especificaciones que viene en el contrato de prestación de la bicicleta que se llena en el momento de inscripción”, señaló Páez.

En el contrato se explica que el usuario tiene la obligación de cuidar el equipo, no ceder a terceras personas la custodia de la bicicleta, presentar la tarjeta que autoriza el uso de las mismas, entre otras cosas. Además, estipula que la persona que no devuelva la bicicleta en el lapso definido (45 minutos) no podrá hacer uso de la misma por una semana y en caso de reincidir la sanción se incrementa.

Las bicicletas poseen un seguro para las personas y para el equipo, pero si el usuario tuviera algún inconveniente al momento de conducir la bicicleta debe acercarse a la estación más cercana o llamar a 1800-MOVILIDAD.

Las personas también cuentan con un seguro médico establecido mediante la evaluación en el percance. Belén Cuesta, directora de la Fundación Ciclópolis que tiene 14 años de gestión, 9 de ellos a cargo del “Ciclopaseo” de Quito, señaló que el proyecto municipal que inició oficialmente ayer es “interesante”, pues inserta el sistema de intermodalidad en el transporte de las personas de la ciudad.

“La intermodalidad es poder utilizar distintos medios de transporte a lo largo del trayecto en las diferentes actividades cotidianas. Por ejemplo, me embarco en el bus desde el sur de mi casa hasta llegar al Centro Histórico, tomo una Bici-Q y me acerco o llego a mi lugar de trabajo”, señaló Cuesta.

Varias personas realizaron ayer un breve recorrido en el cual probaron la calidad de las bicicletas, que tienen un modelo único y son fácilmente identificables.

Cristhina Noroña, una de las inscritas en el proyecto, “aplaudió” la iniciativa. Dijo que el uso de la bicicleta puede ser diario mediante esta modalidad. “Yo vivo cerca de la calle Mañosca y voy hasta la avenida Patria, entonces me ayuda mucho esto, además disminuimos la contaminación y significa un auto menos en la ciudad”, manifestó.

El alcalde Augusto Barrera, quien recibió el carné de la utilización  de las “Bici-Q”  y que personalmente  inauguró el proyecto, destacó que “este es un proyecto que busca un cambio en la mentalidad de las personas”. El sistema de la bicicleta pública hay en otros países de la región, como Argentina que inició con 12 estaciones y con 50 bicicletas, en México y en Bogotá, y en las ciudades europeas de París,  Barcelona, y en las urbes de Alemania, Holanda y Dinamarca.