Por Diego Pérez, colegio Réplica 24 de Mayo

Existe una variedad de relatos que desmotivan a viajar en el Corredor Suroccidental, ya que el congestionamiento excesivo de usuarios provoca, en ocasiones, una situación sofocante.

Gran cantidad de personas que vivimos en el sur de la capital nos trasladamos mediante del Corredor Suroccidental. Muchos usuarios se han quejado de vivir malas experiencias en los buses, aunque no por eso se puede catalogar al transporte público como pésimo.

El transporte público tiene sus ventajas y desventajas, aunque las cosas negativas, lastimosamente, son frecuentes. Los problemas más recurrentes se producen en zonas populares de la ciudad como El Tejar, San Roque, etc.  

La parte negativa del transporte público es la inseguridad que viven los pasajeros, pues en muchas ocasiones en los buses acechan ‘amigos de lo ajeno’ que, aprovechándose de las aglomeraciones y haciéndose pasar por pasajeros que pugnan por entrar a las unidades, realizan sus fechorías.

María Caiza, pasajera frecuente de una de las líneas del Corredor Suroccidental, señaló que, aparte de la inseguridad, otro de los inconvenientes es el mal estado en el que se encuentran los buses. Por otro lado, sobre los vendedores ambulantes, heladeros por ejemplo, menciona que son eficientes y que su presencia puede ser necesaria cuando “el calor en el bus es delirante”.

Aunque muchos de los testimonios coincidan en los disgustos e inconvenientes, trasladarse en este medio de transporte forma parte del día a día de cientos de usuarios, para quienes el corredor constituye su única opción.

Muchas de estas situaciones se viven en la parada de buses de Santa Rita, al sur, donde las personas que viven en este sector tienen que resignarse a utilizar esta ruta y soportar sus desventajas.

El uso de esta ruta es imprescindible y quienes la utilizan diariamente han aprendido a tener mayor precaución ante los riesgos que presentan las aglomeraciones.