Actualmente de vacaciones, el tenista Emilio Gómez se dio un tiempo para hacer un balance de la temporada a la que calificó como la mejor de su carrera al ubicarse en el Top 150 del mundo.

El jugador nacional inició 2019 en el puesto 372 de la ATP y tras un vertiginoso ascenso, que incluyó el título en el ATP Challenger de Tallahassee (EE.UU.), y participar en tres de los cuatro torneos grandes jugando la qualy, terminó en el lugar 147.

“Cuando comencé el año mis objetivos eran pequeños, pero alcanzables. Debía sumar la mayor cantidad de puntos para ir subiendo de a poco en el ranking y de la noche a la mañana me encontré con un mes (abril) que fue el mejor de mi carrera, porque me dio la credibilidad de saber que puedo llegar a estar a gran nivel”, mencionó a EL TELÉGRAFO el guayaquileño, de 28 años.

El buen estado físico que tuvo a lo largo de los meses de competencia fue otro factor que lo ayudó. “Desde enero me sentí muy bien, solo tuve una pequeña pausa, que fue en julio o agosto, por una lesión”, comentó el “tricolor”, quien compitió por 33 semanas en el año.

Terminar 147 del mundo fue algo que se prometió y lo cumplió. “Aunque me quedó un sabor amargo porque perdí partidos que me habrían dejado un poco más cerca del Top 100, pero no me puedo quejar. Hace un año estaba casi retirado y de repente estar en esa posición, compartir con Federer, realmente me motiva para lo que viene en 2020”.

Y la mejor manera de cerrar la temporada fue ser parte de la visita de Roger Federer a Quito, gracias a la invitación que le hiciera el extenista nacional Nicolás Lapentti; impulsor de la venida del número tres del mundo.

Los principales objetivos que se planteó para 2020 son clasificar al cuadro principal de uno de los Grand Slam, acceder al Grupo Mundial de la Copa Davis con el equipo ecuatoriano y entrar a corto plazo entre los 100 mejores del planeta, este último reto lo quiere conseguir hasta el próximo marzo. (I)