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Ciclistas fomentan la actividad e inclusión

Los pedalistas del RunduBike se dedican a entrenar los fines de semana, porque sus obligaciones diarias no les dan tiempo para subirse a las ciclas.
Los pedalistas del RunduBike se dedican a entrenar los fines de semana, porque sus obligaciones diarias no les dan tiempo para subirse a las ciclas.
Foto: Miguel Jiménez / El Telégrafo
09 de febrero de 2020 - 00:00 - Jaime Jaramillo

Rodando por carreteras aledañas a Quito y convocando a más personas es como el club RunduBike promueve la práctica y la inclusión dentro del ciclismo nacional.

En una de esas rutas por el sector del Rundupamba, ubicado en la vía a Nono (norte de Quito) nació la idea de formar un club hace más o menos cinco años.

Ese camino fue el que le dio el nombre al equipo, que de acuerdo con su presidente, Geovanny Ramón, se fundó por la amistad y la unión de los apasionados por la cicla y de esa forma ir aglutinando a más personas.

Y después de un arduo trabajo y una infinidad de pedaleadas ahora son 55, en distintas modalidades como ruta, pista y montaña, los que integran la escuadra, incluidos dos con discapacidad.

Ellos son el campeón mundial en los Global Inas Games de Australia en 2019, Érick Sarango y el profesor de matemáticas Eduardo Malliquinga, quienes tienen discapacidad intelectual y amputación en una mano.

Edu, como lo conocen sus compañeros, perdió la muñeca derecha en un accidente cuando era niño; él comentó que pertenecer al elenco quiteño le ayudó a mejorar su nivel en la disciplina. Mientras que a Sarango le permitió aprender a defenderse en la ruta, puesto que se especializa en pista.

Además cuenta con dos campeones nacionales Máster, Javier Martínez y Lenín Echeverría, quienes tratarán de defender sus títulos en la Vuelta al Ecuador en la categoría, que tendrá lugar en mayo y el campeonato nacional aún sin fecha.

“Somos un grupo de gente que ha querido hacer deporte por temas de salud y estar en forma”, señaló Echeverría, quien se dedica al ciclismo desde los 11 años y es ingeniero en sistemas.

Javier, en cambio, considera que lo más complicado es darse tiempo para practicar de lleno este deporte, sobre todo por el trabajo y más si se es policía como es su caso. “Siempre sacamos espacio y para ir a las pruebas pedimos permiso”, dijo el sargento segundo.

A más del profesor, el policía y el ingeniero, en el grupo de corredores existen varios profesionales como fotógrafos, decanos de facultades, arquitectos, entre otros.

Los entrenamientos los realizan sábados y domingos, porque sus empleos no les da tiempo para las ciclas entre semana. Algunos trabajan en gimnasios para compensar.                       

El requisito para integrar el club es solo tener pasión por este deporte, con los cuidados del caso, pero fomentando la actividad. (I)

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