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Las medallas españolas tienen nombre de mujer

 Lydia Valentín ganó la primera medalla olímpica en la historia de la halterofilia española en los 75 kg.
Lydia Valentín ganó la primera medalla olímpica en la historia de la halterofilia española en los 75 kg.
Foto: AFP
25 de agosto de 2016 - 00:00 - Gorka Castillo

Los dirigentes del Comité Olímpico Español (COE) respiraron aliviados la última noche de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro al revisar el medallero definitivo y comprobar que sumaban 17 preseas, idéntico número al conseguido cuatro años antes en Londres 2012.    

La sonrisa de satisfacción parecía justificada. A falta de cinco días para la clausura, con solo 7 metales en el bolsillo, el COE había encendido todas las alarmas. Incluso pocas horas antes del cierre del certamen, las 17 medallas que España se había puesto como objetivo se antojaban inalcanzables. De hecho, muchos ya se conformaban con el mal menor de sobrepasar mínimamente las 12 preseas ganadas en Sydney 2000, la cifra más baja desde el gran salto de Barcelona 1992.    

Pero una tarde vertiginosa culminado con un ‘sprint’ final magnífico por parte del equipo de gimnasia rítmica, plata y los bronces del baloncesto masculino y un sorprendente Carlos Coloma en bicicleta de montaña, sirvió para transformar el decepcionante balance que se vislumbraba el sábado en un “éxito”, según el análisis optimista realizado por el presidente del COE, Alejandro Blanco, al final de la última jornada de los Juegos Olímpicos.  

La satisfacción española era doble al constatarse que 7 de esas 17 medallas eran de oro. Solo en Barcelona se superó esa marca, que ha situado a España en el puesto 14 del medallero con únicamente dos metales menos y el mismo número de títulos olímpicos que la anfitriona, Brasil.

Hablando de los éxitos ibéricos en Río, es obligado referirse a sus piragüistas, que han aportado tres oros y un bronce, a sus dos taekwondistas y a Lydia Valentín, radiante con la primera medalla olímpica en halterofilia que España consigue en toda su historia. Con el áureo metal de Río 2016 recién estrenado, Valentín podría sumar otras dos medallas a su palmarés. Al levantamiento de pesas español le correspondería la medalla de plata de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 después de que la Federación Internacional de este deporte haya confirmado este miércoles 15 nuevos casos de dopaje. Lydia quedó quinta en la categoría de 75 kg y obtendría la plata con las descalificaciones de la campeona, Lei Cao y la búlgara Iryna Kulesha, cuarta, dos de esa quincena de positivos tras los reanálisis de las muestras de hace 8  años, junto con las de la rusa Nadezhda Evstiukhina, bronce y cuyo positivo se desveló el pasado junio.  

El rendimiento de estos atletas españoles contrasta con el fracaso que han deparado modalidades que siempre depararon algún éxito a la delegación europea. Es el caso del tiro, el ciclismo y, sobre todo, la vela, un tradicional granero de satisfacciones. De hecho es la segunda vez en 40 años que no hay españoles en el podio olímpico en este deporte. La otra fue en Sydney 2000.   

En realidad, a España han vuelto a sostenerla sus grandes campeones. Es decir, los piragüistas Saúl Craviotto, segundo atleta nacional más laureado de la historia y Maialen Chourraut; Carolina Marín, cuyo oro en bádminton sirve para lograr la triple corona en 2016 -campeona del mundo y de Europa-; Rafael Nadal y dos mujeres que llevan sobre sus hombros la responsabilidad de los dos grandes deportes olímpicos: Mireia Belmonte en natación y Ruth Beitia en atletismo.

Un simple repaso a estos nombres valdría para encumbrar el papel decisivo que ambas atletas tuvieron en Río para que España mantenga un nivel competitivo excelente. De las 17 preseas totales, nueve llevan inscrito un nombre de mujer en el dorso: cuatro oros en piragüismo, natación, atletismo y bádminton; tres platas en baloncesto, gimnasia y taekwondo; dos bronces en halterofilia y natación. “El deporte femenino ha cambiado en los últimos años de forma significativa, ya que gozamos de grandes referentes y buenas entrenadoras que han mejorado la planificación e intensificado el esfuerzo”, resumió Alejandro Blanco.   

Lejos de ser una anécdota, el éxito cosechado por las participantes españolas en Río confirma la tendencia que comenzó a percibirse hace cuatro años en Londres. Allí, las mujeres también aportaron más medallas que los hombres, 10 frente a siete y allí fue donde empezaron a despuntar deportistas que en Río finalmente conquistaron el título, como Belmonte en natación y la vasca Maialen Chourraut en piragüismo.  

La cita de Río solo confirmó la enorme proyección del deporte femenino en España cuando solo representan el 21,5% de las licencias federativas existentes en el país.

Además de la relevancia de la mujer en el éxito olímpico del país ibérico, destaca la mínima presencia de los deportes de equipo en el medallero español. Solo las dos selecciones de baloncesto y el quinteto de gimnasia rítmica subieron al podio. Ni el balonmano femenino, que partía con ilusiones fundadas, ni los dos de waterpolo que en Londres lograron medalla, ni los dos de hockey, sobre todo un combinado masculino repleto de jóvenes talentosos pudieron acariciar la gloria. (I)  

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