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El Telégrafo
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El anfitrión por poco se queda fuera del torneo

El anfitrión por poco se queda fuera del torneo
11 de agosto de 2011 - 00:00

Los colombianos se volcaron a las calles para observar el cotejo por octavos de final del Mundial Sub 20, entre su país y Costa Rica. Cientos de ciudadanos cartageneros se reunieron en bares, plazas y restaurantes para seguir los pasos del equipo dirigido por Eduardo Lara.

El nerviosismo de los caribeños, debido a que los “ticos” empataban el cotejo (2-2) hasta cuatro minutos antes del final, era contrarrestado con el espectacular placer que les significaba hacer rodar por sus gargantas el sabor de la cerveza local o el  buen aguardientico paisa.

Cuando llegó el primer gol de los colombianos, parecía que la fiesta se desataba en Cartagena. Con fuegos artificiales y gritos de los aficionados, esa era la manera de celebrar aquel tanto que llegó al minuto 56, por intermedio de Luis Muriel. “Vamos mi Colombia, seremos los campeones del mundo”, soltó un aficionado.

Pero pocos minutos después la sonrisa desaparecía de los cartageneros, debido a que John Ruiz anotó el gol del empate.

Costa Rica le hacía presión al equipo local y a los hinchas colombianos les incomodaba observar la superioridad que a ratos imponían los “ticos” sobre los “cafeteros”.

Dos minutos después, Mynor Scoe  ponía el tanto de la ventaja para los centroamericanos y la fiesta parecía desaparecer en Cartagena.

Cuando Scoe anotó el gol de la ventaja momentánea, el silencio invadió las calles del balneario colombiano. Pese a que el compromiso se complicaba para los locales, la motivación de los aficionados locales no desaparecía. “Vamos que sí podemos, hay que meterle huevos muchachos”, dijo Teófilo Guzmán, aficionado que se encontraba en el bar La Casa de Rosa, del sector El Laguito.

A los 72 minutos, Pedro Franco devolvía la tranquilidad a los cartageneros, luego de anotar el 2-2. El tanto del defensor colombiano  fue celebrado como el primero que anotó Muriel a los 56.
Los fuegos artificiales volvían a encender la noche de Cartagena. El ánimo se volvía a prender con más cerveza y más aguardientico.

Los aficionado no querían que la selección local se fuera al alargue. Temían que la presión se aprovechara de  los muchachos de Lara y estos perdieran la posibilidad de seguir con vida en el  Mundial.

“Que Dios nos ayude en estos minutos y podamos meter un gol, aunque veo complicado que estos ‘pelados’ puedan ganar en el tiempo extra o en los penales. La presión de ser locales los desconcentraría”, dijo Juan Rojas, taxista de 44 años, que había dejado de trabajar para poder observar el cotejo.

Los “ticos” parecían que llevaban el compromiso a dos tiempos más de 15 minutos, pues en los últimos instantes se habían replegado y marcaban de buena manera las creaciones de los anfitriones.

Colombia presionaba, pero no encontraba la manera de llegar de forma clara al arco contrario. Pero al fin el  gol que pedían los aficionados cartageneros llegó a los 90 minutos, luego de que el árbitro  cobrara una falta penal a favor de los locales.

Cuando pitaron a favor de Colombia, los aficionados celebraron como si su selección hubiera  anotado, mas de inmediato la tensión volvió, pues temían que James Rodríguez errara desde el manchón.

El silencio volvía a rodear las calles. Los pocos autos que transitaban por el sector   El Laguito  se detenían para observar el penal que se preparaba a cobrar Rodríguez.

Algunos cruzaban los dedos, otros le daban la espalda a la pantalla -como cábala-. Cuando Rodríguez la mandó a guardar, la fiesta se desató, la gente se abrazaba, como si se hubiera ganado la copa, mientras que otros pedían más cerveza.

Luego del gol del jugador colombiano, los aficionados pedían aguantar el partido: “Falta poco muchachos, tranquilo”, dijo un caribeño.

Luego, cuando el réferi dictaminó el final del partido, la celebración se extendió hasta altas horas de la noche. En los barrios   Bocagrande, El Laguito, Ciudad Amurallada, Cabrero, entre otros, los ciudadanos y turistas bailaban al son de Rebelión, del fallecido Joe Arroyo.

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