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Las Autoridades autorizaron justicia indígena
Con chicote, ortiga y agua son castigados 3 hombres por robo
Con la anuencia de la Fiscalía, la comunidad de Gualalcay, parroquia El Valle, en Cuenca, castigó con un ritual de purificación a tres hombres que intentaron robar una bicicleta. En Gualalcay viven alrededor de 800 familias y no es la primera vez que se practica la ‘justicia comunitaria’ o ‘justicia indígena’.
La noche del miércoles último los tres hombres, con una mujer, fueron detenidos luego de que los descubrieron cargando la bicicleta a un vehículo. Esa noche se convocó, por los altoparlantes, a la primera asamblea del Consejo de Gobierno para analizar la situación de los aprehendidos.
Jorge Arévalo, presidente de la comunidad de Gualalcay, indica que decidieron liberar a la mujer por su estado de gestación y porque no está involucrada directamente en el robo. Al día siguiente, luego de una segunda asamblea, los tres hombres fueron sentenciados a recibir el rito de purificación, pagar el 10% de un salario básico unificado y realizar trabajo comunitario (limpiar la comunidad y el trayecto de una cuneta).
En la noche los habitantes de la comunidad se concentraron en el parque central, donde los 3 hombres recibieron los “chicotazos”, como mecanismo de corrección; el agua, para purificar su cuerpo y los ortigazos, para sacar los males del cuerpo. Con este castigo esperan que corrijan sus conductas.
Los moradores aseguraron que esta es la única forma de mantener el orden en su sector. “Nosotros nos autoprotegemos y vivimos en tranquilidad”, manifiesta Víctor Quille, quien es integrante del Consejo de Gobierno.
Arévalo estima que en lo que va del año aplicaron 4 veces este tipo de justicia por el delito de robo. “Venimos haciendo esto hace años, ahora nos dio paso el señor fiscal para que se pueda aplicar”, indica. El año anterior la Corte Provincial de Justicia de Azuay ratificó el reconocimiento para que en esta comunidad se pueda continuar con esta práctica. (I)