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A la Cómplice de ‘Pissy’ le dictaron cadena perpetua
Asesino ‘pansexual’ pidió filete en su última cena
Alton Coleman fue un sociópata (de personalidad antisocial) afroamericano que se convirtió en uno de los asesinos seriales más buscados de la década del 80 por el FBI, en Estados Unidos.
Nació el 6 de noviembre de 1955 en Waukegan, Illinois, a 55 kilómetros de Chicago. Coleman era el cuarto de 5 hermanos y fue criado por su abuela de 73 años y su madre prostituta, quien solía trabajar en presencia de él.
Cuando estaba en la escuela recibió el apodo de ‘Pissy’, ya que acostumbraba a orinarse en los pantalones y era la burla de sus compañeros; pero eso cambió en su juventud porque frecuentaba pandillas, cometía atracos, destruía la propiedad privada y provocaba incendios.
Por esa razón, su nombre era muy conocido en la Jefatura de Policía de la comunidad. Esto se agravó en 1973, cuando tenía 19 años, pues despertó su gran apetito sexual y con el pasar del tiempo fue acusado de 6 crímenes de este tipo, entre las víctimas estaba una sobrina.
Pero el hombre logró convencer a la corte de que habían atrapado a la persona equivocada, por lo que fue puesto en libertad y continuó con sus fechorías.
Primera condena
En enero de 1974 fue arrestado por raptar, robar y violar a una mujer mayor en Waukegan, en aquella ocasión sí fue declarado culpable y sentenciado a 6 años de prisión, pero salió a los 2.
Mientras cumplía la condena molestaba sexualmente a otros convictos. Fue evaluado y los exámenes siquiátricos revelaron que era de naturaleza ‘pansexual’, es decir, que necesitaba tener sexo constantemente sin importar la edad o el género de la pareja.
Entre 1976 a 1980 acumuló cargos por varios delitos sexuales, uno de ellos ocurrió en febrero de 1980, cuando violó a una chica, también de Waukegan. En 1982 se convirtió en el principal sospechoso de la violación y estrangulamiento de Gina Frazier, una adolescente de 15 años, sin embargo lo dejaron en libertad bajo fianza, luego de eso no se registraron delitos de este tipo.
En 1983 conoció a Debra Brown, quien a causa de un golpe en la cabeza terminó con deficiencias mentales. Ella estaba comprometida con otro hombre, pero lo dejó cuando conoció a Coleman, con quien huyó.
Ellos mantuvieron una relación similar a la de un amo y su esclava; mas eso no fue suficiente para él, por lo que en 1984 inició una serie de crímenes con ayuda de ella, como la violación y asesinato de una niña de 14 años, hija de un amigo.
La sospecha de que eran los malhechores los obligó a mudarse de Illinois, donde siguieron cometiendo delitos, pero la Policía ya les seguía la pista y varias veces lograron escapar. En una ocasión Coleman manifestó que no los atraparían porque estaban protegidos por espíritus de vudú, sin embargo lo que verdaderamente ayudó a esta pareja fue su habilidad para confundirse en las comunidades afroamericanas.
En mayo de 1984 Coleman, bajo el seudónimo de ‘Robert Knight’, establece amistad con Juanita Wheat, una mujer que vivía con su hija Vernita, de 9 años, en Kenosha, Wisconsin.
El 29 de mayo la pareja de delincuentes raptó a Vernita y la llevó a Waukegan, ese mismo día Coleman se había hecho amigo de Robert Carpenter, quien los dejó pasar la noche en su casa.
El 30 de mayo lo convencieron de que les preste su auto para ir a la tienda, él accedió, pero ellos nunca regresaron. El cuerpo de la niña fue descubierto el 19 de junio en un edificio abandonado. Los forenses determinaron que la causa del deceso fue por estrangulamiento.
Los reconocieron
Sus frecuentes fechorías dejaron rastros suficientes para que la Policía los identifique. En una de las escenas del crimen encontraron evidencias de la presencia de Coleman, la más valiosa fue su huella digital, que fue comparada con el registro de casos anteriores.
El 20 de julio de ese año en Evanston, Illinois, el asesino fue reconocido por un civil que esperaba en un semáforo. El desconocido avisó a la Policía y atraparon a la pareja, acusada de cometer 8 asesinatos, 7 violaciones, 3 secuestros y más de 14 robos a mano armada.
Una semana después del arresto cerca de 50 representantes de la ley de Illinois, Wisconsin, Michigan, Indiana, Kentucky y Ohio se unieron para juzgarlos. El último estado fue elegido porque aplicaba la pena de muerte.
Coleman y Brown fueron a juicio desde mayo de 1985 hasta abril de 2002, hasta que se quedaron sin apelaciones y argumentos para evitar la condena que consistía en una inyección letal.
Finalmente, el 26 de abril de 2002 Coleman pidió su última comida, que consistía en patatas fritas, un ‘filet mignon’ con cebolla y pechuga de pollo frito con una ensalada de aderezo francés, un pastel de patatas con crema batida, anillos de cebolla, pan de maíz, brócoli con queso derretido, bizcochos y una gaseosa.
El viernes por la mañana en la correccional ‘Death House’, en Lucasville, al sur de Ohio, recibió inyección de bromuro de pancuronio, un relajante muscular que le paralizó el diafragma y los pulmones, y luego le aplicaron cloruro de potasio, químico que detuvo el oscuro corazón.
Su pareja no murió porque el gobernador de Ohio, Richard Celeste, le revocó la pena, que fue reemplazada por cadena perpetua.