Abel B.Ch. falleció el pasado lunes, después de un asalto ocurrido en el Golfo de Guayaquil a inicios de marzo, hecho que ya había dejado a otras 2 personas sin vida. El joven fue herido cuando con su padre Pedro B.P. y otros pescadores se acercaron a un bote donde ciudadanos pedían ayuda tras ser atracados, ahí ya había una víctima mortal que fue identificada como Luis Pedro P.L.

William Martínez, subjefe de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida, Secuestros, Extorsiones y Desapariciones de Personas (Dinaded) de la Zona 8, contó que los delincuentes habían estado escondidos entre el manglar y volvieron a robar a quienes llegaron a ayudar. Abel recibió un disparo en el cuello y su progenitor fue lesionado con un machete y murió 3 días después.

A ambas embarcaciones se les llevaron los motores. El oficial mencionó que por los operativos ejecutados por la Policía se recuperó el motor de la primera nave asaltada, 4 individuos fueron detenidos. Ahora se investiga si tuvieron o no participación en los crímenes.

De acuerdo con cifras de la Dirección Nacional de Espacios Acuáticos (Dirnea), en lo que va de 2015, en Ecuador se ha reportado el robo de 70 motores y una camaronera asaltada.

Julio Vacacela, fiscal de la Unidad de Intervención Inmediata, indicó que en un caso de ‘piratería’ como él mismo califica a los asaltos en el mar “la Fiscalía no tuvo todo el respaldo que debió de los jueces. No llamaron a juicio a 10 personas que conformaban una banda. Luego de apelar varias veces declararon culpables a algunos de los individuos, pero ya había caducado la prisión preventiva y están libres”.

El funcionario mencionó que sospecha que 2 de esos hombres declarados culpables estarían involucrados en el hecho que dejó 3 personas fallecidas.

Pero, en otro caso se logró que 6 personas dedicadas al robo de camarones fueran juzgadas y están a la espera de sentencia. Aníbal V., Pedro V., Luis V., Carlos J., José B. y Alberto B. ejecutaban robos a camaroneras ubicadas en las orillas del golfo de Guayaquil. Ellos fueron detenidos el 21 de mayo de 2014 en el operativo ‘Piratas del Golfo II’, cuando armados y a bordo de dos embarcaciones irrumpieron en la piscina de la Isla Quiñónez, de propiedad de la compañía Promarisco. En el momento de su aprehensión, los acusados tenían implementos artesanales que utilizaban para la pesca ilegal de camarón (balanceado de pollo, atarrayas, sacos de yute y otros).

Según las investigaciones, esta banda causó un perjuicio económico de $ 150.000 a la citada empresa, pues sus integrantes contaminaron las piscinas cuando lanzaron el balanceado de pollo al agua, procedimiento utilizado para atraer a los camarones y realizar una pesca ilegal rápida.

Los sentenciados pertenecían a bandas de piratas, lideradas por alias ‘Ojón Luis’ y alias ‘Chivo’, según el informe presentado por la Sección Técnica Antidelincuencial (STA) de la Policía y que fue incluido en el proceso.

Vacacela informó que ahora los robos en el mar no son sancionados como piratería, tal como se hacía con el anterior código penal y la sanción era de 12 a 16 años, sino como robo.

Hernán Ulloa, abogado penalista, indicó que la piratería estaba contemplada en la anterior normativa, ya que antes era común que grupos numerosos de delincuentes asaltaran grandes embarcaciones y hasta las secuestraran. “Ahora eso no sucede por las medidas de seguridad que están implementadas”. Hoy se lo procesa como robo, cuya sanción varía, dependiendo de las circunstancias, desde 3 a 10 años. Si hay muerte, la pena es igual a la de asesinato: de 22 a 26 años de privación de libertad, explicó.