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Tras 30 años, la lucha por la verdad continúa

Pedro Restrepo no pierde la esperanza de que algún momento alguno de los implicados o que conoció del caso decida decir la verdad. Mientras tanto se mantiene a la espera y atento a las novedades que se puedan presentar.
Pedro Restrepo no pierde la esperanza de que algún momento alguno de los implicados o que conoció del caso decida decir la verdad. Mientras tanto se mantiene a la espera y atento a las novedades que se puedan presentar.
Foto: Álvaro Pérez / EL TELÉGRAFO
08 de enero de 2018 - 00:00 - Patricio González

Rodeado de recuerdos en su amplia casa de dos plantas ubicada en Miravalle, sector residencial de Cumbayá, pasa la mayor parte de tiempo Pedro Restrepo, siempre atento al teléfono y en contacto con quienes le podrían dar información sobre sus hijos Santiago y Andrés Restrepo Arismendi, desaparecidos hace 30 años.

 El tiempo le ha pasado factura en los últimos años, pues ha sido sometido a siete intervenciones quirúrgicas desde 2008, lo que le ha mermado físicamente, pero no en su objetivo. Con voz pausada pero firme, aunque algunas veces se quiebra, en una de las miles de entrevistas que ha concedido, vuelve a recordar los hechos.

     “Han sido 30 años de tanta lucha, de tanta angustia, de muchas frustraciones, pero también de realizaciones que causan mella en el espíritu y en el cuerpo… pero el ánimo, la decisión de buscar toda la verdad en el caso de mis hijos, aclararlo y de mantener en la memoria propia y colectiva, eso no ha mermado ni mermará”, subraya.

 

 Mientras observamos que en la sala, en el estudio y los corredores se mantienen fotos de Santiago y Andrés y de su fallecida esposa, Luz Elena Arismendi, Pedro Restrepo toma ubicación en un sofá de cuero color beige e inicia su relato con lo que sucedió el fatídico 8 de enero de 1988.

Dice que la mañana de ese día, Carlos Santiago y Pedro Andrés, hermanos de 17 y 14 años, respectivamente, salieron de su casa ubicada en Miravalle, en un Jeep Tropper, de placas PHD-355 hacia las calles Río Coca y Av. De los Shyris, para recoger a un amigo y llevarlo al aeropuerto, pero nunca llegaron a su destino.

    La familia y amigos iniciaron una búsqueda desesperada. Cuatro días después, la subteniente Doris Morán, jefa de la Brigada de Menores de la Policía, apareció en casa de la familia Restrepo. Ella le dijo a la familia que sabía que los jóvenes se hallaban con vida y que pronto regresarían, que lo fundamental era guardar silencio.

   Así pasaron 10 meses sin que los hermanos aparecieran, por lo que la pareja decidió hacer público el caso de sus hijos y con fotos de Santiago y Andrés, desde marzo de 1989 acudieron cada miércoles a la Plaza Grande, a exigir verdad y justicia.

El primer logro importante llegó dos años después de la desaparición. El 13 de julio de 1990, cuando el entonces presidente de la República, Rodrigo Borja, firmó un decreto para que se creara una comisión nacional y luego una internacional dedicada a investigar el caso.

    La investigación concluyó que el día 8 de enero en el sector conocido como el Partidero a Tumbaco, se desarrollaba un operativo de control vehicular por miembros de la Policía Nacional. Al no poseer licencia de conducir, el mayor de los hermanos, Carlos Santiago, habría intentado huir, después de la persecución, se presume que fueron detenidos y llevados al Centro de Detención Provisional.

     La misma noche del 8 de enero, habrían sido trasladados al SIC-P, donde el sargento Guillermo Llerena encargó los detenidos al clase de llaves Hugo España.

En ese lugar los jóvenes fueron torturados y asesinados. En los días siguientes el teniente coronel Trajano Barrionuevo habría convocado a una reunión a varios miembros de la Policía Nacional y solicitado que se mantenga  la reserva.

    El cabo segundo Camilo Badillo, el policía apodado ‘El Chocolate’, el sargento Guillermo Llerena y Hugo España se encargarían durante la noche del 11 de enero de llevar los cuerpos de los jóvenes a la laguna de Yambo para desaparecerlos definitivamente.

     El 17 de agosto de 1991, buzos de la Marina Nacional, iniciaron la búsqueda de los cadáveres en la laguna de Yambo. Solo encontraron armas de fuego y abandonaron la exploración.

     Según el recuento, el 15 de noviembre de 1994, el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Francisco Acosta, dictó sentencia condenatoria contra: Guillermo Llerena y Camilo Badillo a los cuales se les impuso la pena de 16 años de reclusión mayor extraordinaria como autores de detención arbitraria e ilegal, torturas y asesinato de los menores; a Trajano Barrionuevo, Juan Sosa y Doris Morán, a ochos años de reclusión mayor ordinaria como cómplices; y a Gilberto Molina y Hugo España a dos años como encubridores”. Cumplieron la mitad de las condenas.

     La familia Restrepo, el 6 de agosto de 1997 presentó una demanda ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en contra del Estado por violación de derechos protegidos por la Convención Americana.

El gobierno de Fabián Alarcón, por medio de la Procuraduría General del Estado, el 24 de febrero de 1998, reconoció que en este caso, se cometió un crimen de Estado.

    Las partes arribaron a un acuerdo amistoso en el que el Estado se comprometió a indemnizar a la familia Restrepo Arismendi, ejecutar una completa, total y definitiva búsqueda en la laguna de Yambo y a recuperar los cuerpos de los menores.

    En diciembre de 2008, 10 años después del acuerdo y 20 años de la desaparición la Procuraduría, contrató a la empresa Darwinvest para  un nuevo rastreo en la laguna. Sin resultados positivos.

   Consultado sobre lo que espera del actual gobierno, subraya que como este es un crimen de Estado, “es responsabilidad del Estado el resolverlo. No es cuestión de pedir algo, es su obligación”, y admite que no ha tenido contacto alguno.

La investigación sigue abierta
“Judicialmente el caso no está cerrado, hubo una sentencia en donde se condenó a siete personas, pero a raíz de la Comisión de la Verdad salió una evidencia y un expolicía del SIC acusó a otros compañeros suyos como copartícipes del crimen… El caso está en indagación previa y ya lleva cinco años”.

Se refiere a los exagentes del desaparecido SIC, Édgar Fraga, Antonio Gudiño y Jorge Medrano, quienes son acusados por uno de sus colegas de unidad, Salomón Castillo, de ser ellos los que desaparecieron a los hermanos Santiago y Andrés Restrepo Arismendi.

     Además, revela que en este momento hay en la fiscalía una señora relativamente joven que dice tener alguna información y la Fiscalía está tomando esas declaraciones para saber si hay algo de cierto o no. (I)

María Fernanda le  toma la posta a su padre
Como algo maravilloso y una prueba más de que hay un Dios presente, pese a todas las adversidades, califica Pedro Restrepo al documental Con mi Corazón en Yambo realizado por su hija, María Fernanda, ya que contribuye a que el caso de la desaparición de sus hijos no quede en la impunidad ni en el olvido.

 Recuerda que por cuestiones de salud, dejó de salir a las protestas en la Plaza Grande los miércoles desde 2008, pero de pronto salió su hija con este documental cinematográfico en donde se hace un compendio muy claro y preciso de lo que ha pasado con el caso Restrepo.

     Esto es como continuar la lucha por otros medios, ya no por el convencional sino por los digitales y sociales, dice, al señalar que el documental está siendo exhibido en colegios, escuelas, universidades, cabildos y barrios, acompañados de charlas, foros y explicaciones de este hecho de la historia del país.

“Yo seguiré enfrente de la causa en todo lo que pueda, pero efectivamente ella (María Fernanda) cogió la posta de la lucha”, dice, al señalar que por el momento desconoce si habrá un segundo documental.

  María Fernanda, aseguró que su familia y la sociedad ecuatoriana aún esperan una disculpa de las autoridades de ese entonces y también de la Policía Nacional. Pero, sobre todo, su lucha es para conocer la verdad, ella quiere saber qué sucedió con sus hermanos, Santiago y Andrés.

  Es por eso que la difusión del documental estrenado en 2010 sirve para que la comunidad no olvide esta etapa triste del país.

  La película presenta dos niveles: el plano íntimo de una familia lidiando con la tragedia de la desaparición; y en el de la historia de un pueblo que vivió en medio de la incertidumbre y la violencia fomentada, en gran parte, por los defensores del orden establecido.

 María Fernanda se encargó de la investigación, el guion y la dirección de la cinta que fue aceptada en el festival International Documentary Film Festival Amsterdam, y ha tenido otros reconocimientos. (I)   

Cronología

El caso de la desaparición de los hermanos Restrepo es considerado como uno de los más emblemáticos en Ecuador. El Estado aceptó su responsabilidad, de los 35 sindicados, siete policías fueron sentenciados y durante 30 años se han presentado diferentes hechos calificados como claves en el proceso de investigación.

 08 / enero, 1988

Carlos Santiago y Pedro Andrés Restrepo Arismedi, hermanos de 17 y 14 años, respectivamente, fueron detenidos por efectivos policiales y desde ahí desaparecen.

13 febrero, 1988

Fueron encontrados los restos del vehículo en el que viajaban Carlos y Andrés en el fondo de la quebrada Pacha, la Policía armó un operativo, pero no hallaron los cuerpos.

13 julio, 1990

El presidente de la República, Rodrigo Borja firmó un decreto presidencial mediante el cual conformó una Comisión Internacional, con el fin de investigar la desaparición de los hermanos Restrepo, considerando el hecho como un problema que afectaba a la sociedad ecuatoriana en su conjunto. Los comisionados realizaron investigaciones propias y recabaron información de testigos, entre ellos del ex agente policial Hugo España. Una vez entregado el informe de la Comisión Internacional el caso pasó a manos de la justicia ecuatoriana.

17 agosto, 1991

Buzos de la Marina Nacional, iniciaron la búsqueda de los cadáveres en la laguna de Yambo. Solo encontraron armas de fuego y abandonaron la exploración.

02 septiembre, 1991

El presidente Rodrigo Borja suprimió el Servicio de Investigación Criminal (SIC) y en su lugar dio paso a la estructuración de la Oficina de Investigación del Delito (OID).

16 noviembre, 1994

El presidente de la Corte suprema de Justicia, Francisco Acosta dictó sentencia contra Guillermo Llerena, Víctor Badillo, Trajano Barrionuevo, Juan Sosa, Doris Morán y 2 más.

24 febrero, 1998

El presidente de la República Interino, Fabián Alarcón, reconoció que en este caso, se cometió un crimen de Estado y manifestó que aceptaba la culpabilidad.

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