Con la declaración del cabo de Policía Cristian Bonilla terminaron las comparecencias de 51 testigos convocados a la audiencia de juzgamiento del teniente de Policía Francisco G., acusado de la muerte de Juan Pablo Bolaños, sucedida el 30 de septiembre de 2010, en Quito.

A la audiencia, iniciada a las 10:00 del miércoles, acudieron los 2 últimos testigos convocados por la defensa del oficial sindicado, ya que supuestamente las dos balas que mataron a Bolaños salieron de su pistola de dotación, según los exámenes periciales que se realizaron posteriormente a las armas de uso militar y policial que pudieron identificar en las indagaciones.

En una de las pericias, el personal que analizó las 12 armas entregadas, cotejó con las balas que sacaron del cuerpo de Bolaños y determinó que salieron de la pistola que presumiblemente era la que fue entregada en dotación al teniente.

Ante la pregunta del abogado defensor José Arévalo, el policía Bonilla volvió a relatar que el día de la revuelta estuvo como seguridad del Primer Mandatario y no se separó de él desde las 08:30 en que llegó.

“Cómo pudo disparar mi cliente,  si estaba en el tercer piso del hospital colaborando con el Presidente...”Una vez que se tomó este último testimonio se cerró la etapa de prueba y para el próximo 30 de agosto se realizará una audiencia de presentación de alegatos, que es la exposición de las pruebas presentadas durante el proceso. Por tal motivo, las partes pidieron el diferimiento de la audiencia para esa fecha.

El abogado defensor señaló que el oficial estuvo en el tercer piso del hospital de la Policía la noche de los sucesos, ayudando en la evacuación del Mandatario y que no podía haber disparado contra Bolaños.

Insistió en que en este caso se quiere sindicar a su defendido ya que, a pesar de que el arma era del acusado el día en que supuestamente la retiró del rastrillo, no hubo firma de recepción ni tampoco al momento de la entrega. “Lo que hicieron fue un cambiazo”, indicó el abogado.

También se refirió a que demostrará en sus alegatos finales que, según las pericias, los disparos que mataron a Bolaños tuvieron que haberse efectuado de muy cerca y apuntándole desde el piso.

La fiscal Paola Gallardo acusó al sindicado de homicidio simple, sobre la base del informe pericial realizado a las armas de los policías, el cual habría concluido que las balas que mataron a Juan Pablo Bolaños salieron de la pistola registrada a nombre del oficial.