La existencia de bares, discotecas, night clubs y otros centros de diversión nocturna hacen de La Mariscal, en Quito, una zona  complicada para el control policial y, a la vez, algo insegura, no solo para quienes acuden a dichos lugares, sino para los propios vecinos alrededor de ese sector.  

Ante ello, la Policía Nacional anunció que operativos como el de la semana anterior, en el que participaron alrededor de 150 personas de diferentes entidades, se realizarán de manera continua.

En la acción intervinieron miembros de la Dirección Nacional de Policía Especializada para Niños, Niñas y Adolescentes (Dinapen), la Secretaría de Seguridad de la Agencia Metropolitana de Control y las comisarías municipales de la Administración Zonal de La Mariscal. Se distribuyeron en grupos de 10, liderados por un agente policial.

La Dirección de Operaciones del Distrito Metropolitano de Quito (DMQ) delimitó las inspecciones en un perímetro que abarcó desde las avenidas Patria hasta la  Orellana, la  Amazonas, Plaza Foch, la Floresta y la Av. 6 de Diciembre.

Cristina Silva, titular de la Intendencia General de Policía de Pichincha, informó que en tres lugares -un night club-prostíbulo y dos bares-, pese a los insistentes pedidos de que abrieran la puerta, no lo hicieron, por lo que tuvieron que romper las seguridades de ingreso para efectuar el control. Al encontrar a trabajadoras sexuales, se procedió a la clausura de los locales.