La Corte, entre casos, causas y abogados
Empujones, carameleros y loteros en medio de abogados y clientes, más de uno preguntando, sin encontrar ayuda, el lugar en el que debía realizar su diligencia... ese era el día a día en la Corte de Guayaquil, en sus viejas instalaciones, en las calles Quito y 9 de Octubre. La falta de orden era evidente. Los aires acondicionados, en su mayoría, no valían y los baños estaban descuidados.
Parecía como si un cambio radical fuese imposible. Esa situación se vivió hasta septiembre del año pasado, cuando las oficinas de la Función Judicial de Guayaquil se trasladaron al centro comercial Albán Borja, al sector donde quedaba el almacén Makro.
En la actualidad, realizar todo tipo de trámite en la Corte es más fácil. Al ingreso de la dependencia hay un puesto de asesoría, en el que los usuarios obtienen rápidamente la información requerida sobre los diferentes tribunales, juzgados, salas de audiencias y demás oficinas que funcionan en el lugar.
El cambio es total en comparación con la vieja sede. Al ingreso, dos guardias dan un recibimiento cordial. Basta dar un paso hacia el interior del local y el aire acondicionado ya contrasta con el típico calor de Guayaquil. Primera buena impresión, pues era común ver en el anterior edificio del Palacio de Justicia a muchos ventilándose con las carpetas en que llevaban los documentos de juicios y causas.
No hay la misma aglomeración de personas que en el anterior edificio. Hay soltura para caminar. Además del puesto de información, el local está lleno de letreros indicativos.
Fácilmente se pueden ubicar los juzgados, salas y las diferentes oficinas que funcionan en el sitio, contrario a lo que sucedía.
Los archivadores de cada oficina están ordenados. Ya no se observa el cerro de carpetas apiladas en los escritorios de los secretarios y jueces. Hay orden y se evidencia limpieza y seguridad en el lugar.
Carlos Garzón no acudió a la Corte para un trámite legal, sino para una consulta, ya que un compañero de trabajo le mencionó que en el sitio se hallaba la unidad móvil del Ministerio de Relaciones Laborales.
“Yo pensé que esto iba a estar lleno. Llegué y no esperé nada. Pregunté acerca de mis vacaciones y si era ilegal que mis jefes me tuvieran dos años seguidos sin descanso. Me dieron una respuesta rápida y me prometieron más ayuda. Ahora me voy tranquilo”, indicó Garzón.
En el actual local hay, además, un anexo de la Fiscalía del Guayas, en el área de menores infractores y se ha adecuado un espacio para que los adolescentes reciban charlas motivacionales.
La Defensoría del Pueblo ha habilitado también una oficina para atender denuncias en casos de maltrato a la mujer. Sandra B. aseveró que encontró la ayuda correcta allí y que se sentía más protegida, gracias a la asesoría legal recibida.
“Me atendió una abogada y sentí que me entendía, vine al lugar correcto”, expresó la mujer.
En tanto, los trabajos de renovación en la ubicación tradicional de la Corte -Quito y 9 de Octubre-, estarán listos en octubre próximo y los juzgados, salas de audiencias y demás volverán a su sitio original.
La remodelación de las viejas oficinas tiene un valor de 21 millones de dólares. El acondicionamiento del local de Makro para que puedan funcionar ahí durante un año tuvo un costo de $ 2 millones.
