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Chinlli presentó querella contra instructor, quien fue declarado inocente

Excadete insiste en laborar en la Policía

Aspirantes a Policía que pasaron pruebas físicas y académicas reciben inducción antes de entrar en la escuela.  Archivo / el telégrafo
Aspirantes a Policía que pasaron pruebas físicas y académicas reciben inducción antes de entrar en la escuela. Archivo / el telégrafo
17 de diciembre de 2015 - 00:00 - Redacción Justicia

Luis Chinlli Tenelema ingresó a la Escuela de Formación en Tambillo, en la provincia de Pichincha, como aspirante a policía en octubre de 2012. Ilusionado se despidió de su familia en Durán, pero lamentablemente sus sueños se quebraron a raíz de un incidente que, en su opinión, desencadenó una serie de eventos que le dejaron fuera de la institución a la que tanto desea pertenecer.

Con cierta dificultad porque usa un válvula en la cabeza que le drena líquido del cerebro por un catéter que le sale a la altura del estómago, contó que en enero de 2013 le ordenaron que vaya al gimnasio para iniciar con el entrenamiento de judo, actividad que había escogido voluntariamente, pero se topó con el capitán Samuel R.

El joven, ahora de 24 años, habla de corrido, pero para recordar los episodios hace pausas. “Todo lo que pasó hasta que perdí el conocimiento lo recuerdo bien, luego ya se me hace difícil, pasé mucho tiempo en coma”, comenta.

Cuenta que el capitán le ordenó que haga determinados ejercicios físicos y como “empecé a sentirme mal me quedaba de último, entonces como castigo me obligó a tomar un bidón con 6 litros de agua, lo cual tuve que cumplir”.

Apenas acabó de beber pidió permiso para salir al baño. “Mi estómago me molestaba, me sentía muy mal y estaba con diarrea”. El instructor lo presionó para que salga del baño rápido y siga el entrenamiento, pero al continuar las pruebas físicas volvió a rezagarse. “El capitán me obligó a tomar otros 6 litros de agua, apenas acabé me desmayé, todo eso testificaron mis compañeros que estuvieron ese día, ellos lo vieron todo, ahora ya son policías”, aseguró.

Posteriormente, el aspirante fue llevado al hospital donde le detectaron neurocisticercosis, que son parásitos que usualmente entran al organismo especialmente por ingerir carne de cerdo mal cocinada, lo cual le había afectado el cerebro.

Esta explicación no tranquilizó a la familia, por eso la madre apenas su hijo se recuperó entabló una demanda por malos tratos en contra del capitán de Policía.

El Tribunal de la Unidad Multicompetente del Cantón Mejía, donde se tramitó la querella, absolvió al oficial señalando que no existió maltrato, así como tampoco se halló evidencia de que la actividad física haya sido la causante del estado que provocó varios meses en cama.

Según el testimonio de los médicos, que se encuentra escrita en la resolución de la Corte, la enfermedad estaba avanzada, lo que pudo haber provocado el desmayo y después se hizo necesaria una intervención quirúrgica.

El fiscal del caso, Rodolfo Robayo, insistió en que hubo un maltrato físico que desencadenó la enfermedad; pero el juez decidió declarar la inocencia del oficial, luego de que evaluó las pruebas presentadas.

La familia de Chinlli volvió a apelar el caso, pero nuevamente el tribunal penal sorteado para conocer el caso desestimó el recurso y ratificó la inocencia del acusado.

“Todos vieron el maltrato y cómo me obligó a tomar el agua”, comentó el joven, quien espera que la entidad se responsabilice por lo que le pasó.

Aunque está consciente de la ayuda médica que la institución le ofreció hasta el 24 de octubre de 2014, en que fue dado de alta, insiste en que sufrió maltrato.

“Sigo esperando la sensibilidad de la institución, yo ahora tengo problemas físicos, pero he visto muchos policías discapacitados que aportan y hacen bien su trabajo; esa oportunidad es la que busco”, manifestó. Chinlli planteará un recurso de casación al fallo. 

El director de Educación de la Policía, general Ramiro Mantilla, explicó que existen requisitos estrictos para ingresar como aspirante, físicos y académicos, debido a la labor específica del policía.

Sin embargo, aclaró que en caso de que un miembro de la entidad sufra un accidente y como “consecuencia quede con alguna discapacidad, la institución le brinda el apoyo necesario”.

En esta línea, la mayor María Belén Prado, del departamento de Bienestar Social, señaló que existen muchos policías con alguna discapacidad que están laborando, “dependiendo del problema que tengan se les asigna trabajos que puedan realizar usualmente en áreas administrativas, siempre los respaldamos”.

Mantilla reconoció que no está al tanto de lo sucedido con el aspirante Chinlli, pero sugirió que podría ingresar en la entidad aplicando como civil a través del Ministerio del Interior para que cumpla alguna función administrativa para la que pueda estar apto, pero eso ya depende de esa instancia.

Además, indicó que el trabajo físico que exige la institución es fuerte y que no todos están en condiciones de cumplirlo. (I)

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