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El Telégrafo
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En 2013 disminuyeron los incendios en Guayaquil

En 2013 disminuyeron los incendios en Guayaquil
09 de enero de 2014 - 00:00

Las gasolineras que operan en Guayaquil son revisadas anualmente por miembros del Cuerpo de Bomberos, con el fin de que cumplan las normas de seguridad y certificaciones en lo que se refiere al sistema hidráulico, extintores, señalización, etc.

Así lo señaló el jefe de la institución bomberil, Martín Cucalón, quien agregó que en los últimos 7 años no se han registrado novedades en estas estaciones de servicio.

Explicó el oficial que cuando un establecimiento de esta categoría tiene planificado hacer una adecuación, como aparentemente sucedió en Quito, el propietario debe solicitar los permisos al Cuerpo de Bomberos con el objetivo de que se tomen las medidas de prevención para evitar incidentes.

La persona encargada en la institución revisa qué tipo de adecuación o reparación se realizará, y si los trabajos ameritan que la gasolinera suspenda sus actividades, caso contrario puede seguir operando con las medidas preventivas del caso.

Durante el desarrollo normal de las actividades, los miembros bomberiles inspeccionan una vez al año, constatando, aparte de las normas preventivas, puntos importantes como: no vender combustible a buses con pasajeros, a vehículos encendidos y en envases no adecuados, situaciones importantes que ayudan a disminuir los riesgos, resaltó Cucalón.

La autoridad indicó que por medio de la prevención y los controles, la gente hace más conciencia para diminuir los siniestros.

El pasado 8 de diciembre, un incendio afectó los pisos 18 y 19 del edificio Panorama, ubicado en las calles Malecón y Colón, sector de la Bahía en Guayaquil.

Según el Cuerpo de Bomberos, se evacuó a unas veinte personas que se encontraban en el edificio; inicialmente estaban tres atrapadas, entre ellas una menor, pero luego fueron rescatadas y atendidas por asfixia y quemaduras.

Unas cincuenta unidades de los bomberos y unos 120 miembros de la institución atendieron la emergencia. Debido a la alarma, los comerciantes de la Bahía cerraron sus locales; pasadas las 17:15 llegaron más refuerzos militares para dar seguridad.

Operaciones similares se ejecutaron en las 19.587 alertas de incendios que en los últimos nueve años (2005-2013) causaron conmoción en la urbe.

Así lo detalla un reporte de los bomberos, que revela que el número de siniestros se mantiene en un promedio de 2.000 emergencias anuales, aunque aumenta la cifra de muertes a consecuencia de estas tragedias.
Solo en 2013 se reportaron 2.278 incendios (declarados, alerta 2, conatos, etc.). Mientras que en 2012 la cifra llegó a 2.408.
No obstante, se evidencia que se han incrementado estos casos al comparar esas cantidades con los 1.247 registrados en 2005.

En 2013, el mayor número de incendios se reportó en agosto con 340 casos. Uno de estos ocurrió el viernes pasado en un local de venta y reparación de celulares, ubicado en el sector la Bahía, centro de la ciudad, a consecuencia, presuntamente, de un cortocircuito.

El Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil (BCBG) reportó el año pasado 146 alarmas por similares circunstancias. Algo similar se registró en una vivienda en Los Vergeles.

Estos sucesos sumaron 12 personas fallecidas en 2013, generando un incremento al compararse con lo ocurrido en 2005: no hubo víctimas. En el período posterior la cifra llegó a 2 y el siguiente (2007) a 3.

El ingeniero César Tapia, especialista de la Eléctrica de Guayaquil, explicó que los incendios vinculados con descargas eléctricas se originan por varios factores, pero el principal es por conexiones clandestinas.

“Al estar expuestos los cables, sin las seguridades requeridas, se corre el riesgo -a consecuencia de las variaciones del voltaje- que se produzca un recalentamiento”, detalló.

El especialista argumentó que la instalación de medidores es fundamental para evitar esta situación, ya que con ese equipo se logra fijar un correcto cableado para soportar las variaciones.

Otra de las causas está relacionada con la falta de mantenimiento a las redes eléctricas de las casas que sí tienen medidores.

“La tendencia de casi toda familia es crecer, primero se inicia con un pequeño televisor, una radio, etc. Pero con el tiempo se adquieren artefactos, como la nevera o el acondicionador de aire, que por la fuerza que tienen los conductores eléctricos quedan reducidos”, acotó.

Tapia recomendó que lo oportuno es hacer un rediseño eléctrico de las instalaciones o mantenimiento preventivo para cambiar esos cables o tomacorrientes obsoletos.

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