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El secuestro exprés baja un 15% en los últimos tres meses

El secuestro exprés baja un 15% en los últimos tres meses
05 de febrero de 2013 - 00:00

Las cifras de secuestro exprés (retención forzada de la persona por corto tiempo para robarle) siguen a la baja. Durante los dos últimos meses del año anterior y el primero de este año este delito ha tenido una caída del 15,6%, según datos de las autoridades y de observatorios independientes.  

Este fenómeno delictivo no es exclusivo de las clases sociales altas, cuyas víctimas -por lo general- conducen autos de lujo, llevan teléfonos celulares de última generación, dinero en efectivo o tarjetas de crédito. Ciudadanos de clase trabajadora también se enfrentan a esta problemática. Germán Veintimilla, por ejemplo, fue víctima de ese delito en Guayaquil el pasado 27 de diciembre.

El hombre, de 33 años de edad, relató en su denuncia que tomó un taxi amarillo, alrededor de las 19:00, luego de salir del trabajo para dirigirse a su domicilio en Sauces 8, al norte de Guayaquil. Cerca del túnel del cerro Santa Ana el conductor detuvo la marcha del vehículo y permitió a dos sujetos subirse en el asiento de atrás, quienes lo golpearon y amarraron para luego llevarlo a un cajero automático y retirar $ 400. Transcurrieron unas 2 horas antes de que Veintimilla sea liberado en un sector de la vía Terminal Terrestre-Pascuales.

Pese a que este tipo de denuncias sigue siendo presentando en las fiscalías de Quito y Guayaquil, las entidades encargadas de recopilar, analizar y procesar los datos del comportamiento delictivo apuntan que el secuestro exprés registra una disminución considerable.

Gabriela Santos, directora del Observatorio de Seguridad Ciudadana de Guayaquil, indicó  durante la reunión del Consejo Provincial de Seguridad que  las incidencias delictivas entre los meses de noviembre y diciembre de 2012 y enero de 2013 muestran  una reducción total de 12,4% en los 9 delitos considerados relevantes, entre los que destaca precisamente el secuestro exprés.

Ese delito, según el estudio de georreferenciación de Guayaquil, se perpetra en un 56%  en el distrito centro, que comprende la avenida 9 de Octubre, seguido de los sectores Kennedy, Atarazana y Alborada, por lo que el contingente policial, informó Orlando Jácome, jefe del Departamento de Operaciones en Guayaquil, enfoca el patrullaje y trabajos básicos de inteligencia en esos sectores con el objetivo de reducir el índice delincuencial.    

Mientras que en Quito, el Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana, en el último informe estadístico y georreferenciación de noviembre de 2012, registra un decrecimiento de hasta el 11%.

Según cifras de la Dirección Nacional de la Policía Judicial (DNPJ), de enero a agosto de 2011 se registraron a nivel nacional 488 denuncias de secuestro exprés, a diferencia de los 594 casos denunciados en el mismo período de 2010, cuyos autores son juzgados según el artículo 552 del actual Código Penal que trata el robo agravado.

Al referirse a ese tema, Juan Carlos Iza, jefe de la Unidad Antisecuestro y Extorsión (Unase), manifestó en días pasados que  es acertado que el secuestro exprés sea incluido entre las propuestas al Código Orgánico Penal Integral que se debatirá en la Asamblea Nacional y cuyo articulado 94 dice textualmente: “quien prive ilegalmente de la libertad a una o más personas por el tiempo estrictamente indispensable, con el propósito de cometer otra infracción para obtener algún beneficio para sí o para un tercero, será sancionado con pena privativa de libertad de 5 a 7 años”.

El oficial explicó que las organizaciones delictivas carecen de la logística necesaria para mantener más de 48 horas secuestrada a una persona, por lo que la premura las obliga a transar por cantidades relativamente pequeñas, que dependen de la disponibilidad económica de la víctima.

“Usualmente un secuestro tradicional es bien planificado, hay una estrategia de los delincuentes, labor de inteligencia, organización, logística, etc.”, explicó. “En el secuestro exprés, en cambio -indicó- no es así, 2 o 3 individuos se ponen de acuerdo para salir a la calle a buscar a su víctima y conseguir dinero fácil y rápido”.

Las autoridades consideran que la georreferenciación y el juzgamiento de este delito como robo agravado han ayudado a reducir las cifras.

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