Desde 2004 las autoridades ecuatorianas han implementado operativos, especialmente en las zonas fronterizas, para evitar los cultivos de plantas ilícitas. Esto ha sido corroborado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Undoc), que declaró por segunda ocasión consecutiva a Ecuador libre de sembríos para la producción de alcaloides.

El último informe elaborado por la entidad internacional señala que no existen plantaciones de coca, amapola y marihuana, lo cual confirma que el país no es productor de drogas a pesar de que limita con países considerados grandes fabricantes de las sustancias ilícitas.

Estas conclusiones fueron anunciadas por Lorenzo Vallejos, coordinador del programa de monitoreo de cultivos ilícitos que impulsa la Orgnación de Naciones Unidas (ONU) gracias al financiamiento del Estado ecuatoriano.

Las actividades desarrolladas en este proyecto se enfocan en la prevención a través de evaluaciones en territorio, para el registro y recopilación de información sobre la presencia de este tipo de plantas.

“El Estado viene cumpliendo un rol preventivo realizando actividades de control a nivel nacional y también impulsa iniciativas como el programa de desarrollo alternativo”, indica el estudio de cultivos ilícitos en el Ecuador 2014.

Desde 2006 se efectúan actividades de monitoreo vía aérea y terrestre implementados por el Comité Técnico Interinstitucional de Monitoreo (Cotimon), liderado por el Ministerio del Interior y conformado por las carteras de Defensa y Ambiente, el Consejo Nacional de Control de Sustancias Psicotrópicas y Estupefacientes (Consep), las Fuerzas Armadas, Policía Nacional, Instituto Geográfico Militar y el Instituto Espacial Ecuatoriano.

Del trabajo de verificación que se efectuó en el caso de la amapola que se usa como materia prima de drogas como opio, heroína o morfina, los técnicos concluyeron que crece en zonas aisladas de Chimborazo, Tungurahua y Cotopaxi; pero de manera silvestre, por eso se sustituyó el monitoreo con sobrevuelos, ya que es difícil reconocerla desde el aire.

Destrucción de plantas

En 2014 se encontraron pequeñas plantas dispersas y no se constató que sus cápsulas hayan sido cortadas para extraerles el látex y se procedió a la destrucción de un  total de 2’379.885 matas.

En el mismo período se eliminaron 15.881 plantas de coca halladas en Esmeraldas, Pastaza, Sucumbíos y Pichincha. “La presencia de esta planta es dispersa y poco significativa y en ningún caso se consideraría que existe producción de hoja de coca para elaboración de pasta base de cocaína”, señala el estudio.

Con respecto a la marihuana, el informe dice que las autoridades reportaron la destrucción de 648 plantas. “En Manabí se eliminaron 421 matas, seguido de Morona Santiago con 89, y Pichincha 53. En  2013, en Esmeraldas se destruyeron 3.546, pero se deberá hacer un monitoreo más intenso en 2016”.

Inspecciones aéreas y terrestres

Para detectar cultivos ilícitos se implementaron inspecciones aéreas y terrestres en el territorio, informó la subsecretaria de Seguridad del Ministerio del Interior, Karina Argüello. “Fue un arduo trabajo de 3 meses que contó con la participación de personal de la Secretaría de Inteligencia y estuvo validado por delegados de la ONU”, agregó la funcionaria.

Para el director nacional Antinarcóticos, general Edmundo Moncayo, estas plantas son cultivos que crecen sin ser sembrados por alguna persona y más bien son considerados como hierba mala, muchas veces la comunidad que está alrededor de estas siembras realmente no las utiliza.

Frontera norte en riesgo

La frontera norte sigue en riesgo en relación a la posible aparición de cultivos ilícitos, en especial de coca, considerando el incremento significativo de la extensión cocalera en Colombia, específicamente en las regiones del Pacífico y Putumayo-Caquetá, con incrementos de 40% y 60% respectivamente, concluye el informe de la ONU.

La amapola tiene incrementos en el departamento de Nariño, en territorio colombiano, donde ha pasado de 73 hectáreas sembradas en 2013 a 159 en 2014, el riesgo o amenaza no estaría circunscrito únicamente a las provincias de Esmeraldas y Sucumbíos sino también a Carchi, señala el estudio.

Vallejos reiteró que no existe evidencia alguna de presencia de cultivos ilícitos en el país. “Necesitamos  de la cooperación interna e internacional de manera que se siga apoyando estos procesos técnicos. No debemos dejar que esta clase de cultivos penetren en el Ecuador, que felizmente no tiene estos problemas a diferencia de sus vecinos; falta mucho por hacer, pero están en buen camino”, finalizó. (I)