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Cinco personas privadas de la libertad recibieron reconocimiento

Los privados de la libertad, además, escucharon una mesa redonda con el tema “La educación a distancia como herramienta a la inclusión social”.
Los privados de la libertad, además, escucharon una mesa redonda con el tema “La educación a distancia como herramienta a la inclusión social”.
Foto: Karly Torres / El Telégrafo
15 de diciembre de 2018 - 00:00 - Redacción Justicia

La cárcel no los limita. Cinco personas privadas de la libertad que estudian carreras universitarias a distancia recibieron reconocimientos al mérito académico.

El más premiado fue Paúl V., de 46 años, de los cuales 6 ha pasado en prisión. Él regresó a su celda con tres diplomas en sus manos y una medalla con los colores de la bandera de Guayaquil prendida de su camisa, mangas cortas, color naranja, que usan los internos en eventos especiales.

Paúl, quien purga una sentencia de dos décadas y asegura ser inocente, cursa el octavo semestre de Administración de Empresas Turísticas y Hoteleras en la Universidad Católica Santiago de Guayaquil. Los premios que recibió fueron: Filantrópica, Promedio más alto y Unidad académica.

Su novia y la madre de ella llegaron, la mañana de este viernes 14 de diciembre, al centro de privación de libertad regional Zonal 8 (en Guayaquil) para compartir su logro.

En la sala de espera, donde diariamente se aglomeran parientes de internos que aguardan su turno para ingresar, ellos se abrazaron y lloraron. “Ellas son mi motivación. He sentido su apoyo en todo momento”, expresa el interno de 1,65 metros de estatura, con un acento particular, una mezcla de acento costeño, serrano y mexicano.

Quienes llegaron a visitar a los demás reos, que seguían en sus celdas, esta vez aguardaron sentados bajo unas carpas azules armadas en el estacionamiento del centro de rehabilitación.

Paúl V. fue el interno más premiado del Centro de Rehabilitación. Él estudia Administración de Empresas Hoteleras y Turísticas.Paúl V. fue el interno más premiado del Centro de Rehabilitación. Él estudia Administración de Empresas Hoteleras y Turísticas. Foto: Karly Torres / El Telégrafo

¿Quieren volver a delinquir?

Miguel Ángel L. emocionó a los asistentes con su discurso. Él tiene 49 años, estudia leyes y también recibió un diploma por altas calificaciones.

Durante su intervención cuestionó a sus compañeros: ¿Quieren volver a delinquir? Algunos respondieron con un poco de vergüenza y esa contestación no le agradó, así que repitió la pregunta y el “no” fue contundente.

“Eso era lo que quería escuchar. No vamos a volver a delinquir porque hemos sepultado nuestro pasado. Afuera nos esperan muchas opciones de bien y de mal, pero sé que sabremos escoger”, destacó.

Miguel Ángel resaltó que cuando recupere su libertad “regresaré a casa como un abogado, no como un exreo. Como un profesional comprometido a buscar el beneficio de los más desprotegidos, como un defensor de la justicia y la verdad. Mi sueño es ser ministro. Si mis padres vivieran se sentirían orgullosos de lo que hago”.

El hermano de Miguel Ángel lloró al describirlo. “Es un buen hombre, realmente él está aquí por un error, pero yo no puedo sentir más que admiración por él porque donde sea que está es el mejor”.

En 2020 se graduará la primera promoción

Elizabeth Jiménez Franco, directora del sistema de educación a distancia de la Universidad Católica, informó que la institución, desde 2015, ofrece seis carreras a los privados de la libertad: Derecho, Trabajo Social, Contaduría Pública (CPA), Administración de Empresas, Mercadotecnia y Turismo.

“Los detenidos se sometieron a un proceso de admisión como todos los estudiantes. 110 lograron y 70 continúan los estudios y en año y medio tendremos la primera promoción. La deserción es, sobre todo, de estudiantes que recuperan la libertad y no de aquellos que continúan en el centro”, explicó la directora.

Jiménez Franco prefiere no hablar de desventajas sino de particularidades de la educación a distancia en un centro de privación. Una de ellas es el cambio constante de funcionarios administrativos y volver a explicar lo necesario para desarrollar los programas, incluso con personas de los pabellones de máxima seguridad.

Asimismo indicó que había un problema recurrente con el acceso a internet para los internos, “pero creamos una plataforma offline para que tengan acceso a la información”.

Vallardo Villegas, coordinador zonal de Guayaquil de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt), celebró el esfuerzo de los estudiantes que permanecen en los centros de rehabilitación. “Es importante saber que cuando ellos recuperen su libertad pueden continuar con la formación”.

Agregó que el programa de educación superior para estudiantes detenidos incluye la oferta de carreras de tercer nivel técnico y tecnológico. Según él, estas también se ofertan en los recintos penitenciarios e incluso en el femenino desde este año. (I)

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