32 becados de la cárcel de Ambato siguen carreras en la "U"
Clases y tutorías online es la modalidad con la que 32 personas privadas de la libertad del Centro de Rehabilitación Social (CRS) de Ambato, estudian sus carreras universitarias.
Ellos obtuvieron cupos para programas de formación superior tras rendir el examen Ser Bachiller, meses atrás. Así lo afirmó Carlos Manzano, director del Centro.
“Por disposición del Ministerio de Justicia se efectuó un censo para conocer el número de internos que completaron la educación secundaria. 32 cumplieron ese requisito, rindieron la prueba y todos aprobaron y obtuvieron becas para seis universidades del país”, dijo Manzano.
Las clases las reciben en el Infocentro del CRS, que cuenta con modernas computadoras y el internet es permanente, indicó.
Un total de 247 privados de la libertad participaron anteriormente en ciclos formativos en este lugar, lo que avala la factibilidad del mecanismo educativo que allí se aplica, consideró el director.
Sicología, Educación Básica, Economía, Derecho, Comunicación Social, entre otras carreras universitarias, cursan los becados gracias a una plataforma virtual habilitada por los centros de formación superior que otorgaron las becas.
Según el director del CRS Ambato, tres privados de la libertad ya cumplieron el tiempo de reclusión y continúan su educación desde los hogares. “Las edades de los becados va desde los 21 a los 53 años, y cumplen sentencia desde dos a 16 años”.
La interna Beatriz, becada ambateña de 34 años, agradeció a la Fundación Universitaria Iberoamericana la oportunidad de seguir un doctorado en Nutrición y Dietética.
“Llevo cuatro meses de estudios a través del servicio de internet y disponibilidad del Infocentro. Seis horas al día los dedico a mi formación, y así mantengo la mente ocupada. Mi título será la clave para mantener a mis 2 hijas cuando salga del CRS”.
Al becado Sergei, de 44 años, de origen ruso, y quien lleva recluido cuatro años y un mes en la cárcel de Ambato, le apasiona la carrera de Comunicación Social, la cual “descuidé por errores de mi juventud. Hoy, gracias a Dios, me he propuesto terminarla. Esto me tomará cuatro años”. (I)
