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Armas artesanales, a prueba de calidad para obtener permisos

Armas artesanales, a prueba de calidad para obtener permisos
08 de mayo de 2013 - 00:00

Todas las armas de fuego deben pasar por dos exámenes. El primero es la prueba de  funcionamiento, etapa en la que se  dispara toda la carga para comprobar su efectividad. Si se traba, inmediatamente se la retiene para su destrucción.

La segunda prueba es por medio de lo que se denomina recuperador balístico, donde son  disparadas por dos ocasiones dentro de  un tanque de agua. Allí se separan la vaina y la ojiva; identificada la marca, el calibre y la impresión que deja el disparo, se completa el registro balístico y fotográfico según lo que determina la Unidad de Control de Armas, a cargo de los militares.  

Posteriormente los equipos son enviados al departamento de Criminalística de la Policía Nacional, donde serán registrados en su banco de datos. El objetivo es tener toda la información del arma, en caso de que sea hurtada y utilizada en delitos como robos y asesinatos.

El equipo debe estar en condiciones de disparar la munición con una velocidad y distancia acorde con el calibre; los ‘tambores’ de los revólveres donde se aloja la munición deben permitir una salida correcta de la bala a través del cañón. Además, el tubo del cañón debe tener condiciones adecuadas para que la munición salga con una trayectoria de seguridad.

08-05-13-policial-elavoracion-de-armasCon las pruebas de funcionamiento que se realizan, se analiza si las armas artesanales están en condiciones o no para  renovar los permisos de tenencia y porte de las mismas, los que duran dos años. Por otro lado, aquellas armas que disparan proyectiles no letales y que, dependiendo de la situación se usan en escenarios deportivos y para protección personal, también deben ser registradas por sus dueños.

La calificación de esos equipos es, además, una ayuda en caso de pérdida de la misma, pues, como asegura el experto en seguridad Daniel Adler, “se puede afirmar que el 90% de las armas en manos de la delincuencia son adquiridas lícitamente por la ciudadanía y sustraídas por antisociales, y de cada 10 asaltos 9 se realizan utilizando un arma”.

Sin embargo, quienes soliciten autorización deben también superar pruebas psicológicas y psiquiátricas que certifiquen su capacidad para portarlas. Verifican si la persona sufren síndromes clínicos, adicciones y control de impulsos.

Los permisos de tenencia y porte de armas que solicitan civiles, en su mayoría son para  dispositivos calibres 38, 16, 22 y 9 milímetros. El mercado de estos dispositivos también se mueve por internet. En la red, alrededor de 1.200 anuncios promocionan la venta, compra e incluso alquiler de armas de fuego.   

Según Adler, páginas como ecuadorvive1.com y quito.olx.com.ec ofrecen armas de fuego. Alquilar una, dependiendo de la marca, puede costar entre 20 y 50 dólares diarios, afirma el especialista.

Ya en el mercado, un arma de fabricación nacional puede costar entre 50 y 500 dólares, mientras que una tipo Glock está en alrededor de $ 2.800, y un revólver tiene un valor promedio de 1.800 dólares.

MUCHAS PERSONAS TIENEN ARMAMENTO QUE NO SABEN USAR

Según el experto en seguridad Daniel Adler, con el afán de protección algunas personas  compran armas, aunque no tienen ningún conocimiento práctico de su utilización  y no toman en consideración la desventaja táctica que tienen frente al delincuente. Si no saben cómo utilizarla o no están decididos a hacerlo, es mejor no tenerla.

Existen el factor sorpresa y la intimidación. “El  antisocial llega  con el arma empuñada, la mano en el gatillo y la bala lista. La víctima no tiene tiempo de reaccionar y en la mayoría de los casos resulta asesinada”, señala.

Adler explica que en Ecuador la clase media baja opta por armas tipo revólver calibre 32, 38 y 39 de fabricación nacional. Unos pocos prefieren las importadas automáticas como la Glock. “Los sicarios utilizan las nueve milímetros”, dice el experto.

Para Adler, la falta de educación en la sociedad influye en que las personas adquieran ilícitamente  armas, con el fin de resolver incluso  conflictos, ya sean familiares, laborales, de pareja, etc.

Asegura que desde el 2006 a muchas armas compradas lícitamente por los ciudadanos y que han sido  robadas por delincuentes se les ha  alterado sus series. Incluso también hay equipos que han sido sustraídos a miembros de la Policía y cuyos sellos oficiales han sido  borrados con ácido.

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