Carolina Llanos Avendaño, pareja sentimental del asambleísta de Sociedad Patriótica, Galo Lara, fue condenada a 20 años de reclusión, luego de que el pasado 21 de diciembre la Sala Penal de la Corte Nacional de Justicia (CNJ), la encontrara culpable de ser la autora intelectual del asesinato de Humberto Llanos, su esposa Silvia Parco y su hijo, de tres años. El hecho ocurrió el 4 de agosto de 2011 en el cantón Quinsaloma, provincia de Los Ríos. La sentencia fue notificada la tarde ayer.

Juan Fernando Rodríguez Lavayen, José Manuel Véliz Sánchez y Édgar Eduardo Martínez Franco, encontrados culpables como autores materiales de los crímenes, fueron sentenciados a 20 años.

En el mismo juicio, que duró una semana, el asambleísta Galo Lara, quien fue acusado por la Fiscalía como presunto autor intelectual de los hechos,  fue absuelto por los jueces Vicente Robalino, Lucy Blacio y Jhon Aylluardo, quienes en su veredicto dijeron que no encontraron pruebas suficientes de la culpabilidad del legislador.

Al mismo tiempo, la Fiscalía desestimó la acusación hecha en un principio contra  Luis Mediavilla, asesor del legislador.

El juicio, conocido como caso Quinsaloma, reunió a más de 50 testigos, entre policías, familiares de víctimas y acusados, que declararon que en algunas ocasiones Llanos aseguró que mataría a Carlos Humberto Llanos, su primo y con quien, además, mantuvo una relación sentimental.

Durante el juicio, uno de los testimonios más fuertes, en la Fiscalía, fue el de la hija de los esposos Llanos- Parco, quien relató varios hechos violentos que presenció entre sus padres y la hoy sentenciada.

De acuerdo a las pruebas, Llanos ordenó la muerte   de las tres personas a causa  de los celos. Los cuatro procesados están recluidos en cárceles de Guayaquil.

Mientras que Carlos Alfredo Guaray Vargas, acusado como presunto autor material, y  Gilbert Llanos, hermano de Carolina Llanos, acusado en calidad de cómplice de los crímenes, se encuentran prófugos desde enero pasado.  

La tarde de ayer los abogados defensores de los acusados no contestaron las llamadas telefónicas.