Ecuador, 24 de Abril de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

1.864 personas afectadas por pirotecnia en 6 años

1.864 personas afectadas por pirotecnia en 6 años
31 de diciembre de 2012 - 00:00

Alexandra tenía 15 años cuando perdió su ojo derecho. Han pasado 7 años y aún recuerda el dolor que sintió y el olor a piel quemada. Era la noche del 31 de diciembre de 2005. Alexandra y su familia quemaban un monigote, al que decidieron ponerle camaretas y silbadores. Cuando comenzó a explotar, ella se alejó unos metros por temor, sin embargo, un silbador salió a gran velocidad e impactó en su ojo. La llevaron al hospital, pero nada pudieron hacer, uno de sus verdes ojos   perdió el 100% de la visión.  

La imágenes de dolor y los duros tratamientos a los que son sometidos los pacientes con quemaduras, siempre quedan grabados, no solo en la memoria de las víctimas, sino también en la de los médicos que trabajan en los hospitales.   

Hace un año, un niño de apenas 2 años se colocó una camareta en la boca, que al contacto con la presión de los dientes explotó. Las quemaduras de segundo grado afectaron su sentido del gusto.  

De enero de 2004 a noviembre de 2012, el Grupo de Intervención y Rescate (GIR)  realizó 12.097 operativos en Quito para evitar el uso de juegos pirotécnicos, como camaretas, diablillos, lluvia de estrellas, bengalas y tronadores, así lo afirmó Juan Carlos Gines, jefe de la escuadra de explosivos del GIR.

Si bien es cierto no existe una base de datos específica que registre solo a las personas afectadas en esas circunstancias, se estima que entre 2003 y 2008 los bomberos atendieron 1.864 emergencias relacionadas con quemaduras de pólvora.

Esas estadísticas indican que un 40% de las personas presentó lesiones en las extremidades superiores. Otro 24% registró quemaduras y amputaciones en las extremidades inferiores. Asimismo, 17 de cada 100 casos tuvieron lesiones o quemaduras en la cabeza; y 10 de cada 100 en el tórax y abdomen.

Édison Rodríguez, cirujano plástico del hospital Eugenio Espejo, con 16 años de experiencia, indicó que el trauma que sufre una persona afectada por quemaduras es muy difícil de superar. “Los procedimientos quirúrgicos y el tiempo de recuperación de cada persona dependen de la cantidad de pólvora  que hayan manipulado, pero las lesiones más comunes son en manos y rostro”.

Cualquier quemadura, ya sea de pólvora o no, puede afectar estructuras profundas, desde la piel hasta el hueso.

Indicó que si la explosión es grande y la persona tuvo tiempo de retirarse, se puede presentar una quemadura de segundo grado, es decir con un superficial daño, por lo que el tejido cutáneo se puede recuperar solo, es decir, una nueva piel vuelve a nacer sobre el área quemada.

En manos puede llegar hasta la amputación. En una quemadura de tercer grado, el trauma se genera en tejido, piel y huesos. Esas quemaduras provocan     discapacidad.

El galeno enfatizó que, cuando el daño es más profundo, sin importar el tiempo de recuperación, siempre quedarán secuelas. Es decir, quizás no sea necesario amputar los dedos, pero posiblemente se perderá la movilidad de la mano hasta en un 70%.

Un paciente con un porcentaje mayor al 50% de quemaduras en tercer grado de profundidad es considerado de alto riesgo.

Cuando sobrepasa el tercer grado y llega a la carbonización con el 100% de la superficie quemada, la posibilidad de sobrevivir es mínima o nula. La probabilidad de supervivencia y recuperación de un paciente grave depende de las áreas afectadas.

“Las lesiones por quemaduras tienen muy variado pronóstico, dependiendo de  la longitud, superficie, profundidad y ubicación; además, la edad y otras posibles enfermedades que tenga el paciente, como diabetes o enfermedades cardíacas,   pueden disminuir la supervivencia”, dijo Rodríguez, quien consideró que las personas minimizan la probabilidad de un accidente.

Añadió que no solo el que manipula pólvora puede ser afectado, sino también personas que no estén cerca, pues estos artefactos tienen direcciones imprecisas. “Cualquier persona que esté a media cuadra o más lejos puede ser afectada”.

Entre los procedimientos para tratar una quemadura están los injertos, es decir, sacar piel del mismo paciente y colocarla en la zona en la que no volverá a crecer. En el resto de la piel, aunque  se recupere quedarán secuelas, desde la resequedad, imposibilidad de un estiramiento de piel adecuado y dolor. Además del aspecto estético que conlleva otro tipo de problema psicológico.

Tipos de pólvora

En el mercado existen 3 tipos de pólvora: negra (hace que los juegos pirotécnicos giren y produce chispas), de colores (produce iluminación) y sonora (es la que explota mientras se enciende).

Existe la pirotecnia “fría” o de efectos especiales, que produce poco humo y no quema. Se utiliza en escenarios. Un comerciante explicó que, a pesar de que los efectos especiales llevan poca pólvora no dejan de ser explosivos y se deberían encender solo en lugares abiertos. Respecto a los precios, un castillo de 4 pisos cuesta alrededor de $ 500, una vaca loca, $ 40; tortas de 19 tiros, $ 25 en adelante, y volcanes, $ 2.  

Byron Pereira, de la Cruz Roja, indicó que la ayuda inmediata que se le puede brindar a una persona que ha sufrido una quemadura es colocarle una sábana mojada o colocarlo bajo un chorro de agua fría. No se debe colocar sustancias como pasta de dientes o vaselina, ya que empeoran la situación. Explicó que la onda expansiva de una explosión de un juego pirotécnico, aunque no genere quemaduras, puede provocar daños en los tímpanos de las personas que están cerca.

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Este año se realizó un convenio entre la Policía Nacional y el Ministerio de Educación, a fin de que el mensaje de concienciación llegue hasta los lugares más alejados del país.

Social media