El pasado viernes el secretario nacional de la Senescyt, René Ramírez, anunció  las acciones que emprenderá  la Secretaría  para la revalorización de la formación técnica y tecnológica en el país.

Ramírez se refirió a la necesidad de depurar los institutos superiores. La iniciativa nace de un diagnóstico que revela que actualmente 3 de cada 10 institutos que constan en el Sistema Académico del Ecuador no funcionan.

De 407 institutos superiores registrados en el  Sistema Académico,  un total de 116 deben ser depurados, pues no están en funcionamiento y no cuentan con resolución de cierre.

De esa lista,  en la provincia del Guayas se encuentran 28 institutos técnicos, de los cuales 25 están en Guayaquil.

Varios  de ellos no funcionan como instituciones técnicas o tecnológicas superiores desde hace algunos años, pese a que se encuentran en el listado de institutos y conservatorios que van a cerrarse, emitido por la Senescyt y que se encuentra colgado en su página web.

Este es el caso del Instituto Coello, un colegio con más de 60 años de antigüedad, ubicado en las calles Olmedo 410 y Boyacá.

La propietaria de ese plantel, Diana Pinto, explicó que   ofrecieron carreras técnicas durante 8 años, un lapso en el que  graduaron 3 promociones, pero que dejaron de atender como instituto técnico por un asunto de demanda y espacio físico.

“El Instituto Superior funcionaba en la noche, en un horario en el que también asistían los chicos de la sección nocturna del colegio. No teníamos el espacio suficiente. Poco a poco nos dimos cuenta que la mayor demanda se concentraba en la secundaria y por eso decidimos cerrar”, sostuvo.  

Según dice, hasta el último año que funcionó en esa modalidad, en  2002, tuvieron aproximadamente 100 alumnos. Actualmente se mantiene como colegio.

Otros, como el Colegio República del Ecuador, con 41 años de existencia, incluso adecuó instalaciones adicionales, comprando un terreno para construir aulas y laboratorios y ampliar sus servicios como Instituto Técnico.

Su rector, Carlos Herrera, explica que durante 4 años graduaron tres promociones de profesionales técnicos en Administración de Empresas, Análisis de Sistemas y Administración Secretarial, entre 2001 y 2005.
Sin embargo, su ubicación en las calles Coronel y Argentina fue una desventaja, dice. 

“Funcionábamos en horario nocturno y aunque al principio tuvimos mucha acogida de las mismas alumnas que se graduaban de sexto curso, luego el  alumnado ya no quiso venir, pues la zona es peligrosa. Incluso algunos estudiantes que venían en  carro propio fueron víctimas de robos”, indica.

El Colegio Ati II Pillahuaso también ofreció profesiones técnicas durante una época.

Su vicerrectora, Elena Navarrete, afirma que la apertura de carreras similares en las universidades perjudicó la existencia de los institutos técnicos superiores.

“Estábamos enfocados a los alumnos de los sextos cursos que estaban interesados en carreras medias, pero luego la universidad también empezó a ofrecer especializaciones técnicas y ese fue un elemento demoledor para los institutos técnicos, pues los alumnos preferían ir a otro espacio u otro ambiente diferente a los colegios”, asegura.

Ellos, al igual que las autoridades del Colegio Particular República del Ecuador, también ampliaron sus instalaciones para brindar un espacio idóneo a los estudiantes de Tecnología en Informática, una carrera de la que graduaron 2 promociones desde el 2001 al 2006, aproximadamente.

“Con la ayuda del comité de padres de familia de aquella época, construimos un pabellón adjunto, con laboratorios de computación y de inglés”, sostuvo.

Domingo Comín, Enrique Gil Gilbert, Veinticinco de Julio, Alfonso Aguilar Ruilova son, también, institutos que se encuentran en la lista de la Senescyt.