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El Telégrafo
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Adrián da al Liverpool su cuarta Supercopa

El portero fue el héroe en los  penaltis al parar el lanzamiento definitivo a Tammy Abraham.
El portero fue el héroe en los penaltis al parar el lanzamiento definitivo a Tammy Abraham.
Foto: EFE
15 de agosto de 2019 - 00:00 - Fanático Web

Como hace 14 años en la más famosa final de la Liga de Campeones jamás escrita, el Liverpool volvió a coronarse en Estambul en una tanda de penaltis que tuvo al portero español Adrián San Miguel como protagonista, al parar al joven Tammy Abraham el lanzamiento definitivo.

El gol de Olivier Giroud en la primera parte y el empate de Sadio Mané en la segunda llevaron la final a una prórroga en la que el propio senegalés adelantó al Liverpool y Jorginho empató desde el punto de penalti.

Precisamente, los tiros desde los once metros llevaron la copa a Liverpool, como ya ocurrió en aquella final de 2005, entonces con Jerzy Dudek como héroe “red”, y esta vez con Adrián, quien hace poco más de una semana firmaba su contrato con los ingleses.

Incapaces ambos de concretar, hubo prórroga en la noche turca y como ocurrió en la segunda parte, el éxito llegó de la mano de la conexión entre Firmino y Mané. El brasileño ganó línea de fondo, puso el pase atrás y Mané la colocó en la escuadra para darle al Liverpool una ventaja que dilapidó Adrián con un penalti sobre Abraham que anotó Jorginho.

Pero fue Adrián más tarde el que mantuvo a los suyos en el partido, sacando con una palomita un disparo desde la frontal del joven Mount y mandando el encuentro a los penaltis.

Empezó acertando Firmino y le igualó Jorginho desde los once metros. Ambos sin posibilidades para Kepa y Adrián. Un renqueante Fabinho no erró y Ross Barkley, preciso, tampoco. 2-2 y Origi, con suerte, superó a Kepa, manteniendo el idilio que le une al fútbol desde la final del Metropolitano.

Replicó como si de un tirador con años de experiencia fuese Mount, clavándola en la escuadra. 3-3 y Kepa volvió a tocar la pelota, que aun así se coló. 4-3 y Emerson se la jugó al centro. Dentro. Comenzó la muerte súbita. Salah marcó y si el Chelsea fallaba, se acabaría la Supercopa. El elegido, otro joven, Abraham.

La presión lo venció y Adrián San Miguel dio, con el pie, la cuarta Supercopa de su historia al Liverpool, igualando al Real Madrid en el palmarés. (I)

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