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Abel, entre el colegio y la sexta división

Abel, entre el colegio y la sexta división
16 de noviembre de 2014 - 00:00 - Carlos Siffredi. Corresponsal en Buenos Aires- Argentina

Crecer de golpe. Eso le tocó vivir a Abel Casquete. Porque lo que comenzó como un sueño mediante una prueba en River que se dio gracias a una recomendación de Alfaro Moreno, exjugador que militó en el Barcelona de Guayaquil, al joven ecuatoriano que llegó a Argentina cuando tenía tan solo 11 años se le comenzó a hacer realidad.

Con un peinado y estilo muy particular que automáticamente hace pensar en el crack brasileño Neymar, Casquete no se cansa de recibir elogios de sus pares y diversos entrenadores mientras por el momento juega en la Sexta División del equipo ‘millonario’ y alterna alguna que otra participación en las prácticas de la reserva.

Su técnico José Borreli lo califica como un jugador con un potencial ‘tremendo’. “Abel tiene todo lo que necesita un jugador para ser un crack el día de mañana”.

La cabeza junto con las responsabilidades de la ‘Joyita’ no paran, ya que en su interior sabe que tiene que terminar el colegio, pero se da su tiempo para recibir a EL TELÉGRAFO, posar para el fotógrafo, hacer las mismas posturas que Neymar (con gorrita y todo) y narrar sobre su vida en suelo argentino.

¿Cómo llegaste a la Argentina y quién te vio en River?
Me vine a probar por recomendación de Alfaro Moreno. Yo estaba en la escuela de fútbol de él en Ecuador. Cuando llegué al país tenía 11 años y en River me vieron el ‘Tano’ Nanía y Bruno Quinteros. Hace 6 años que estoy en el país.

¿Qué dijeron cuando te vieron jugar?
Que tenía lo necesario para llegar a Primera. Ambos me llevaron a un torneo que se jugó en la provincia de Córdoba y ahí fui goleador del equipo. Entonces, cuando volvimos a Buenos Aires, me dijeron que iban a hablar con el coordinador de inferiores, Gabriel Rodríguez, para fircharme. Todo fue muy repentino.

¿Te costó dejar tu casa?
Era muy pequeño, pero jugar al fútbol fue y sigue siendo el sueño de toda mi vida. Tuve que dejar a mi madre y a mis cinco hermanos para vivir durante unos meses en la casa de un amigo de Alfaro Moreno. Costó al principio, pero me adapté al país.

¿Ves fútbol ecuatoriano?
Al principio seguía los partidos, pero ahora solo veo los resultados. El fútbol es mi vida y por eso me dedico mucho a entrenar y mejorar. Eso sí, soy hincha del Barcelona y los resultados del equipo los sigo siempre.

¿Hablas con Juan Cazares y Jaime Ayoví?
Con Juan sí. Hablamos mucho cuando él estaba en River. Ahora soy el único ecuatoriano en la pensión. Pero él está pasando un muy buen momento en el Banfield. Respecto a Ayoví, no. Él juega en el interior y se me complica más. Con Juan seguimos en contacto y suele darme consejos.

¿A cuáles jugadores de la selección de Ecuador admiras?
A Joffre Guerrón y Antonio Valencia los admiro por su velocidad. Tienen una mente brillante al momento de resolver situaciones en espacios reducidos. Además me gustaba Christian el ‘Chucho’ Benítez. De varios jugadores tomo algo para mejorar mi estilo.

Descríbete como jugador.
Admito que a veces hago demasiados lujos dentro de la cancha, pero es que me inspiran Neymar y Ronaldinho. Siempre miro al Barcelona español. Juego de 10, y el número en la espalda suele inspirar. Igualmente conozco mis límites. Soy enganche y me destaco más por afuera de izquierda a derecha. El técnico me dice que me tire por las puntas, así demuestro mi juego y encaro en el uno contra uno.

¿Qué extrañas de Ecuador?
La comida (se ríe). En Argentina no hay de mis platos favoritos, el ceviche y el patacón. Una vez consulté si había patacón y me dijeron que eso fue una moneda local que se usó hace un par de años acá... ja.
Estoy bien porque el entorno que frecuento me cuida, se preocupan por mí y me hacen vivir la vida de un chico de mi edad, pero se siente la ausencia de la familia y los hermanos.

¿Cómo está formada tu familia?
En Ecuador están mi mamá y mi papá, juntos con mis hermanos, que son todos varones.  

¿Juegan al fútbol también?
Yo soy el segundo, después está el mayor que tiene 22 y juega en el Deportivo Azogues, un equipo de la segunda categoría que hace poco se armó. El menor es categoría 98 y juega en Liga de Quito, mientras que otro se encuentra en Barcelona. El restante va a la escuela de Alfaro Moreno.

¿Hablas con ellos?
Sí, estamos en permanente contacto. Incluso me mandan fotos que sacan con el celular cuando ven que acá salgo en la televisión.

¿Cuál es tu sueño en el mundo del fútbol?
Si bien soy chico, no puedo evitar dejarme llevar y pensar en lo que me puede esperar el día de mañana. Para lograr los objetivos uno tiene que trabajar duro y esforzarse. Lo que más me gustaría es debutar en la primera de River y más tarde defender la camiseta del primer equipo de Ecuador. Las experiencias que tuve fueron en la sub-15 y sub-17.

¿Cómo es un día tuyo?
Me levanto temprano porque entreno de 8:30 a 11:45. Tras la práctica almuerzo y descanso. Cuatro días a la semana voy al colegio y me faltan tres años para terminarlo.

¿Qué te motiva diariamente?
Mi familia. Eso es lo más importante que tiene uno y hago todo lo que sea necesario para ayudarla. Imagino que las fiestas las vas a pasar allá. De una. Me tomo un avión y me voy a ver a mis seres queridos. Uno crece de a poco, no de golpe, pero se crece. No aguanto un año entero solo acá. En Ecuador mi familia sabe que estoy bien y que de a poco sigo cumpliendo mi sueño. Eso los deja tranquilos a ellos y a mí.

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