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El Telégrafo
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Los últimos 90’ de su carrera, del goleador los disputará este miércoles ante Gimnasia y Tiro de Salta, por la Copa Argentina

Diego Milito se despidió de su público y se convierte en la leyenda viviente de Racing

Luego del partido del sábado, Diego Milito recibió la ovación del público que lo acompañó en su despedida.
Luego del partido del sábado, Diego Milito recibió la ovación del público que lo acompañó en su despedida.
Foto: Internet
23 de mayo de 2016 - 00:00 - Marcelo Izquierdo, corresponsal en Buenos Aires, Argentina

Diego Milito, el implacable goleador del Inter multicampeón de José Mouriño, le dijo adiós al fútbol. El delantero argentino se retiró ante su público con la misma camiseta con la que inició su exitosa carrera en 1999, la celeste y blanca de su querido Racing Club, los mismos colores de la selección albiceleste que vistió en el Mundial de Sudáfrica 2010 y en las Copas América del 2007 y 2011.

“Me voy como quiero. En mi casa, con mi gente. Me retiro con la camiseta que amo”, manifestó Milito conmovido ante las lágrimas tras el final del triunfo 2 a 0 el sábado ante Temperley por la última fecha del torneo argentino. A su lado estaban  cerca de 50 mil fanáticos que llenaron el estadio Juan Domingo Perón en la ciudad de Avellaneda, periferia sur del Gran Buenos Aires, solo para despedir al máximo ídolo de la ‘Academia’ de los últimos 40 años.

El amor entre Milito y Racing no viene de ahora. El goleador realizó todas las divisiones inferiores en el popular club de Avellaneda, curiosamente el rival acérrimo de Independiente, cuya cancha queda a apenas 150 metros de distancia y donde jugó desde niño su hermano y también ídolo del ‘Rojo’, Gabriel Milito, ex FC Barcelona.

El Milito de Racing se coronó campeón en 2001, en un recordado equipo dirigido por el técnico Reynaldo ‘Mostaza’ Merlo, que rompió con una sequía de 35 años sin títulos, algo difícil de soportar por un equipo ‘grande’ del fútbol argentino.

Milito emigró a Europa algunos años después. Recaló en el Genoa, de Italia, donde consiguió el ascenso a primera y fue ídolo entre 2004 y 2005. De allí fue al Zaragoza, donde jugó entre 2005 y 2008 y limó sus dotes de goleador, para volver al club italiano un año después.

En Genoa, Milito se convirtió en uno de los máximos referentes del equipo de las últimas décadas.  Sus excelentes actuaciones lo catapultaron al Inter, un ‘gigante’ por entonces dormido, dirigido por el portugués José Mouriño.

‘Mou’ le sacó todo el jugo a Milito, quien lideró la consagratoria actuación del Inter en 2010, cuando conquistó el torneo italiano, la Copa Italia, la Supercopa italiana, la Champions League (con 2 goles de Milito en la final 2-0 frente al Bayern Múnich) y el Mundial de Clubes. Milito se convirtió así en el ‘Príncipe’ para todos los interistas, un apodo con el que se lo conoce en el mundo entero. Allí jugó hasta la temporada 2014, cuando ya con 35 años de edad decidió volver al club que lo vio nacer: Racing Club.

El popular equipo de Avellaneda cargaba 13 años sin títulos, el último de los cuales lo había conseguido con Milito en cancha. Con su tradicional 22 en la espalda, Milito lideró el equipo que se consagró campeón en diciembre de 2014 con una remontada final increíble de 5 triunfos de manera consecutiva.

La idolatría de los hinchas traspasaba ya todos los límites. El coro de la hinchada cada vez que pisaba la cancha era inequívoco: tras corear su apellido, el cántico viraba a un guiño fraternal: “Milito hay uno solo”, en alusión a su hermano Gabriel,  referente  del odiado Independiente y hoy técnico de ese equipo.

La fiesta de su retiro fue completa. Durante la madrugada había sido padre por tercera vez, de una niña a la que bautizó Morena. Más tarde, casi sin dormir y con un estadio repleto, Milito marcó a los 17 del primer tiempo el primer gol de penal, aunque un minuto después marró otra pena máxima aprovechada por el paraguayo Óscar Romero para anotar el segundo gol del equipo.

Después el partido fue la excusa para despedir al ídolo. En el final, hubo ovaciones, agradecimientos y una adiós emotivo en el que se lo vio llorar como un niño mientras abrazaba simbólicamente a la multitud. A su lado, otro referente del equipo, el arquero Sebastián Saja, lo imitaba en el llanto.

A Milito, uno de los jugadores más respetados y queridos del fútbol argentino, le quedan aún 90 minutos en un campo de juego. Este miércoles, Racing deberá jugar por la Copa Argentina con el humilde Gimnasia y Tiro de Salta, de la cuarta división del fútbol nacional. Pero el partido se jugará en la lejana ciudad de Formosa, frontera con Paraguay, muy lejos de su hinchada. Por eso el homenaje fue en su estadio, el mismo en el que dio 2 vueltas olímpicas y donde recibió la última gran ovación de su carrera.

Detrás deja 605 partidos, 255 goles, y 8 títulos (2 con Racing y 6 con el Inter). El club italiano lo despidió vía Twitter: “Juntos escribimos la historia. Buena suerte, Diego, Por siempre Príncipe”. (I)

DATOS

Diego Milito nació el 12 de junio de 1979 en Bernal, Quilmes (Argentina). Es hermano de Gabriel Milito, quien se desempeñó como defensor en el FC Barcelona.

El delantero de 36 años debutó de manera profesional el 11 de diciembre de 1999 en Racing Club, equipo donde realizó toda su fase formativa.

En la temporada 2004 fue transferido al Genoa de Italia, donde disputó la Serie B. Ese primer año marcó 12 goles en 63 encuentros, ubicándose en el puesto 20 de la tabla de máximos goleadores.

En 2009 llegó a filas del Inter de Milán. Jugó un total de 160 partidos y marcó 75 tantos, registrando un promedio de 0.46 goles por partido. Luego de ganar varios títulos en Italia y Europa, retornó en 2014 a su querido Racing, donde se retirará.

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