Era la apertura de la ceremonia de la entrega de los American Music Awards (AMA’s) en el Teatro Nokia, de Los Ángeles. Allí Taylor Swift coqueteaba a su antojo hasta que encontró a su víctima. Caminó de un extremo de la mesa hacia el otro, donde estaba su pareja de turno, en lo que se suponía era una cena íntima para dos. Le ofreció una manzana, él la comió, se atoró y cayó aparentemente envenenado, mientras ella cantaba ‘Got a long list of ex-lovers/ they’ll tell you I’m insane’ (Tengo una larga lista de ex-amantes, ellos te dirán que estoy loca), de su canción ‘Blank space’.

La rubia intérprete salió de la primera escena, que estuvo enmarcada como si fuera un cuadro, recibió una rosa y la encendió con fuego, acompañada por un “So it’s gonna be forever/ or it’s gonna go down in flames” (Así que esto será por siempre o arderá en llamas).

Sedujo a todos los que se le aparecían, mientras bailaban enmarcados. A uno lo empujó (voló atado por cuerdas y arneses invisibles para el público). Y ella seguía campante con el estribillo “Boys only want love if it’s torture/ don’t say I didn’t, say I didn’t warn you” (Los chicos solo quieren amor si es una tortura/no digas que no te lo advertí), hasta que alguien tocó la puerta y se abrió. Es la próxima víctima de Taylor, quien coquetamente termina con un “I’ve got a blank space baby/ and I’ll write your name” (Tengo un espacio en blanco, cariño/ y escribiré tu nombre).

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Aquella presentación de casi cuatro minutos resumió la historia de una chica manipuladora, compulsiva, loca, histérica, que caracteriza Swift en su ‘Blank space’, de su exitoso disco ‘1989’, que publicó hace menos de un mes y que en su primera semana vendió más de 100 mil copias. Hasta ahora sobrepasa los dos millones.

Como era una gala de premiación, ella recibió el reconocimiento a la excelencia de manos de la legendaria Diana Ross y aprovechó para lanzar nuevas críticas contra los servicios de ‘streaming’, que permiten escuchar música en directo en internet, como Spotify, con el cual mantiene una disputa.

“Cuando ustedes invierten en música y en discos, están diciendo que la música tiene valor y que los discos deben ser comprados y apreciados como objetos artísticos”, dijo contra Spotify.

Luego el escenario fue para la neozelandesa Lorde, quien interpretó ‘Yellow flicker beat’, de la banda sonora de la película  ‘Los juegos del hambre: Sinsajo’.

Los británicos One Direction obtuvieron los premios de artistas del año, mejor grupo pop-rock y mejor álbum con su reciente ‘Midnight memories’.

Otra de las actuaciones destacadas de la velada fue la de Ariana Grande, quien puso al público a bailar con ‘Problem’ y ‘Love me harder’, esta última a dúo con el rapero The Weeknd.

Fue también el retorno a los escenarios de Selena Gómez con un desgarrador ‘The heart wants what it wants’, que hace alusión a su fallido romance con Justin Bieber.

La rapera australiana Iggy Azalea, quien tenía cinco nominaciones, solo obtuvo los galardones como Mejor Artista Rap/Hip-Hop y su álbum The New Classic también fue uno de los premiados.

Actuaron Nicki Minaj y 5 Seconds of Summer, Jennifer López e Iggy Azalea. Estas últimas cerraron con el tema ‘Booty’.   

Algunos galardonados

Los australianos 5 Seconds to Summer se adjudicaron el premio a la banda revelación durante la premiación de los American Music Awards con su disco homónimo.

Katy Perry se impuso en las categorías de mejor sencillo por la canción ‘Dark horse’ junto a Juicy. Además la estadounidense ganó como mejor artista femenina de pop rock y mejor álbum.

El español Enrique Iglesias representó a los cantantes de habla hispana con el premio al mejor artista latino, mientras que el cubano-estadounidense Pitbull fue el anfitrión de la velada.

Los representantes de la música country fueron Luke Bryan, el grupo Florida Georgia Line y el Brantley Gilbert. Este último con su álbum ‘Just as I am’.

Beyoncé se llevó dos premios a casa: mejor artista femenina de soul/rythm & blues, y disco de este mismo género por su producción homónima.  

Otros ganadores de la ceremonia fueron Imagine Dragons, en rock alternativo; Casting Crowns, como mejor banda cristiana;Calvin Harris, en el rubro de artista favorito de música electrónica.