La música que Sara Ontaneda concibe es cadenciosa. Su voz dulce se percibe así, con acentuaciones y pausas bien definidas cuando interpreta alguno de los versos de sus canciones, sin forzarse innecesariamente a tesituras demasiado altas.

Es posible que quienes la escuchen relacionen su voz con la de la mexicana Natalia Lafourcade, aunque también pueda parecerse, a ratos, a las de Suzanne Vega y Julieta Venegas, sin que sea esa su intención. De la primera reconoce que sí tiene influencias e incluso en YouTube existe una versión de la canción ‘Casa’ que hace la cantautora guayaquileña nacida el 11 de diciembre hace 25 años.

No obstante, revela que se inspira en las voces femeninas. Cita a la estadounidense Alela Diane, más las británicas Laura Marling e Isobel Anderson como referentes.

Aunque confiesa que era soprano cuando estudiaba música clásica (en Miami y los conservatorios Rimsky Korzakov y Sergei Rachmaninov, en Urdesa) prefiere mantenerse en un rango de mezzosoprano para sus canciones de indie pop, que tiene jazz y bossa nova, tocadas con guitarra electroacústica, teclados, percusiones con cajón y redoblante, saxos sopranos y melódica.

También llama la atención su estilo para tocar la guitarra. Pese a que le gusta el folk, ella no rasguea la guitarra sino que usa su pulgar para pulsar las cuerdas graves, mientras que el resto de dedos recorre las agudas. A ese estilo se lo conoce como fingerpicking y es también el mismo que caracteriza a Diane, Marling y Anderson.

Marte y Júpiter es el primer trabajo solista de la excantante de Kainos Jazz. “Se trata de un EP (grabación extendida) de 5 canciones que fue producido entre 2013 y el año pasado. No obstante, hace un par de meses se estrenó oficialmente en iTunes, Spotify y otras plataformas. Muchas de las canciones se basan en experiencias de mi vida”.

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Además de la canción que da nombre al EP, constan ‘Pero hoy’, que fue su primer sencillo promocional; ‘Cerezos’, ‘Tres cuartos’ y ‘Cómo quisiera’.

“Se trata de una grabación casera, muy íntima, con instrumentos más pequeños”, cuenta la artista, quien tiene como cómplice a Santiago, su hermano que es dos años menor que ella y prefiere el rock y el pop electrónico. Él masterizó los temas de ella.

‘Pero hoy’ tiene que ver con la frustración que su autora sentía luego de haberse graduado hace un par de años en el Berklee College of Music, de Boston, donde reside desde hace 6 años. “Me sentía en el limbo, como que me faltaba el horizonte. Entonces más componía música instrumental que cantada”, revela.

Aunque no se considera muy lectora, sus líricas son muy pensadas. Cada canción tiene un trasfondo profundo.

“La canción ‘Marte y Júpiter’ trata de esas personas que nos inspiran y nos apoyan, más los momentos en que nosotros somos los que brindamos ese mismo apoyo, mientras que en ‘Cerezos’ abordo una relación en la cual uno da todo y espera a la otra persona, pero por mucho que se le da oportunidades, uno se da cuenta de que no vale la pena. Uno se cansa y se va”, refiere.

“‘Tres cuartos’ es la canción en la cual hablo del tema de derechos de las mujeres. Hablo de mujeres de todo el mundo que son esclavas, maltratadas. Me inspiré en el problema de las universidades estadounidenses donde niñas se emborrachaban al punto de desmayarse y cuando se levantaban habían sido abusadas por sus compañeros, sin que las universidades hagan algo al respecto”, explica Sara Ontaneda, quien permanecerá unos días en Guayaquil para ofrecer una minigira de conciertos. (I)