Los detectives bajo la lupa
En el espectro UHF de la televisión nacional, hasta hace algunos años, solo tronaban y sonaban los nombres de ETV Telerama y Ecuavisa Internacional, ahora el verdadero rey del prime time es el canal Televisión Canela, hermano de la radio del mismo nombre. Uno de los programas estrella es el siempre mutante Detectives de famosos, que desde la salida de Sharon La Diva y el regreso de Eduardo Holmes a la jefatura máxima de producción del canal ha consolidado más su imagen con cuatro presentadores. El periodista Angello Barahona, ahora de lentes, y el ‘Chino’ Marcos Andrés Idrovo, reconocido talento de pantalla de programas de farándula como Noche a Noche con Marián y Rojo Rosa, además del magazine De mujer a mujer, son los que ponen la seriedad y profesionalismo al espacio de Televisión Canela. A ellos se suma un “talento”, más bien portador de la astucia televisiva, que se ha hecho cada vez más grande en Televisión Canela, el ahora reportero Andrés Villalva, antes promotor de algunos talentos de pantalla.
Sin embargo no todo es bueno bajo la marca Canela, ya que a Villalva y a los demás ‘reporteros’ de Detectives de famosos les falta mucho por aprender de periodismo y bastante por pulirse para ser parte de un buen espacio televisivo sobre la farándula nacional. Parece que la Ley Orgánica de Comunicación pesa bastante en el programa, ya que se evitan al máximo los escándalos, chismes y exabruptos entre los conductores y los personajes que presentan ya que siempre se pasan el tiempo diciendo que ellos solo recogen las versiones de dos partes involucradas en un conflicto y ellos lo que hacen es ponerlas al aire, como pasó recientemente con el caso Toledo-Villarroel/TC. Barahona e Idrovo ponen cierta elegancia y comicidad al espacio que es bastante seco, y soso, pero que se ven limitadas por la obligación que tienen de hacer constantes menciones de las próximas notas que pondrán al aire en la emisión del día.
El punto más flaco de Detectives de famosos son sus presentadoras Ninoska Zambrano y Carolina Ramos que poco dialogan entre ellas, como si estuvieran peleadas o distanciadas fuertemente, y no aportan más que como caramelo visual para el espectador masculino. Ninoska -como la llaman al aire- es la que menos habla, pero parece tener mucho que quiere sacarse de su pecho sobre los temas que presenta el programa. Ramos, con experiencia previa como modelo de pasarela y de televisión y ex actriz de una popular comedia sobre montubios, habla demasiado, pero siempre tiene poco que decir. Parece que le falta preparación ya que se traba al aire y no puede concretar sus ideas y argumentos, por ejemplo cuando intentaba explicarle a Barahona de qué trataba el programa Mitos y verdades, que el periodista admitió nunca haber visto, cuya salida del aire se dio a conocer en Detectives de famosos.
Zambrano y Ramos parecen no tener un rol fuerte en el programa. Falta ver nada más como Barahona e Idrovo se la pasan haciéndole cumplidos a Ramos por su belleza física y atributos. Zambrano aparece la mayoría del tiempo como un convidado de piedra, una figura de cartón que decora el set. Y no es que su presencia no sea importante, pero el hilo del programa y el manejo del tiempo que está al aire reposan enteramente en Barahona e Idrovo. Zambrano y Ramos hacen menciones sobre dónde el espectador puede acudir para lograr los looks que ellas muestran en pantalla.
Detectives de famosos es un programa de calidad media, entretenido, que a la larga logra poca novedad en el género en el que recae. Como magazine es muy acartonado. Como noticiero o revista de farándula es muy light y limitado. Lo único que da sabor son las apariciones en cámara de Ramos o Zambrano, aunque algo parcialmente interesante es el perenne uso de Twitter para que el público marque la agenda del programa en vivo.
