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La creatividad distingue a Ulrich más que su técnica

La creatividad distingue a Ulrich más que su técnica
Ilustración: Bena / El Telégrafo
28 de octubre de 2016 - 00:00 - Rafael Veintimilla Aragundi

Lars Ulrich. Baterista
Cuando tenía 9 años asistió a su primer concierto de rock y fue del grupo Deep Purple, en Copenhague.
En ese espectáculo de 1973, Ulrich quedó impactado por la forma de tocar del británico Ian Paice.
Ha aparecido en comedias animadas, como South Park y Los Simpson.
En 2011 actuó en la película Hemingway & Gellhorn para la televisión estadounidense.

Lars Ulrich tenía en 1979 una ascendente carrera como tenista juvenil en su natal Gentofte, Dinamarca, aunque apenas mide 1,66 metros, una estatura baja para lo que las competencias mundiales de tenis requieren.

En aquel tiempo Ulrich tenía 16 años, a esa edad se trasladó con su familia a Los Ángeles, California, y dejó el tenis para dedicarse a tocar batería. Lars había heredado el gusto por la música a través de Toben Ulrich, su padre.

Tras nutrirse de los discos de Led Zeppelin, Queen y Deep Purple, grupos en los que tomó a los bateristas John Bonham, Ian Paice y Roger Taylor como referentes, publicó un anuncio en el diario The Recycler para formar una banda. James Hetfield, su compañero desde hace 35 años en Metallica, fue el primero en acudir a la convocatoria.

Ulrich, quien hoy tocará por segunda vez en el Parque Bicentenario de Quito (la primera fue en 2014), ha influenciado a los bateristas ecuatorianos. No obstante, tiene sus virtudes y limitaciones que algunos expertos nacionales analizan.

Henry del Valle, baterista de la banda guayaquileña Lancelot, considera que Ulrich tiene una pegada consistente, sobre todo en el redoblante. “Se ha caracterizado por un golpe fuerte que le otorga contundencia a lo que requieren las canciones de Metallica”.

Según Del Valle, otra fortaleza de Ulrich es el buen manejo de contratiempos (entiéndase como el sonido métrico que surge por la aparición de silencios en las partes del compás durante la ejecución de un instrumento de percusión).  

El baterista guayaquileño sostiene que a ese manejo de contratiempos le añade cortes bruscos, especialmente en los conciertos.

“Cuando apareció Metallica, a inicios de la década del 80, los contratiempos no eran habituales en el rock. No era un recurso frecuente, pero el thrash metal permitía que Ulrich lo utilizara en sus tocadas”, explica Del Valle, quien considera que actualmente el baterista de Metallica se cansa fácilmente.

“No sé si por la edad, aunque hay bateristas más viejos que están vigentes, pero Lars Ulrich se desgasta rápidamente. Cada concierto lo inicia con buen tiempo y pegada contundente, pero mientras transcurre el espectáculo esa energía se va diluyendo. Es perceptible un desgaste durante las presentaciones en directo”, afirma Del Valle.

El percusionista de Lancelot y otras agrupaciones cree la leyenda urbana de que Ulrich no grabó el disco ...And justice for all, de 1988.

“Aunque Ulrich aparece en los créditos de ese álbum, que marcó el debut del bajista Jason Newsted (tras la muerte de Cliff Burton), los medios estadounidenses han difundido la historia de que no grabó el disco. Los críticos, quienes han escuchado el álbum, afirman que canciones como ‘Dyers Eve’ y ‘Blackened’ no suenan igual al disco. Ocurre más con ‘Blackened’, que en la grabación tiene un solo que Lars elimina en vivo. La hipótesis es que él solo grabó un demo y otro baterista contratado por la banda fue quien tocó en el estudio, pero permanece anónimo para no afectar la imagen de Ulrich”.

Carlos Alberto Tapia, quien tiene amplia trayectoria como baterista en bandas como Blaze, considera que el músico danés es original y versátil para tocar.

“No es fácil durar como baterista de una banda tan influyente como Metallica, aún más con la competencia de las bandas más contemporáneas. Los críticos opinan que Ulrich no es un baterista técnico, pero sí lo es. He impartido clases particulares de batería y siempre les digo a los alumnos que sin técnica no se puede tocar, al menos no profesionalmente. En el caso de Lars, tiene formación musical, pero no apega religiosamente una técnica específica. La técnica se refiere a la forma de ejecutar un instrumento”, explica Tapia, quien es conocido como el ‘Mono’ y actualmente lidera el grupo Wanda Camaleón.

“Al principio Ulrich no me influenciaba. Cuando Metallica apareció en 1981 yo tenía mis propios referentes en la batería. No obstante, su trayectoria es respetable y es una influencia para la actual generación de músicos. Una de las fortalezas de Ulrich es su buena actitud, su personalidad. Eso le ha permitido actualizarse y evolucionar. No necesita ser un salvaje para influenciar a los nuevos bateristas porque se adaptó a los nuevos estilos. La misma banda se reinventó”, añade Tapia.

El baterista de Wanda Camaleón opina que Ulrich utiliza el recurso de la doble pedalera para golpear los bombos cuando es necesario.

“Su forma de tocar no consiste en ser demasiado rápido porque lo exija el género thrash metal, más bien es inteligente y versátil. Un ejemplo de eso es el Disco Negro, de 1990, donde aporta con arreglos para las baladas. Aquello se aprecia en los videos de canciones como ‘Nothing Else Matters’ o ‘The unforgiven’. Ahí se lo nota como un músico de sesión serio. Ahora sí lo considero como una influencia”, asegura el ‘Mono’ Tapia.

Leonardo Piedra, fundador y líder del grupo guayaquileño Demolición, describe a Ulrich como “un baterista interesante”.  

“Durante los inicios de Metallica, Ulrich rompió con el molde de los bateristas de la década del 80 porque el estilo del thrash metal dio la pauta para que así fuera. Con los años ha desarrollado una identidad para tocar. Es un baterista muy creativo en el estudio y en vivo, más allá de las críticas de sus detractores. Es más creativo que técnico. Su mérito es haberse adaptado a los cambios que mantienen con vida a Metallica. Fueron cambios que al principio molestaron a los fans más puristas del grupo, pero fueron necesarios. Los seguidores de la banda creían que Metallica se vendió por tocar música más comercial, a partir del Disco Negro. Lars sabe usar una base para armar su estilo”, argumenta Piedra.

El percusionista guayaquileño, quien tiene como referente a Dave Lombardo, de Slayer, asevera que Ulrich transmite emociones a su público y eso suple cualquier limitación. Hay bateristas que son muy técnicos, pero no tienen la capacidad para crear y componer. Es el caso de Lars.

Willy Wong, quien ha tocado en bandas como Abraxas y Taller, destaca a Ulrich como “uno de los pioneros del uso de doble bombo”, pero considera que “en vivo es muy desordenado para mantener la velocidad de su tocada”.

El líder de Willy Wong and the Brothers define a Ulrich como un heredero del estilo de Black Sabbath, Motörhead y Deep Purple, mientras que el también baterista y activista del rock Helmut Jeremías añade a Misfits, Diamond Head y otras bandas.

Más allá de sus limitaciones, Lars Ulrich, quien usa batería Tama con platillos Ziljian es reconocido por haber creado la historia musical de Metallica con James Hetfield, el vocalista. (I)

Su influencia en bateristas locales

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