El propósito de la actriz Jessica Chastain de invitar a Octavia Spencer a trabajar juntas para una comedia tuvo  doble beneficio. Primero, volver a actuar junto con una colega con quien compartió escenas en la cinta Criadas y señoras (2011) y lograr que le multipliquen el sueldo que le habían ofrecido para esta próxima producción.

“Estuvimos hablando sobre la igualdad salarial entre hombres y mujeres. Me dijo: ‘Ya es hora de que las mujeres cobren tanto como los hombres’”, indicó Spencer, pero le aclaró que en su caso específico, más que reivindicar la brecha salarial, era un asunto racial, “poner a las mujeres de color sobre la mesa”.

Un tema polémico que sonó desde la entrega de premios Óscar en su edición 88 y que en 2016 fue liderado por el hashtag #Oscarsowhite (Oscars tan blancos).

Spencer relató su situación a Chastain y le informó de la historia de racismo que  los artistas afrodescendientes aún viven. El resultado: Chastain anunció su logro por un acuerdo que multiplicó cinco veces el monto ofrecido a Spencer inicialmente.

Nominada a un Globo de Oro por su actuación en Molly’s Game (2016), Chastain es una activista por los derechos de las mujeres en la industria del cine.

“Para ser sincera, me ha sorprendido mucho mi nominación a los Globos de Oro, porque como actriz siempre he temido en hablar más de la cuenta, o en compartir mis opiniones sin pudor (…) pensé que podía costarme el trabajo”, dijo para una entrevista a The New York Times.

A finales del pasado diciembre fue parte de una portada para la revista The envelope, donde constan las actrices Diane Kruger, Kate Winslet, Annette Bening, Margot Robbie y Saoirse Ronan.

Por supuesto, Chastain no  dudó en ser autocrítica: “Es triste ver que no hay mujeres negras en esta foto de nosotras promocionando nuestras películas femeninas. La industria necesita ser más inclusiva en su narración de historias”, publicó en Twitter esta artista caracterizada por su lucha abierta a favor de la defensa de la igualdad y diversidad en Hollywood. (I)