Hace un año el director mexicano Alejandro González Iñárritu subió a recoger su Globo de Oro, que otorga la Asociación de Prensa Extranjera (HFPA), como uno de los cuatro guionistas que escribieron Birdman. Aquella vez fueron 7 nominaciones. La otra la ganó el actor Michael Keaton.

Y no era el primero. El filmaker nacido en Tampico hace 52 años obtuvo el primero hace una década con Babel. Desde entonces ha sumado cuatro Globos de Oro. Dos de ellos como mejor película de drama, uno como cinta extranjera y el restante como director.

La noche del domingo pasado, el cineasta azteca ganó dos de ellos (director y drama) por su más reciente película: The Revenant (El renacido), que protagoniza Leonardo Di Caprio, ganador del trofeo al mejor actor y ya los críticos vaticinan que este será el año del actor estadounidense en la entrega del Oscar, de la que recién se conocerá a sus nominados este jueves.

González Iñárritu adaptó la historia de la novela que Michael Punke escribió en 2002 y que relata la historia de Hugh Glass (DiCaprio), un cazador de pieles, que en 1820 resulta herido de muerte por el ataque de un oso. Viendo que nada pueden hacer por él, sus compañeros lo abandonan en el bosque. Pero Glass se repone de sus heridas y trata de vengarse de quienes lo abandonaron.

La película explora los instintos más básicos del ser humano con un DiCaprio que encarna a un sobrevimiento de la naturaleza más hostil.

El rodaje se llevó a cabo en Canadá y la Patagonia argentina, bajo las condiciones meteorológicas más extremas y con la ayuda de los pueblos nativos.

“No se trata de presupuesto o ambición. Cada película es muy difícil de hacer y esta es la aventura más difícil en la que me he embarcado nunca”, aseguró el director mexicano, quien anunció la dirección del filme The Revenant en 2011, pero recién tomó las riendas en 2014.

“Es tiempo de que reconozcamos la historia de los indígenas y de que protejamos sus tierras de los intereses corporativos”, dijo DiCaprio en su discurso de agradecimiento a las poblaciones nativas que participaron en la cinta.

Premio para Denzel Washington

En cada velada de los Globos de Oro también se otorga el premio Cecil B. DeMille, que en esta edición 73 del Globo de Oro, recayó en el sexagenario actor Denzel Washington.

El protagonista de películas como El coleccionista de huesos, El libro de Eli, El vuelo, Rescate del metro 123, Día de entrenamiento, Filadelfia, Tiempos de gloria, Malcolm X y otras, recibió el galardón de manos de su colega, Tom Hanks.

Washington, doble ganador del Oscar por Día de entrenamiento y Tiempos de gloria, dedicó el premio a sus agentes, a su madre (por convencer a su padre, quien era un pastor evangélico, de que su hijo podía ser actor) y al resto de su familia. Washington interrumpió, entre risas, la lectura de su discurso porque había olvidado sus lentes y no veía lo que había escrito.

La gala fue amenizada por el humorista británico Ricky Gervais, quien aprovechó su rol de maestro de ceremonias para hacer bromas sobre las estrellas de Hollywood.

Stallone agradece a Rocky

Sylvester Stallone protagonizó uno de los momentos más emocionantes y a la vez sorpresivos de la noche al recibir el premio de reparto por su actuación en Creed, donde vuelve a interpretar al mítico boxeador Rocky Balboa, el personaje que lo llevó al estrellato en 1976.

Ahora es entrenador de nuevos pugilistas, entre ellos Adonis Johnson (interpretado por Michael B. Jordan), el hijo de Apollo Creed, el fallecido rival y amigo de Rocky.

Según la trama del filme Creed, Adonis nunca conoció a su padre, muerto en el cuadrilátero por un golpe del ruso Iván Drago (en la película Rocky IV, de 1984). Aun así siente que él debe seguir el legado que dejó su padre. Por eso le suplica a Balboa que lo entrene y lo convierta en campeón mundial.

“Quiero dar las gracias a mi amigo imaginario Rocky Balboa, por ser el mejor amigo que he tenido nunca”, expresó Stallone. (I)