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El Funka Fest fue la plataforma por una nueva era

Los Tacvba pusieron en escena canciones que no habían tocado como “Déjate caer”, con coreografía incluida.
Los Tacvba pusieron en escena canciones que no habían tocado como “Déjate caer”, con coreografía incluida.
Fotos: Carlos Proaño / El Telégrafo
18 de junio de 2018 - 00:00 - Jéssica Zambrano Alvarado

En 1995, cuando Café Tacvba se lanzó al escenario del MTV Unplugged, un programa por el que pasó lo mejor del rock de los 90, Rubén Albarrán –siempre pequeño, delgado y feliz– declaró antes de interpretar “Esa noche” lo mucho que representaba para ellos.

La canción que forma parte de Re, su segundo disco, habla de lo que ocurría en ese momento en México –una crisis financiera que incrementó su deuda pública– y en América Latina –porque siempre se está en crisis–.

Antes de cantar, Rubén agregó una cita de Chavela Vargas, cuando les dijo: “Si los volcanes en Latinoamérica están despertando, no veo por qué los latinoamericanos no podemos despertar”.

Al amanecer de este domingo, la primera vez que los cuatro músicos de Café Tacvba tocaron frente al río Guayas, en Galápagos, el archipiélago más cercano, estaba en erupción el volcán La Cumbre. Sin saberlo, los artistas se lanzaron al escenario para inaugurar un terreno desconocido y hacer despertar a un público disperso, en edades y deseos.

A las 00:20 Enrique Rangel, el bajista de la banda, salió al escenario vestido con un poncho de lanas de colores, similar al traje que usaron para la portada del libro de su historia, Bailando por nuestra cuenta.

Rangel se tomó el centro. La noche anterior se había encargado de hacer la prueba de sonido, mientras sus compañeros fueron a ver Rabia, la primera obra teatral de Sebastián Cordero, en Casa Cino Fabiani.

Albarrán se puso a su izquierda con una máscara blanca que copaba su cara, en una especie de alter ego entre Gallo Gass y Elfego Buendía. Rompieron la espera con “Futuro”, un tema de su último disco Jei Beibi. Entre líneas de esta canción, a la que podría definirse como un rock cumbiero, los Tacvba repiten como estribillo que “el futuro es hoy”.

Rubén lo confiesa, no extrañaron Guayaquil porque nunca han estado aquí –aunque, según el guitarrista Joselo Rangel, les gustaría haberlo hecho, como en otras tantas partes del mundo–.

Los Tacvba cantaron “Cómo te extraño mi amor”, “Puntos cardinales”, “Chilanga banda”, “La chica banda”, “Las flores” y un tema que –dijeron– hace tiempo no cantaban: “Déjate caer”, con coreografía incluida.

Después sonó ese hit romántico de su tecladista, “Eres”, una canción por la que algunos gritaron desde que se subieron al escenario. “Y si no cantan ‘Ingrata’, los mando a la chingada, como ellos mismos dirían”, dijo una espectadora.

Desde hace dos años los integrantes de la banda decidieron dejar esa canción de su segundo disco en reposo porque ahora se le puede dar una lectura distinta a la que escribieron, con todos los casos de femicidio que se señalan.

La feria independiente albergó propuestas como el cepillo de bambú o una bebida de limón y café.La feria independiente albergó propuestas como el cepillo de bambú o una bebida de limón y café.

El discurso de los Tacvba fue por el agua, por la posibilidad que tiene el hombre de cambiar su dispendio en favor de la naturaleza, con menos plásticos y siendo conscientes de la matanza que implica el consumo de carne. “No se lo deseo ni a los peores políticos, bueno, tal vez sí una probadita”, dijo Albarrán.

El activismo de esta banda que cambia con cada disco se ha afirmado en favor del movimiento feminista, por la posibilidad de que las mujeres decidan sobre su sexualidad y su cuerpo, sin ser atormentadas en su paso por la calle; por la comunidad GLBTIQ y en contra del caos político “cuya mierda tal vez no llega tanto a este lado de Latinoamérica como nos llega al norte”, dijo Albarrán.

El telón se cerró con “El baile y el salón” y las tonadas de “hagamos el amor de hombre a hombre bule bu cuche avec mua”. “Ojalá no tenga que pasar tanto tiempo hasta que regresemos a la ciudad”, dijo el vocalista.

El discurso que ahora asumen los Tacvba se filtra, indiscretamente, desde la alegría de la música que tienen las letras de sus canciones; tanto como en algunas de las imposturas de su último disco, como el “1, 2, 3” que cantan a modo de sátira, contra los políticos que han dejado inpune la matanza de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, como tantas otras.

La propuesta de los Tacvba se complementó con la muestra de artes visuales que curó el quiteño Edú Carrera bajo el título El futuro es hoy. Cada una de las 11 piezas que habitaron la urna sur del Palacio de Cristal, como parte del Funka Fest, incidía sobre los modelos de construcción social del hombre.

Aquella idea está latente en la obra de Maio Alvear y su jardín, compuesto con elementos de construcción del sur de Quito; o en las maquetas de Dennys Navas, en las que plantea otro modo constructivo, con piedra y barro.

¿Qué tan solos podemos estar?, dice la obra de Gabriela Fabre, dos piezas que son parte de la serie Mobiliario para el consuelo, en las que las personas pueden apoyarse para pensar y abrazar para consolarse.

¿Cómo borramos los discursos políticos?, cuestiona el Juan Pueblo en neón con el molde de Luis Peñaherrera, que trabajó Tyrone Luna; o la figura del turco Hamza Kirbas. Mientras la gente recorría la muestra hubo un jam en el que todos podían pintar y decir con sus dedos lo que quieren fuera del proselitismo de las promesas.

Los discursos políticos son eso, que en palabras de la artista Gabriela Chérrez, con sus globos de helio dorados sobre una pared de quinceañera, dice “Prometen, prometen, pero no lo meten”. (I)

Edú Carrera curó la muestra El futuro es hoy, que reunió las propuestas de 11 artistas, 10 de ellos nacionales.

Un día de Funka
Tres llamadas
Este año hubo tres llamadas para la venta del encuentro de artes interdisciplinares. En cada una la entrada varió de costo. De $ 35 a $ 50, el último día del festival. Se esperaba una asistencia de $ 8.000 personas.

13 horas de música, teatro y artes visuales tuvo este espacio icónico de la ciudad. A las 12:20 empezaron las funciones.

Artes teatrales
Se presentaron obras en formatos cortos como El enemigo, Sonido blanco, Mucho Lote, Un hombre muerto a puntapiés. Además, el chileno Pablo Zamorano presentó Guacho. (I)

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