Reina la tranquilidad y sobre todo la camaradería en las mesas y barra de Sport Planet pasadas las siete de la noche.
A esa hora las 300 personas que habían acudido al local, que está en el primer piso del centro comercial San Marino, estaban hipnotizadas con la mirada frente a los 22 televisores, todos situados estratégicamente en los alrededores del local.

La mayor cantidad de personas, algunas futboleras y otras más ‘acolitadoras’ de sus amigos, prefirieron la zona en la que se sitúan dos pantallas gigantes, una de ellas diagonal a la barra y otra cercana a la puerta de salida a la calle. Las pantallas de todos los televisores proyectaban las mismas imágenes, las del partido entre Barcelona y Cobreloa, de Chile, por el acceso a los octavos de final de la Copa Sudamericana.

La tensión se apoderaba de algunos barcelonistas, mientras que a otros les daba igual el partido porque simplemente acudieron a Sport Planet para desestresarse un poco tras alguna ajetreada jornada laboral, a través de cervezas heladas, en jarra o en torres, más piqueos. Y aquella tensión era porque Barcelona empataba 3-3 y estaba quedándose eliminado de la competencia internacional en su propia cancha, la del Monumental.

Los 40 meseros del local iban y venían con charolas que llevaban las ocho alitas de pollo en salsa picante, que cuestan 7,99 dólares y es uno de los platillos insignia de la casa, según María Elena Kalil, una de los tres administradores que tiene la sucursal de San Marino. Los otros son Raúl Carbo y Priscilla Morán con quienes se turna durante las jornadas diarias.

Sport Planet abre de lunes a sábado desde las doce y media del día y se cierra a la medianoche. Los domingos la atención es desde la misma hora, pero termina a las diez y media de la noche. La administradora, quien desde hace cuatro años ejerce esta función (en otros cuatro fue mesera), explica que los platos más baratos cuestan 7,99 y los más caros, como las costillas BBQ cuestan 14,99 dólares, mientras que las bebidas van desde los 2,99 para las cervezas locales hasta los 7 dólares del Sport Planet Dream o el Pink Lemonade que consiste en limonada rosada con vodka.

Cuenta que desde la inauguración de esta sucursal en 2003 (la otra en Guayaquil queda en Village Plaza) se ha ampliado con dos nuevos ambientes. El primero, que da hacia la calle tiene capacidad para 60 personas y está habilitado desde 2005, mientras que el segundo se construyó hace casi tres años y como atractivo tiene la exhibición de algunas réplicas de trofeos que fueron cedidas por algunas personas y por Esteban Paz, directivo de Liga de Quito y dueño de todos los locales de Sport Planet. La historia de este bar-restaurant data desde abril de 1998 cuando se abrió el primer local en la Plaza de las Américas, de Quito.

En cada sucursal reina un ambiente deportivo. Desde que uno ingresa al local se topa con cuadros de automovilismo, del piloto nacional Henry Taleb, una raqueta de tenis Dunlop autografiada por el tenista alemán Tommy Haas, la camiseta de la selección con las rúbricas de sus jugadores y otros adornos, aunque el fútbol predomina en cuanto a la decoración. No faltan las camisetas de Boca Juniors, escudos de Barcelona, Emelec, banderines y bufandas de Real Madrid o Peñarol uruguayo.

Son casi las ocho de la noche y el partido de Copa Sudamericana sigue empatado. La tranquilidad de las conversaciones entre panas se interrumpe cuando el argentino Damián ‘Kitu’ Díaz marca el 4-3 a favor de Barcelona con una chilena que desata la euforia contenida de algunos hinchas en el local.

El ambiente era festivo. Hasta María Elena Kalil, la administradora, quien se confiesa emelecista, debió subirle el volumen a la canción del Ídolo del Astillero para que sus clientes estén aún más satisfechos con la atención.

Walter Casquete, el cajero, quien también ejerce como DJ, alista las canciones electrónicas y algunas de la década del 80 para programar luego del partido entre Barcelona y Cobreloa. Hay una breve pausa, pero los televisores proyectan las imágenes del encuentro entre Liga de Quito, el equipo de Paz, y Macará de Ambato en Sport Planet “donde el juego nunca termina”, según el lema que cuelga en letreros y que se cumple a ‘rajatabla.