Cada director de cine tiene su actor fetiche. Y el de Tim Burton es Johnny Depp. Quien los ve puede responderse a sí mismo que sus apariencias y personalidades excéntricas les permite establecer una química que se refleja en ocho películas. La primera de ellas es ‘Edward Scissorhands’, conocida en Latinoamérica como ‘Edward Manos de Tijeras’.

Aquel vínculo empezó a inicios de 1990. Entre marzo y junio se rodó la película en Tampa, con un argumento que fusionó el romance y la fantasía, aunque muchos críticos sostienen que Burton tomó como referencias a clásicos de la literatura como ‘Frankenstein o el moderno Prometeo’ (Mary Shelley, 1818) y ‘Las aventuras de Pinocho’ (Carlo Calladi, 1883).

Esa hipótesis tiene que ver con el hecho de que un humano creó a otro ser (en el caso de Frankenstein con cadáveres y en el de Pinocho, como un títere, pero con vida propia).

Edward (Depp) es un hombre creado por un solitario inventor (que interpretó Vincent Price) del que nunca se revela su nombre durante el filme.

Burton recrea esa historia a través de los ‘flashback’. Edward recuerda su origen. Rememora los momentos en que su creador y (hasta entonces) único amigo charlaba con él, mientras aún era solo una cabeza con apariencia humana.

El inventor le leía cuentos y le enseñaba normas de etiqueta. A Edward solo le faltaban las manos. En lugar de ellas tenía un manojo de tijeras que hacían más extraña su pinta (vestido con un traje de cuero semejante al de una estrella de rock y glam).

Lamentablemente para Edward, el inventor muere por un infarto propio de su avanzada edad. Eso convirtió a su creación en un ser huraño, hasta que Peg Boggs (Dianne Wiest), una vendedora de cosméticos lo descubre al ingresar en la mansión semiabandonada donde Edward ha vivido siempre.

En días previos a la Navidad, Peg lo lleva a su casa y causa curiosidad en sus vecinos. A principio quedan maravillados por su estrambótica pinta y por la habilidad que él tiene para cortar el cabello y crear esculturas con los árboles del barrio.

Peg está casada con Bill (Alan Arkin) con quien procreó a Kim (Winona Ryder) y Kevin (Robert Oliveri). Al principio la apariencia de Edward asusta a Kim, quien se enamora de él, pese a que ella tiene un novio prepotente, Jim (Michael Anthony Hall).

El núcleo de la historia es el romance atípico entre Edward y Kim, quien incluso renuncia a ese amor para salvar la vida de ese extraño hombre con tijeras por manos.

Un detalle es que Depp y Ryder eran pareja en aquella época. Iniciaron su romance real en 1989, lo evidenciaron en la pantalla y lo terminaron en 1993.

La película realmente fue un reflejo de lo que fue la infancia real de Burton como hombre solitario que tenía dificultades para relacionarse con los demás. Ese es quizás el detalle externo más importante en la cinta que marcó el inicio de la relación laboral entre Depp y Burton.