Entre 1984 y 1992 el doctor Cliff Huxtable se caracterizó como referente del padre modelo. Ginecólogo y ataviado por un colorido buzo, proyectaba una imagen confiable, intachable y moralista frente a su esposa e hijos.

Huxtable era el personaje que en 197 episodios encarnó el comediante Bill Cosby en el show que llevaba su nombre y apellido. Su historia real estuvo oculta durante sus días de elogios.

Bajo juramento en un hotel, Cosby reconoció que drogaba a mujeres jóvenes con metacualona. Decía ser un experto en entender los deseos tácitos de ellas. Aunque se trató de un testimonio que rindió entre 2005 y 2006 en Filadelfia, recién se hizo público.

Es el único disponible del artista ante varias acusaciones de que drogó y agredió sexualmente a decenas de mujeres durante cuatro décadas. Cosby rechaza las acusaciones y afirma que las actividades sexuales fueron consensuales.

Sin embargo, en su testimonio, el comediante narró cómo buscaba ganarse la confianza de las mujeres y las hacía sentirse cómodas conversando sobre las familias, la preparación escolar y las aspiraciones de ellas.

Cosby sonó despreocupado de sus aventuras y describió su relación con una mujer así: “Tuvimos sexo, salíamos a comer, teníamos sexo y citas”.

Cuando se le preguntó cómo fue que terminó esa aventura respondió: “Ya no hubo llamadas para los encuentros”. “¿Por qué? Para seguir adelante”, declaró.

No hay evidencia firme en los documentos ginecológicos de que hubiera cometido un delito sexual, pero su testimonio se suma a los despreciables detalles que destrozaron su reputación de tipo agradable y decente, al punto de que era conocido como el Papá de América.

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La transcripción completa, obtenida este fin de semana, corresponde a una demanda que presentó una exempleada de la Universidad Temple que acusó al comediante de drogarla y acosarla. A principios de mes, un juez permitió que se hicieran públicos solo pequeños extractos de la transcripción.

El periódico The New York Times fue el primero en obtener la transcripción completa cuando se enteró que el texto estaba disponible al público mediante un servicio judicial informativo.

En el testimonio, Cosby dijo que en una ocasión tocó los pantalones a Andrea Constand, empleada de Temple, la acarició e interpretó el silencio de ella como una señal de aprobación.

“No escuché que ella dijera algo. Creo que no dijo nada. Continué y me dirigí hasta la zona ubicada entre el permiso y el rechazo. No paré”, afirmó Cosby.

Él agregó que ella luego lo toqueteó. Después de esa noche, dijo, intentó tener más contacto sexual con ella, pero Constand respondió que no y “me contuve”.

Cosby aseguró que evitó tener relaciones sexuales con ella y sugirió que temía que ella fuera a encariñarse demasiado con él.

Las relaciones sexuales, dijo, “son algo a lo que creo sucumbirán las mujeres a más de un romance y más de un sentimiento, no amor, pero que es más profundo que una situación lúdica”.

El cómico de 78 años nunca fue acusado de delito alguno. En la mayoría de los casos, el período para la denuncia había prescrito, aunque cuando menos un caso, en 2008, continúa en investigación en Los Ángeles.

Constand puso fin a su demanda hace una década mediante un arreglo extrajudicial cuyas condiciones fueron confidenciales.

El documento, que publicó The New York Times, también cita que Cosby pagó a varias jóvenes para que no hablasen sobre las relaciones sexuales que había mantenido con ellas, según admitió el propio actor.

Dijo que se ofreció a pagar la educación de Constand y que realizó pagos a otras mujeres luego de haber tenido relaciones sexuales con ellas.

Reconoció también haber canalizado dinero a algunas mujeres por medio de su agente para que su esposa no se enterara. (I)