Cuando habla acerca de Marlon Brando sus ojos negros adoptan un brillo especial, uno muy propio de la admiración. Y es que Wills Canga (así, sin tilde) es un amplio conocedor del doble ganador del Oscar.

“Pese a su grandeza. Marlon Brando había accedido a un casting para ‘El padrino’, de Francis Ford Coppola. No lo necesitaba. Era Brando. Pero les dio una lección a todos y Coppola terminó suplicando a los productores que lo contraten para que interprete a Vito Corleone. ¿Y cómo lo concibió? Le pidieron que encarne a un poderoso y él no recurrió a ningún personaje histórico. Se fue hacia el reino animal. ¿Cuál cree usted que fue?¿El león? No. Recurrió a un perro. ¿Qué raza imagina usted? Pastor alemán, doberman? Ninguno. Optó por un bulldog inglés, de esos que ladran con dificultad y que desencajan su mandíbula”, relata Wills, mientras imita a Vito, con camisa, pantalón y zapatos negros como su piel y unas gafas del mismo tono y cabeza rapada.

Wills, quien tiene un aire sofisticado y a la vez de un hombre duro del cine de acción, es más bien un híbrido entre Jamie Foxx (Ray, Django encadenado), Wesley Snipes (Pasajero 57, Blade Runner), Terence Howard (Iron Man) y el cantante Seal.

Nació en Guayaquil hace 37 años, pero tiene acento español. Y es natural considerando que hace 16 años llegó a Barcelona con su sueño de convertirse en actor, luego de un par de años en Holanda donde intentó formarse como histrión, aunque su primera barrera fue el idioma holandés y neerlandés que le exigían en la escuela donde se inscribió.

Es posible que muchos lo hayan visto en los buses, allá en la década del 80. Y probablemente lo ignoraron mientras les ofrecía una Fruna, esos dulces blandos cuadrados y delgados. O quizás le compraron.

Para entonces Wills (solo un pequeño de 12 años llamado Williams Cangá -con tílde- Viveros) tenía claro que quería ser actor. Lo había descubierto a los 8 cuando estudiaba en una escuela cristiana llamada ‘El tabernáculo’, en Latacunga, donde su madre Libertad lo llevó con sus 6 hermanos.

VIDEO

“Allí participé en una obra teatral acerca de la vida del Rey David. Yo interpreté a un general. Eso me marcó, pero me decidí 4 años después. Provengo de una familia humilde y sabía que debía trabajar mucho para viajar. Desde entonces quería estudiar actuación en Europa. Fui panadero. Luego recogí cacao en Los Ríos. También trabajé en construcciones en Quito. Todo eso hasta que conseguí el dinero suficiente para viajar, aunque me alcanzó hasta cierto tiempo, pero nunca me rendí porque soy un hombre de fe y convicciones. Es algo que le agradezco a mi madre”, dice el actor, quien en España interpretó a un futbolista brasileño llamado Souzinho para ‘Yo soy Bea’ (la versión hispana de ‘Betty, la fea’).

Afirma que ha sido parte del elenco de series españolas como ‘Pelotas’, ‘Solitarios’ y otras, mientras que en teatro interpretó a Jim en ‘Huckleberry Finn’, pero prefiere estar frente a las cámaras porque había visto muchas películas en la televisión de sus vecinos. Además de Brando, en sus inicios fue fan de Eddie Murphy, a quien le imitaba su contagiosa carcajada, pero su actor negro referente es Denzel Washington.

Uno de los objetivos de Wills Canga es que en Ecuador conozcan su labor actoral, puesto que la mayor parte de su performance ha sido en España y pocos videos existen de esos trabajos.

Además de actuar también está interesado en fomentar la educación, a través de la fundación que lleva su nombre. Trabaja con el apoyo del Ineval (Instituto Nacional de Evaluación Educativa) y el Ministerio de Educación.

El proyecto consiste en otorgar 30 becas alimenticias para los mejores estudiantes de los colegios fiscales y rurales, seleccionados por región (Costa, Sierra y Oriente). Están dirigidas a estudiantes del primero al tercer curso de bachillerato.

Wills también se considera un activista contra el maltrato infantil y aspira a que existan más escuelas de formación actoral para que otros niños reciban lo que él no tuvo.

Como histrión tiene algunos proyectos, entre ellos interpretar a un africano que es criado por la mafia mexicana, al punto de convertirse en un abogado. “Es sofisticado y a la vez un asesino. No puedo adelantar más detalles”, dice Canga, quien también aprovecha sus ratos libres para escribir. Una de esas historias es acerca de un superhéroe negro, pero es algo que quiere pulir, dirigir y, por supuesto, protagonizar.