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Un inmortal personaje que nació de los circos

Un inmortal personaje que nació de los circos
14 de agosto de 2011 - 00:00

Hugo Avilés, Andrés Garzón y Montse Serra no recuerdan cuándo vieron por primera vez las películas de Mario Moreno “Cantinflas”, pero coinciden en que la mayoría de los actores latinoamericanos lo considera como un referente por su plastificidad e incluso mensaje social.

“Cantinflas tenía la herencia de Charlie Chaplin, aunque la diferencia es que este último labró su carrera desde el cine silente. Cantinflas lo hizo ya con el sonoro y ahí fueron sus palabras sin contenido sintáctico las que lo caracterizaron. Es posible que su parecido con Chaplin se sustente en los atuendos remendados y los movimientos estrambóticos”, refiere Avilés, quien es director del grupo Fantoche.

Añade que su parecido con Chaplin también tiene que ver con la temática social, pues Mario Moreno, el actor que creó a Cantinflas, surgió de los barrios pobres en los que merodeaban los “peladitos” (así se conoce en México a los vagos, que tienen el hábito de piropear a las mujeres en las calles, según el mexicano José Antonio Valdez, especialista en cine de Cantinflas).

Incluso el contenido de algunas de sus películas tenía ciertas semejanzas con los de Chaplin. Una de ellas es “Si yo fuera diputado” (1956), que desde el punto de vista de un peluquero, recuerda a “El gran dictador” (1940), del   británico.

14-8-11-estatuillas-cantiflas2Lo social le permitió involucrarse en la política de su país, a través de una ideología hacia los que él consideró como desprotegidos. De hecho, el personaje reflejaba su origen, que lo condujo a oficios como boxeador, torero y payaso de circo en 1930. En este espacio nació su icónico personaje.

Existen muchas versiones sobre el origen y nombre del personaje. Una de ellas explica que se bautizó como Cantinflas, un nombre sin significado, para despistar a sus padres, quienes no querían que actuara porque consideraban que era un oficio vergonzoso. Otra historia y quizás la más acertada es la del fallecido ensayista mexicano Carlos Monsiváis.

Él decía que Mario Moreno sufrió miedo escénico una vez en el circo Ofelia. Según relataba Monsiváis, Mario Moreno había olvidado el guión preparado para su monólogo de un borrachito y debió improvisar, pero cómo no sabía qué decir, le salieron palabras incoherentes. El público le decía “Cuánto inflas” o “en la cantina inflas”. La unión de estos dos últimos vocablos formó su nombre artístico.

Andrés Garzón, quien asesora a los actores del programa Puro Teatro de GamaTV, considera que en la época de las primeras películas de Cantinflas se consideraba que su humor era sano con relación a lo que se hace actualmente. “Ahora muchos llaman ‘doble sentido’ a ciertas actuaciones. En la época dorada de Cantinflas se lo consideraba como picardías. Por ejemplo, la palabra ‘pedo’ para referirse a la flatulencia, era un escándalo. Ahora es aceptado.

En todo caso, el problema actual es que muchos abusan de lo que se conoce como ‘doble sentido’. No obstante, el éxito de Cantinflas radicaba más bien en su forma enredada para hablar”, dice sobre el mexicano que tuvo su propio dibujo animado con fines educativos.

En las películas Cantinflas, quien fue un filántropo en la vida real, entablaba una conversación normal que él mismo complicaba al punto de que nadie entendía lo que estaba diciendo. Según las tramas de los 49 filmes en que actuó desde 1936, recurría a eso para piropear o para salir de situaciones embarazosas.

A ese recurso los lingüistas lo denominaron “cantinflear”. De hecho, ese verbo consta en el Diccionario de la Real Academia Española desde 1992 junto con el vocablo “cantinflada”.

La actriz Montse Serra coincide en que el legado del centenario actor está, precisamente,  en “cantinflear”. “Con ese recurso traspasó fronteras. Se convirtió en un referente, especialmente para los actores latinoamericanos”.

Cantinflas, quien fue declarado por el mismo Chaplin como el mejor comediante de su tiempo, llegó al cine estadounidense en 1956 con “La vuelta al mundo en 80 días”, basada en la novela de Julio Verne, con el personaje de Paspartou. Al año siguiente ganó el Globo de Oro por ese filme.

“Otro detalle para destacar en Cantinflas es que siempre conservó sus raíces en todas las películas que hizo”, agrega Serra. Y es que Cantinflas fue el mismo en todos sus filmes, incluso en “La vuelta al mundo en 80 días”. Los que variaban eran sus oficios: policía, barrendero, maestro, sacerdote y más.

Pese a las disputas familiares por las regalías de sus cintas, Cantinflas tuvo sus homenajes, libros conmemorativos y hasta una película, que dirigirá Alejandro Monteverde y que protagonizará el español Óscar Jaenada. Su legado permanece en las nuevas generaciones.

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