Un canto por la igualdad y la unión latinoamericana fue el clamor del panameño Rubén Blades en el concierto que ofreció, la noche del jueves, en Guayaquil, al celebrarse los 478 años de fundación de esta urbe, la más grande del país.

Lo hizo desde una enorme plataforma levantada en la avenida que conecta la Francisco de Orellana y la Autopista Terminal Terrestre-Pascuales, en donde miles de personas se dieron cita para celebrar a la ciudad y bailar al son del intérprete de ‘Amor y control’.

El llamado ‘Poeta de la salsa’ deleitó a los asistentes con un repertorio selecto de canciones que cuentan historias de gente común con sus sueños, anhelos y desesperaciones en la búsqueda de un bienestar familiar y social.

No podían faltar los mensajes de paz y hermandad entre naciones y la crítica a los grandes países que minimizan a los que están en vías de desarrollo.

Luego de la ceremonia presidida por el presidente de la República, Rafael Correa Delgado, el cielo de Guayaquil se iluminó por 20 minutos con los fuegos artificiales que retumbaron en este sector.

Hubo quienes en son de broma gritaron “feliz año”, mientras abrazaban a quienes tenían a su alrededor. Otros efusivamente repetían ¡Qué viva Guayaquil carajo!

Mientras tanto, una veintena de músico afinaban sus instrumentos en el escenario para que saliera el tan esperado intérprete que goza de gran popularidad en la región y ha conquistado la meca del cine estadounidense con una veintena de películas en varios géneros.

A las 20:30 apareció Blades sobre el tarimado ataviado en un conjunto gris oscuro y una camisa negra desajustada en el cuello y un sombrero Bowler, característico en este artista en los últimos años.

“Caminando se aprende en la vida/ caminando se sabe lo que es / caminando se cura la herida/ caminando se deja el ayer”. Así reza la canción ‘Caminando’ con la que el panameño abrió su repertorio en Guayaquil, no sin antes saludar a las autoridades y el público presente en los bajos de la tribuna.

Le siguió uno de sus clásicos más exitosos de su carrera: ‘Decisiones’, que consta en el álbum Buscando América que editó en 1984.

El siguiente tema fue ‘La calle’ del disco Cantares del subdesarrollo (2009) el que le dedicó a “todos los padres que trabajan y luchan por darle a sus hijos lo que ellos no pudieron tener y ofrecerles mejores oportunidades, y sobre todo algo de decencia”.

Blades envió un saludo a los habitantes de Samanes, Rosales, Las Orquídeas, Vergeles, Mucho Lote, Huancavilca, Juan Montalvo, entre otros sectores de la zona.

Durante toda la velada y entre canciones, Blades interactuó con el público y contó brevemente momentos importantes en su vida personal y artística.

Por ejemplo, antes de interpretar ‘Juan Pachanga’ recordó que esa canción la escribió cuando migró de Panamá a Nueva York a causa de la situación política en la que vivía su país entre mediados de los 60 y 70. En esa ciudad trabajó para el sello Fania en el área de correo.

Sin embargo, Blades se hizo conocido por los temas que escribió y que fueron interpretados por artistas como Richie Ray y Bobby Cruz, Ismael Miranda, Roberto Roena y Bobby Rodríguez, entre otros. Su debut fue con ‘Juan Pachanga’ que cantó en la orquesta de Ray Barreta en reemplazo del vocalista de esa agrupación.

Los guayaquileños estallaron de júbilo cuando Blades cantó su canción más popular: ‘Pedro Navaja’. Como anécdota, el también productor y director musical contó que esa canción “por poco no sale” porque los “entendidos” en música le dijeron que era “muy difícil y larga y que no era prudente cantarla”.

Sin embargo, el éxito de ‘Pedro Navaja’ aún se mantiene 35 años después de haberla lanzado como parte del disco Siembra, de donde se desprenden éxitos como ‘Plástico’, ‘Buscando Guayaba’, ‘María Lionza’ y ‘Siembra’, temas que también incluyó en su repertorio para homenajear a Guayaquil.

El actor de filmes como ‘Fatal Beauty’, ‘Predator 2’, ‘One Man’s War’, ‘Cristiada’ y ‘Safe House’, entre otras, hizo un llamado a la conciencia social a fin de acabar con el racismo, a pesar de que hay leyes que penalizan cualquier tipo de discriminación.

El público aplaudió la intervención de Blades quien interpretó el tema ‘Ligia Elena’, que lanzó en 1976 en Estados Unidos, en “donde nunca soñaron con tener algún día  un presidente negro”.

Después dijo sentirse muy orgulloso de haber escrito canciones icónicas para muchos cantantes y músicos, como los desaparecidos Tito Puente y Héctor Lavoe. De inmediato interpretó ‘El cantante’, que aunque Blades la incluyó en su disco Doble Filo la versión que arregló para Lavoe es la más popular.

El istmeño, quien fue Ministro de Turismo de su país entre 2004 y 2009, hizo un llamado a los jóvenes para que dejen “esa vaina de las drogas y mantenerse alerta para evitar sinsabores”. Punto seguido cantó ‘Caína’.

Blades se transportó a 1983 cuando lanzó el disco Buscando América, el que cantó junto a los Seis del Solar & Son del Solar, en donde fusionó diferentes ritmos como la salsa, reggae, rock y el jazz latino.

De ese álbum Blades interpretó ‘Todos vuelven’, ‘Caminos verdes’ y ‘El Padre Antonio y el Monaguillo Andrés’. Tras entonar esta última hizo un llamado al sumo pontífice Francisco I para que reconozca la labor del arzobispo salvadoreño Óscar Arnulfo Romero, quien fue asesinado en marzo de 1980 en San Salvador.

Luego pidió a todos los padres presentes a amar y cuidar de manera incondicional a sus hijos, pero controlando que no se “descarrilen y vayan por la vida a la sombra de las cosas”. ‘Amor y control’ le siguió a este tema que fue coreado y bailado por todos los presentes.

También comentó que él al igual que muchos latinoamericanos están en la búsqueda de una sociedad más justa y alejada de la corrupción, por lo que invitó a los presentes a actuar contra la corrupción y a no criticar. “Yo quería un país mejor, así que me dediqué ciento por ciento a la política a trabajar, y dejé de actuar y el canto. Las cosas se hacen bien hechas o si no ni se metan”, dijo.

Y es que Blades, durante las casi tres horas que duró su espectáculo, no dudó en invitar al público a reflexionar sobre la vida y a cambiar los malos hábitos ciudadanos para construir una América “justa, unida y revolucionaria”.