Tras un mes de funciones previas, el musical ‘Rocky’, basado en la película que protagonizó Sylvester Stallone, se estrenó oficialmente en Broadway y ya ganó su primer asalto, ya que se llenó el teatro Winter Garden esta semana.

El público respondió con aplausos entusiastas a una deslumbrante propuesta escénica que, sin embargo, ha sufrido problemas técnicos que obligaron a suspender la primera función y a interrumpir alguna de las últimas de esta semana. Falta ahora el veredicto de la crítica, que en esta ciudad es determinante para la marcha de cualquier espectáculo.

No es, en realidad, el estreno absoluto del musical, que vio la luz en Hamburgo en noviembre de 2012. Basado en el guión del filme, escrito por Stallone -que es uno de los productores del montaje-, el libreto es de Thomas Meehan y las canciones de Stephen Flaherty y Lynn Ahrens, una exitosa pareja de creadores de Broadway.

No faltan, naturalmente, las dos canciones emblemáticas de la cinta, ‘Eye of the tiger’, de Survivor, y ‘Gonna Fly Now’, de Bill Conti.

La dirección es de Alex Timbers y la coreografía de Steven Hoggett y Kelly Lavine. Andy Karl encarna a Rocky, Margo Seibert a Adrian, su novia, y Terence Archie -que ya interpretó el papel en Hamburgo- es Apollo Creed.

La historia del boxeador fracasado que pelea por el campeonato del mundo y a punto está de ganarlo es muy adecuada para Broadway, donde gustan las historias de perdedores y de superación.

‘Rocky’ es un espectáculo que va de menos a más, con una primera parte desigual e irregular -donde sobresale la espectacular escena que transcurre en el matadero-, y una segunda parte mucho más briosa y emotiva. No hay ninguna canción especialmente magnética, pero la música es amable y muy teatral.

Fuertemente apoyadas en los audiovisuales, las dos escenas emblemáticas del filme, el entrenamiento de Rocky -con el ascenso a las escaleras del Museo de Arte de Filadelfia incluido- y la pelea final, están resueltas con mucha brillantez.

En el combate, se invita a los espectadores de las primeras filas a subir al escenario, ocupado por un gran ring, y sentarse en una grada situada detrás del cuadrilátero. Una vez acomodados, todo el escenario avanza hasta situarse en el centro del patio de butacas, donde se desarrolla la pelea.

Resulta impactante la combinación del espectáculo en vivo con su retransmisión televisiva, que los espectadores pueden seguir en unas grandes pantallas, y que está magníficamente realizada y cuidada al detalle; puede verse, incluso, cómo la sangre brota en el rostro de los dos actores conforme transcurre el combate.

El veterano de Broadway, Andy Karl, encarna el papel de Stallone como Rocky Balboa, y Margo Seibert como Adrian, en su debut en Broadway, es la empleada de la tienda de mascotas de la que se enamora.

“Gracias a estos actores, apoyas a Rocky, y a Adrian, la chica que le convence para que salga de su coraza”, dijo el New York Daily News.

The Hollywood Reporter afirma que Karl se acerca al modelo de Stallone como Rocky, pero que da un aire fresco, vitalidad y humor al papel.

“La delicada química entre Karl y Seibert rezuma calidez en su romance en escena, y los monólogos de Adrian, la melancólica “Raining” y “I’m Done” en la que ella se reivindica... están entre los mejores números”, dijo.